El BNG amnistía al PSOE con un puesto en la Mesa del Parlamento
▶Santalices, en el que asume que será su último turno como presidente de la Cámara, aboga por la «paz mundial» ▶Ethel Vázquez estrena secretaría y las competencias de infraestructuras las asume la Presidencia hasta tener relevo
Miguel Santalices, reelegido presidente del Parlamento gallego, hizo ayer un llamamiento en pro de la «paz mundial», minutos después de que se hiciera oficial que el BNG amnistía al PSOE en la Cámara autonómica, cediéndole uno de sus dos puestos en la Mesa —el órgano rector—. Así echó a andar en el Pazo do Hórreo la XII legislatura. La primera de la ‘era Rueda’. La continuidad de Santalices la había adelantado el PP la víspera; el gesto de Ana Pontón con José Ramón Gómez Besteiro se daba por hecho, aunque finalmente la agraciada fue Patricia Iglesias. El resto, el guión consabido.
En cuanto Santalices tomó la palabra, constituida la Mesa, fue inevitable percibir una sensación de familiaridad, de que el Parlamento retomaba su actividad donde lo había dejado al concluir 2023. El veterano político orensano, que inicia su octava legislatura como diputado —lleva 27 años—, y la tercera como presidente, asumió que es la «última» vez, «seguro», que toma posesión en su «segunda casa». Su alocución no llegó a los 10 minutos y tuvo un cariz más personal que político. Se tomó, como él mismo dijo, algunas «licencias». El tramo de agradecimientos fue el más extenso. Más allá, recordó que su padre —disgustado por su decisión de dejar su carrera en la Medicina— le advirtió en su día de que le iban a «airear» todos sus «defectos», y que se harían «públicos». «Enterremos definitivamente eso, que tanto daño nos hace», demandó a sus señorías, en una aparente admonición por la mala fama del gremio. También deseó que «estemos a la altura de la confianza que la gente depositó en nosotros con su voto», y que «colaboremos todos» en este empeño; pero, siendo su «día», confesó que «si hubiera un duende» en el hemiciclo, y le pudiera conceder el deseo que él quisiera, tiene «claro» que pediría la «paz mundial». «Acabemos con las guerras, sólo traen sufrimiento y descalabro. Me gustaría, si tuviera ese poder», cerró.
A Santalices —corbata verde, regalo del presidente de Aldeas Infantiles, con promesa de llevarla si repetía en el cargo— lo acompañaron dos veteranas y dos novatas. Con experiencia parten las vicepresidentas: Elena Candia (PP, primera) y Montse Prado (BNG, segunda). De los estrenos, el más sonado recayó en Ethel Vázquez. La hasta ahora titular de Infraestruturas e Mobilidade en funciones pasa de ser la conselleira más veterana a secretaria. Ayer le tocó ir nombrando a los diputados al prometer o jurar el cargo. El viernes estaba analizando la situación de las infraestructuras y los servicios ferroviarios con los empresarios de Pontevedra. Una «nueva etapa», que , a la salida del hemiciclo, dijo afrontar con «mucha ilusión» y «ganas». En una breve atención a los medios, dio las gracias a Alfonso Rueda por la confianza y comentó que ahora tendrá más tiempo para sus tres hijos, tras una década de trabajo intensa. Las competencias de infraestructuras las asume directamente la Presidencia, con asistencia técnica de la Secretaría Xeral, hasta que haya gobierno.
La vicesecretaría cedida por el BNG —«en aras a visibilizar la pluralidad de la Cámara también en sus órganos de dirección», se pusieron la medalla los nacionalistas— a los socialistas recayó en la número 1 por La Coruña el 18F, Patricia Iglesias. Trascendió pocos minutos después de las 10, casi sobre la bocina —o el timbre que avisa del inicio de las sesiones, fijada la de ayer para las 11—. La franja en la que los grupos se reúnen antes de acceder al hemiciclo. Rueda llegó a la de los populares con demora marca de la casa y su inseparable mochila. Sus diputados recibieron un pin y ejemplares del reglamento de la Cámara y del Código Parlamentario.
Resultó llamativo ver a Dacosta (PSdeG), cuando los miembros de la
Pontón tuvo el gesto de ceder la vicesecretaría, que asume Patricia Iglesias, por «visibilizar la pluralidad en los órganos de dirección»