Alcoa abre el diálogo con «posibles compradores» para San Cibrao
▶ Niega contemplar ya una venta, pero admite su insolvencia y pide reajustes en su acuerdo
Volantazo en los planes conocidos para el futuro del complejo industrial de San Cibrao, en Cervo (Lugo), de la internacional aluminera Alcoa. La empresa hizo público ayer, a través de un comunicado, que está «iniciando contactos con potenciales compradores fiables que pudieran tener interés en adquirir las operaciones». Algo que, aclara, «no significa que se vaya a realizar una venta», pero sí que estudia en profundidad todas las vías que pudieran dotar de solvencia a la planta. En cualquier caso, afirma su interés por negociar, con el comité de empresa, «una modificación del Acuerdo de Viabilidad» sellado entre ambas partes, para buscar «flexibilidad» en los plazos de arranque de las cubas y «acceso» a fondos de garantía, «si fuera necesario».
La empresa es clara en su mensaje: expone que, actualmente, «la operación de la planta sigue sin ser viable»; prevé «que las operaciones continúen con pérdidas significativas en 2024 y 2025»; y niega tener «los fondos suficientes» para «sostener» la producción. En este escenario, ayer desveló haber abierto líneas de diálogo con «posibles compradores fiables» para el complejo, aunque incide en que «cualquier potencial transacción debe abordar adecuadamente cuestiones clave» para empleados y empresa, dando a entender que la posibilidad aún no está oficialmente sobre la mesa. «Este paso es simplemente un esfuerzo por identificar partes interesadas con las que merece la pena tener un diálogo más profundo», indica.
Por razones similares, la aluminera aboga por modificar el acuerdo firmado con el comité y negociar cuestiones «relativas a retrasos en las inversiones, flexibilidad para completar el reinicio de cubas por encima de las 32 que se están arrancando en la actualidad y el acceso al depósito de garantía del acuerdo si fuera necesario». Su intención es «abordar inmediatamente el flujo de caja negativo»; por eso, dice, está «tratando de aliviar la situación» e «identificando la mejor manera de proceder», e insiste en que acciones como esas se plantean «fundamentales para dar tiempo a que se materialice cualquier posible solución a largo plazo».
Reunión de seguimiento
Minutos después de recibir el correo de Alcoa, el comité de empresa se pronunció para solicitar un encuentro «urgente» con las administraciones estatal y autonómica, para «conocer todas las reuniones que [Alcoa] tuvo con las administraciones y el alcance de las mismas, así como las conclusiones sacadas por las administraciones, con el fin de tener una postura común y seguir unidos el próximo día 4 de abril», fecha fijada para la decimoséptima reunión de seguimiento que mantendrá el Ministerio de Industria con la aluminera. Precisamente, la firma asegura que en esa cita «compartirá más detalles» sobre su postura, tanto respecto a sus conversaciones con terceros como a las vías de actuación que contempla.
En declaraciones, el presidente del comité, José Antonio Zan, volvió a pedir a ambas administraciones crear una «mesa técnica» que evite que se siga aplazando la balsa de lodos prevista y facilite la aprobación de los parques eólicos de los que depende. Aseguró que la Xunta ha aceptado esta reunión y están pendientes de que el ministerio confirme su participación, que considera «imprescindible». El colectivo de trabajadores añade que «el comunicado de Alcoa llegó nueve minutos antes a secretaría que a los trabajadores», lo que achaca a «una forma de actuar poco seria por parte de la compañía».
La conselleira de Economía, Industria e Innovación en funciones, María Jesús Lorenzana, señaló que la reunión de seguimiento «urge, teniendo en cuenta la situación» de la compañía y «la escasa definición por parte de la dirección de la empresa sobre cuál va a ser el destino de esta factoría lucense». Espera que sea «la definitiva», e instó a Industria a que «aclare» cuáles son sus medidas de apoyo directo para «salvar la factoría».
El comité reclama que se le ponga al día de lo discutido en las reuniones de Alcoa, y la Xunta pide a Industria que «aclare» sus apoyos