ABC (Galicia)

El prodigio de Valencia como nueva meca del fondo

- JAVIER ASPRÓN MADRID

alencia es tierra de elegidos. De todos aquellos que, da igual la distancia, se ajironan las piernas y el alma corriendo. Una ciudad convertida en destino preferenci­al tanto para la gigantesca comunidad ‘runner’, que crece sin descanso, como para la pequeña aristocrac­ia del fondo mundial.

Y lo bueno es que Valencia siempre responde. Así lo atestiguan sus récords. Hasta once plusmarcas mundiales se han batido en sus calles y pistas en los últimos años, aparte de otros muchos registros continenta­les, nacionales y, claro, personales.

De todos esos topes planetario­s hay cinco que aún siguen vigentes. Uno de ellos lo logró el ugandés Joshua Cheptegei en el tartán del Estadio de Atletismo del Turia. El triple campeón del mundo de 10.000 metros se apuntó allí en 2020 el récord de esa distancia

V(26:11). Todos los demás tienen el asfalto como escenario. Valencia mantiene las dos mejores marcas mundiales de 10 kilómetros en ruta, propiedad de los kenianos Rhonex Kipruto (26:24 en 2020) y Agnes Jebet Ngetich (28:46 el pasado 14 de enero); el de 5 kilómetros femenino (14:13), conseguido por esta última atleta en la misma carrera; y el de medio maratón femenino, que pertenece desde 2021 a la etíope Letesenbet Gidey (1h02:52).

A este torrente de registros siderales no son ajenos los atletas españoles. Tanto los dos récords de maratón –Tariku Novales (2h05:48) y Majida Maayouf (2h21:27)– como de media maratón –Carlos Mayo (59:39) y Laura Luengo (1h09:41)– cayeron allí el pasado otoño. Lo mismo ha ocurrido con la plusmarca de España de 10 kilómetros, que encontró nuevo dueño en Abdessamad Oukhelfen (27:24) después de que el atleta afincado en Soria cruzase la meta del prestigios­o 10K valenciano en la cita de enero de este año.

«Si vas a Valencia sabes que vas a correr», afirma Oukhelfen a ABC. «Para mí era la primera vez. Pero hablando con gente o con otros atletas ya había escuchado que el circuito estaba superbién, que la organizaci­ón era estupenda... Al final te contagias».

¿Por qué este repentino vendaval? ¿Qué tiene Valencia para haberse convertido en pocos años en la nueva meca de las carreras de fondo? Los orígenes hay que buscarlos en el ya lejano 1981, cuando un pequeño club de atletismo, la Sociedad Deportiva Correcamin­os, organiza el primer maratón popular. Acabaron 640 corredores, sólo siete mujeres. El pasado 3 de diciembre fueron 26.251 los que cruzaron la meta.

«Todos los viajes comienzan con un pequeño primer paso», explica Juan Botella, director general del maratón de Valencia. «En aquellos primeros años se sabía que había potencial, que existía la materia prima. Pero lo que se veía es que había mucho trabajo por delante. La tarea parecía abrumadora».

Poco a poco fueron ganándose el apoyo de las institucio­nes hasta que en 2011, fecha de su trigésimo aniversari­o, llega la gran transforma­ción. La prueba pasa de la primavera al otoño y se concentra la salida y la meta en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. La icónica imagen de los atletas cruzando el puente de Monteolive­te llama la atención de Juan Roig, presidente ejecutivo y máximo accionista de Mercadona, quien a partir del siguiente año se convierte en el principal mecenas de la prueba a través de la Fundación Trinidad Alfonso, que lleva el nombre de su madre.

Nace un distintivo

Por aquel entonces la SD Correcamin­os ya había puesto en marcha también la media maratón. Y desde 2008 funcionaba con éxito el 10K, a cuyo mando estaba, y está, Álex Aparicio. «Fuimos la primera carrera de diez kilómetros con un circuito homologado en la Comunidad Valenciana. Incluso a nivel nacional había muy pocas. Nacimos con una organizaci­ón muy sencillita, pero sí teníamos esa vocación de, entre comillas, carrera grande. También de hacerla lo más rápida posible».

Todo ese engranaje termina por acoplarse en 2014, cuando las tres pruebas principale­s, junto con un vasto ecosistema de más de cuarenta pruebas populares, se convierten en una marca: ‘Valencia, ciudad del running’, que este enero ha cumplido su décimo aniversari­o. «El gran impulso se produce a raíz de la llegada de la Fun

Es la ciudad de los récords, un destino predilecto tanto para la comunidad ‘runner’ como para la élite. El año próximo habrá un millón de euros para quien logre la plusmarca mundial de maratón, el gran sueño

La marca ‘Valencia, ciudad del running’, que cumple ahora diez años, aglutinó a las tres grandes pruebas y las dio un nuevo impulso

dación Trinidad Alfonso», afirma Botella. «Sin esa figura es absolutame­nte imposible explicar por qué, de pronto, Valencia se convierte en uno de los puntos geográfico­s más importante­s del mundo para la obtención de récords. Juan Roig pone los medios humanos, técnicos y económicos para profesiona­lizar las organizaci­ones de las pruebas».

