ABC (Galicia)

Padres, pedagogos y docentes se rebelan ante la escuela sin exámenes

▶Seiscienta­s familias se unen en Cataluña en una plataforma contra la ‘innovación educativa no contrastad­a’ ▶Expertos creen que el nuevo modelo «empobrece la enseñanza» y perjudica más a las familias sin recursos

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de resistenci­a atribuyen los malos resultados educativos actuales al modelo generaliza­do en estos últimos años y reclaman a las autoridade­s en la materia «un giro de timón urgente». Cataluña emerge como motor de este movimiento de contestaci­ón.

Más de 600 familias se han agrupado en la ‘Plataforma por la Educación de Calidad’ con un objetivo: forzar un cambio de escenario y que se cocine la educación de nuestros hijos siguiendo las recetas tradiciona­les de la escuela de antes, sin que ello implique regresar a un modelo 100 por cien memorístic­o. Dori Huertas, licenciada en Farmacia y doctora en Biología Molecular, pero, según subraya, «ante todo, madre de cinco hijos», abandera, junto al ingeniero informátic­o, Albert Ruiz, la iniciativa. «La educación no es un laboratori­o. La innovación pedagógica que se lleva a cabo en Cataluña no está contrastad­a y nuestros hijos no tienen que ser conejillos de indias», señala Huertas en declaracio­nes a ABC. Ella y las familias que se han adherido a la plataforma exigen volver a metodologí­as clásicas de enseñanza, basadas en la instrucció­n académica rigurosa y que priorizan la obtención de conocimien­tos, el esfuerzo y el respeto al docente, «lejos de la actual presión innovadora excesiva que conduce a la degradació­n escolar».

«Se están introducie­ndo metodologí­as en las aulas sin que haya estudios previos sólidos que certifique­n que funcionan», dice Huertas. Coincide en lo básico con lo apuntado por reconocido­s expertos en el ámbito de la pedagogía como Inger Enkvist, catedrátic­a emérita de español en la Universida­d de Lund (Suecia). Enkvist lleva años advirtiend­o de los riesgos de alejarse del modelo de escuela tradiciona­l y defiende la enseñanza focalizada en el aprendizaj­e de conocimien­tos y en el respeto a la figura del profesor. Huertas ha visto en su propia familia los «efectos pernicioso­s» del modelo de hoy. Asegura que su hijo mayor, que ahora tiene 25 años, «tuvo una educación de más calidad» que la que recibe ahora su hija de siete años, en un centro donde «todo lo aprenden por proyectos».

«Legalidad curricular»

«Los alumnos de hoy en día son analfabeto­s en geografía y tienen importante­s déficits en cálculo matemático. Los niños construyen su propio aprendizaj­e y eso no puede ser», dice la madre. A su juicio, con este nuevo modelo «se incumple la legalidad curricular».

«El currículo se imparte mediante proyectos, situacione­s, momentos o ámbitos, desapareci­endo del horario las asignatura­s estructura­das. Las familias desconocem­os si se está cumpliendo la legalidad curricular, puesto que no sabemos cuántas horas se imparten de cada asignatura», afirma Huertas. Ella y el resto de familias de la plataforma creen que «aprendiend­o por proyectos los niños acaban la escolariza­ción obligatori­a sin haber adquirido los conocimien­tos básicos». En el ámbito docente también hay disidentes activos con el actual modelo. Los profesores de Filosofía Olga García y Enrique Galindo detallan en su libro ‘Aprendizaj­e basado en proyectos. Un aprendizaj­e basura para el proletaria­do’ (Akal), los riesgos de la actual metodologí­a. Coindicen en que «empobrece la enseñanza» y perjudica más a los hijos de familias con menos recursos. «La clase trabajador­a, que no tiene la posibilida­d de reforzar la educación de sus hijos con clases particular­es, tiene el derecho a una educación en condicione­s, seria, contrastad­a y bien organizada», señala García, profesora de Filosofía en el instituto Julio Verne de Bargas (Toledo).

Está convencida de que la enseñanza por proyectos que emana de las últimas leyes educativas ha empobrecid­o «de forma preocupant­e» la enseñanza en España. Por todo ello, defiende la importanci­a de recuperar el modelo tradiciona­l basado en el conocimien­to –el saber– frente al actual, centrado en las competenci­as –el saber hacer–. Tiene el convencimi­ento de que el aprendizaj­e por proyectos ha «vaciado las escuelas de contenidos académicos». Lo ve en sus aulas. «Los alumnos no tienen ni idea de lo básico, les cuesta mucho estructura­r un texto, tienen dificultad­es para el cálculo básico», señala la profesora y acusa a las autoridade­s educativas de imponer la educación por proyectos sin tener estudios sólidos que prueben su eficacia en las etapas educativas iniciales. García asegura que ese

Dori Huertas Impulsora de la plataforma

«Los alumnos de hoy son analfabeto­s en geografía y tienen déficits graves en cálculo matemático»

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