ABC (Galicia)

Besteiro, ante un PSdeG en el diván

- PABLO PAZOS SANTIAGO

El próximo secretario general, llamado a levantar el partido tras la debacle del 18F, no da pistas del diseño de su ejecutiva, que sitúa en «fase de formación»

abe José Ramón Gómez Besteiro desde el 14 de marzo que nadie en el PSdeG le disputará la secretaría general. Ese día concluyó el plazo para presentar precandida­turas y solo se recibió la suya. Ricardo J. Varela Sánchez, presidente de la Comisión Nacional de Ética e Garantías e Réxime de Recursos, dio su visto bueno. El pasado viernes 22, transcurri­da una semana, el político lucense comentó que la futura ejecutiva, su «equipo», en definitiva su «proyecto», todavía está «en fase de formación». Por eso no podía dar pistas. «Queda más de un mes», justificó. Y aquí vino el lapsus: «Será el 28 de abril, creo recordar, cuando se haga ese congreso [extraordin­ario]», del que saldrá una dirección renovada del socialismo gallego. Falló por un día. Será el 27, en un hotel compostela­no. No el último domingo del mes, sino el sábado.

No deja de ser chocante que Besteiro equivocase la fecha en la que el partido debería resetearse. Cuando es él, precisamen­te, quien está llamado a levantar a una formación de capa caída, después de tocar fondo en las elecciones autonómica­s del 18 de febrero. Pero todo lo que rodea al PSdeG desde esa noche aciaga para sus intereses destila mucha interinida­d y poca ilusión. Al día siguiente del 18F, Besteiro fue refrendado desde Ferraz como el encargado de pilotar los próximos cuatro años. Viendo el vaso medio lleno, la oportunida­d de resarcirse tras su calvario

Sjudicial. Viéndolo medio vacío, un sapo que no queda más remedio que tragar, por ausencia de alternativ­as. El sector crítico ni siquiera ha dado guerra esta vez, después de amagar Gonzalo Caballero, en su momento, con concurrir a las primarias que nunca fueron para optar a presidir la Xunta. Sus adláteres ya no intentan agitar desde las redes sociales. Martín Seco vuelve a ser concejal en Arteixo y Pablo Arangüena está fuera de la política.

En cuanto a Valentín González Formoso, que nunca ocultó que estaba deseando ceder la secretaría general, resultó llamativa su ausencia el pasado lunes en el Pazo do Hórreo. En lugar de asistir a la sesión constituti­va de la XII legislatur­a de la Cámara autonómica, prefirió inaugurar unas jornadas de derecho administra­tivo iberoameri­cano, y que la delegación del PSdeG la encabezase su número dos, José Manuel Lage Tuñas –a la sazón, presidente del Comité Organizado­r en el proceso para elegir nuevo secretario general–.

El PSdeG tiene por delante cuatro años complejos en el Parlamento gallego, con sólo 9 diputados, pero sobre todo, mucho trabajo a nivel interno, para volver a levantar cabeza. Lara Méndez, actual vicesecret­aria general, que dejó la alcaldía de Lugo en pos de una hipotética vicepresid­encia de la Xunta, parte como un apoyo clave para Besteiro en su travesía por el desierto. Cabe pensar que ya tiene bosquejado el plan, pero oculta sus cartas. Y después está lo que diga Abel Caballero.

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