Se apuesta por aprovechar las bondades que ofrece la ciudad (clima, altitud…) y por crear circuitos rápidos que atraigan a figuras internacio­nales. Cada nueva marca provoca un efecto llamada para el siguiente año. Los objetivos se van cumpliendo. «No hay una única explicació­n de por qué ocurre esto en Valencia», analiza Aparicio. «¿El clima? Es fantástico cuando es fantástico... Otras veces no lo es tanto. Y sí, es una ciudad llana y al lado del mar. Pero como otras miles de ciudades en el mundo. No son singularid­ades de Valencia. Ninguna razón tiene el peso suficiente, pero todas juntas ofrecen este nivel de excelencia».

«A mí me ayudó muchísimo el alto volumen de atletas que había», aporta Oukhelfen. «A muchos los conoces y te sirve para enganchart­e a un determinad­o ritmo. Tienes muchas referencia­s. Y luego, el circuito es envidiable. Amplio, con pocos giros. Esos detalles son los que te permiten ir restando segundos».

El futuro asoma radiante para Valencia porque sus tres grandes pruebas, cada una desde su prisma, no detienen su crecimient­o. «Estamos en un deporte íntimament­e ligado con los hábitos de vida saludable, barato y muy democrátic­o. Si no somos cada vez más vistosos y trascenden­tes será porque nosotros, desde dentro, no estemos haciendo las cosas bien», esgrime Aparicio, orgulloso de haber conseguido en la última edición que estuviesen representa­das más de sesenta nacionalid­ades. «Normalment­e uno no viaja por una carrera de diez kilómetros. Nosotros estamos consiguien­do que se haga».

Una pieza codiciada

El medio maratón también observa el mundo desde una atalaya: «Su fortaleza a nivel mundial es aplastante», asegura Botella. «Nueve de las doce mejores marcas masculinas de la historia se han logrado aquí. Y en mujeres tenemos la primera y la segunda mejores marcas de siempre». Esa superiorid­ad es la que intentan trasladar ahora al maratón, la pieza más codiciada. Visto lo visto, cabría deducir que es cuestión de tiempo, pero no es tan sencillo. «Conseguir ese récord es mucho más complicado. Es una prueba olímpica mítica, y segurament­e la disciplina que más dinero ha movido en los últimos años». También es donde más competenci­a hay. Boston, Chicago, Londres, Tokio, Berlín, Nueva York… Son los ‘majors’. Los seis maratones por excelencia. Los que todos quieren correr. Y algunos, como Berlín y Chicago, también con circuitos velocísimo­s. Ahí están ahora los dos topes mundiales: el de la etíope Tigst Assefa (2h11:53), conseguido en la capital alemana; y el del keniano Kelvin Kiptum (2h00:35), conseguido en la ciudad del viento. Ambos, en el otoño de 2023.

A esa liga aspira Valencia. «De esos, el más barato tiene un presupuest­o cinco millones por encima del nuestro. Pero, bueno, esa falta de dinero, entre comillas, la suplimos con un trabajo de campo muy intenso para detectar quién está en forma y quién no. Y también para captar talentos». De esa forma encontraro­n al malogrado Kiptum, quien debutó, y ganó, en el maratón en Valencia 2022 con apenas 21 años. Aun así, Botella no pierde de vista a esa competenci­a. De cada uno de ellos es capaz de extraer su esencia: «De Tokio me quedo la profundida­d de carrera que tienen. Hay grupos numerosos a todas las velocidade­s. Ahora somos la carrera más densa, pero es algo que aprendimos de ellos. De Berlín escojo el circuito y el mimo con el que preparan los récords del mundo. Londres es profesiona­lidad y excelencia. Boston es el más antiguo. Me quedo con ese sabor añejo y mítico. Chicago tiene personalid­ad. Es una carrera ‘outsider’. Parece que no está ahí, pero siempre consigue unos resultados brillantís­imos. Y Nueva York es la ciudad del maratón. Es el gran escenario».

Contra esos monstruos compite Valencia, lo que hace aún más meritorio que les dispute la marca más deseada. «El récord del mundo no lo puede hacer cualquiera. Tienes que traer a uno de los pocos atletas capaz de hacerlo y que te salga un día perfecto. Es difícil porque hay muchas cosas que no controlas», concluye Oukhelfen, convencido de que la próxima vez que ocurra en la categoría masculina, sea en Valencia o en otro lugar, será para bajar de las dos horas. «Es cuestión de tiempo. No será fácil y quizá nos cueste todavía un poco más... Pero tarde o temprano tendremos un récord del mundo del maratón en Valencia», garantiza Botella. Para hacerlo más atractivo, el próximo año Juan Roig ha prometido un millón de euros al atleta que lo logre. «Hablábamos antes de las virtudes de la competenci­a. Y yo creo que la caracterís­tica más importante que tienen, no ya el maratón, sino todas las carreras de Valencia, es que buscan el más difícil todavía cada edición. Siempre asombran. Forma parte de su ADN: los récords son nuestra ambición, el más difícil todavía. Queremos seguir apabulland­o. Montar las carreras que a nosotros, como aficionado­s, nos gustaría ver o correr y donde el atleta encuentra su mejor versión».

 ?? ??
 ?? // VCR ?? Paso de los corredores del maratón por el puente de Monteolive­te
// VCR Paso de los corredores del maratón por el puente de Monteolive­te
 ?? // 10K ?? Abdessamad Oukhelfen, tras batir el récord nacional de 10 kilómetros
// 10K Abdessamad Oukhelfen, tras batir el récord nacional de 10 kilómetros

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain