Nuria Espert
Nació el 11 de junio de 1935 en la localidad barcelonesa de Hospitalet de Llobregat. El 12 de noviembre de 1949, con apenas catorce años, interpretó ‘Lali’, de Claudio Fernández, en el Teatre Romea de Barcelona. Actualmente se encuentra de gira con ‘La isla del aire’, de Alejandro Palomas juego también, aunque ahora le exijan un tiempo que le cuesta más darle. Ya más en serio, dice que no se ha cuidado especialmente, «aunque tampoco he hecho grandes barbaridades. No diré que entrar en escena me cure todos los males; hay goteras que atender, pastillas que tomar, pero como decía Fernando Fernán-Gómez, lo voy llevando...» Y ahí, claro –coincide con Lola Herrera– están los genes. «La Nati y el Venancio me dejaron una buena herencia en este sentido», dice orgulloso el actor.
A María Galiana, que llegó tarde a la interpretación profesional –durante años se dedicó a la enseñanza, y considera que esa es su verdadera carrera–, le dejaron una buena herencia genética: maneja con soltura, por ejemplo, el WhatsApp o el correo electrónico, y tiene una gran independencia. Siempre ha dicho que disfruta trabajando, y que mientras tenga salud y le funcione la cabeza seguirá ahí. «No he pensado nunca en eso de morir en el escenario –decía a ABC hace unos días–. No tengo ese romanticismo. Lo que no quiero es perder la cabeza, que me pueda aprender una función como esta, que lo he hecho después de mucho trabajo. Para mí es fundamental también enterarme de lo que me dicen los otros actores para poder seguir adelante. Lo dejaré cuando no pueda aprenderme los papeles».