ABC (Galicia)

Las Flotas de Indias amarran en Sanlúcar de Barrameda

▶ Las Jornadas de Historia Marítima de la Armada han analizado esta revolución naval

- MANUEL P. VILLATORO MADRID

HISTORIA Y CULTURA NAVAL

El inicio de la pesadilla tuvo fecha y hora. El 22 de mayo de 1522, Hernán Cortés despachó el tesoro de Moctezuma hacia el Viejo Continente en tres naos. Aquel pequeño convoy no arribó jamás a las costas españolas. Poco después de su partida, un corsario francés apodado Florín lo asaltó y dio buena cuenta de las riquezas. Según afirma el catedrátic­o Enrique Martínez Ruiz, aquella ignominia supuso una «llamada de atención sobre la convenienc­ia de asegurar los envíos que se hicieran desde las Indias a Sevilla».

El doloroso golpe de efecto tuvo su lado bueno. A partir de entonces, la Corona se centró en buscar la seguridad de los buques que viajaban entre España y las Américas. Y esos esfuerzos se materializ­aron en la forja de las Flotas de Indias; el sistema de convoyes que Felipe II estableció en 1561 para que ningún mercante fuera presa, fresca y jugosa, de los corsarios de la época. Aunque, según cuenta a ABC el capitán de navío José Ramón Vallespín Gómez –director del Departamen­to de Estudios e Investigac­ión del Instituto de Historia y Cultura Naval (IHCN)–, la verdadera revolución de la Monarquía consistió en «implementa­r un sistema muy concreto, organizado y regulado, para dar protección a los buques» durante tres siglos.

Sabe bien de lo que habla el marino, pues ha organizado, bajo las órdenes del almirante Enrique Torres Piñeyro, director del IHCN, las LXIX Jornadas de Historia Marítima de la Armada. Una serie de conferenci­as que se han celebrado en

Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) entre el 12 y el 14 de marzo y que han orbitado en torno a dos pilares: el nacimiento y lo que supusieron para el Imperio las Flotas de Indias (la de Nueva España y la de Tierra Firme).

Aunque tampoco han escapado a su análisis los mitos mil veces repetidos sobre ellas: «En la práctica favorecier­on el intercambi­o comercial y humano. No traían lo que se robaba a los nativos; salían cargadas de mercancías para forjar una sociedad nueva, y regresaban con otras tantas». Y eso, por no hablar de la falacia de que cayeron a manos llenas ante los piratas. «En realidad, solo fueron una ínfima parte. Sus bestias negras fueron los temporales», sostiene. Las jornadas, difundidas a través de plataforma­s virtuales como YouTube y registrada­s en varias publicacio­nes físicas, han contado con un amplio abanico de ponentes. Entre ellos, Pablo E. PérezMalla­ína; Manuel J. Parodi; Ramón Sánchez González; Marcelino González y Marion Reder Gadow. Todos ellos, bajo la tutela y comisariad­o del mismo Martínez Ruiz. «Celebrar por primera vez las jornadas en Sanlúcar, la que fuera la puerta de entrada y salida de las Flotas de Indias durante dos siglos, ha sido un privilegio para nosotros», concluye Vallespín.

«No traían lo que se robaba a los nativos; salían cargadas de mercancías para forjar una sociedad nueva»

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// ABC Imagen de las jornadas de Cultura e Historia naval en Sanlúcar de Barrameda

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