VIOLENCIA DE GÉNERO El asesino confeso de Ribeira fue denunciado por una pareja anterior
▶Un joven de 25 años mata a su ex compañera, un año menor, lo cuenta a un familiar y luego intenta suicidarse ▶La víctima, Andrea Yturry, de origen peruano, llevaba diez años en España y trabajaba en una conservera
No constan denuncias previas de Andrea Yturry contra Jhul Príncipe Casahuaman, su expareja, quien, el martes, la acuchillo hasta la muerte en un piso de Ribeira (La Coruña); luego, intentó, sin éxito, suicidarse, y acabaría confesando el crimen a un familiar. Pero en el haber del asesino confeso de Andrea sí constan antecedentes de violencia de género. En 2019, una compañera sentimental anterior le denunció por malos tratos. Según explicaron a ABC fuentes conocedoras, a consecuencia de ello, Jhul Príncipe Casahuaman tuvo que participar en trabajos comunitarios dentro del grupo municipal de emergencias de Ribeira, la localidad gallega que ayer todavía estaba en shock por el crimen machista.
En las bases de datos de los juzgados no constan denuncias contra Jhul Príncipe Casahuaman por delitos de violencia de género, según informó ayer el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG). Pero esas denuncias sí que habían existido en el pasado. Los agentes de la Policía Nacional intervinientes en el caso comunicaron al juez que se encargó del levantamiento del cadáver, el titular del Juzgado número 1 de Ribeira, que a ellos sí les constaba la mencionada denuncia presentada por otra excompañera sentimental contra el asesino confeso.
También lo confirmó oficialmente a la prensa el delegado del Gobierno en Galicia, Pedro Blanco, aprovechado su presencia en un acto en Santiago de Compostela. De cualquier forma, en el momento del crimen, Jhul Príncipe Casahuaman no tenía abierta ninguna causa por delitos de violencia machista. El caso de Andrea tampoco constaba en el Sistema de Seguimiento Integral en los casos de Violencia de Género (Sistema VioGén), un organismo dependiente del Ministerio del Interior, que aglutina a diferentes instituciones públicas, concebido para seguir y proteger a mujeres en riesgo de ser víctimas de violencia machista. El crimen ocurrió el martes por la tarde. Precedido de una fuerte discusión, según aseguraron haber oído unos vecinos, Jhul Príncipe Casahuaman acuchilló a Andrea hasta matarla. Fue en el piso donde ella vivía, en el número 9 de la calle Doctor Torres de la parroquia de Palmeira, uno de los núcleos más poblados del término municipal de Ribeira.
Confesión a un familiar
Fue el propio asesino confeso quien telefoneó a un familiar para explicarle lo que acababa de hacer. Jhul Príncipe Casahuaman trató de suicidarse, pero no lo consiguió. Cuando los servicios del 112 acudieron al lugar de los hechos, alertados por este familiar, y entraron en la vivienda tirando la puerta abajo, se encontraron con la víctima, ya fallecida, y con el asesino confeso, malherido. Ayer, al cierre de esta edición, Jhul Príncipe Casahuaman permanecía ingresado en un centro hospitalario, custodiado por agentes de la Policía Nacional. Estaba en estado grave, pero su vida no peligraba.
El propio delegado del Gobierno en Galicia confirmó a los medios que «no se teme por su vida», y añadió que «en cuestión de días podrá tener el alta hospitalaria». Por ahora, el asesino confeso de Andrea no ha comparecido todavía ni en sede policial ni judicial, a la espera de que se recupere de las heridas que se autoinfligió.
Un hijo de dos años
Andrea Yturry era una joven de origen peruano, de 24 años, que llevaba ya una década viviendo en Ribeira, según explicaron a este diario fuentes municipales. De hecho, ya cursó estudios secundarios en el instituto de Palmeira. En el mismo centro educativo, el IES Número Un, había estudiado también el autor del crimen, que tiene un año más que la víctima. Ayer por la mañana, alumnos y profesores de este instituto guardaron un sentido minuto de silencio, que acabó con un aplauso. La escena se repitió en el IES Leliadour, el otro instituto de Ribeira. Y también en el Centro Integrado de Formación Profesional (CEIP) de Coroso, donde también estudió la víctima.
Andrea tenía un hijo, de solo dos años de edad. Según han explicado a ABC fuentes municipales, el niño ha quedado a cargo de familiares. La víctima trabajaba actualmente en la conservera Jealsa, concretamente, en las instalaciones que esta empresa tiene en Boiro (La Coruña), una localidad a unos 20 kilómetros del municipio de Ribeira, donde vivía. Allí, se vivió uno de los homenajes más emotivos que ayer se convocaron en recuerdo de Andrea. Un millar de personas, especialmente trabajadoras de la conservera, se concentraron en repulsa por el asesinato de su compañera. Escenas similares se repitieron en otras plantas