ABC (Galicia)

La industria militar, elemento vertebrado­r del territorio

▶Generadora­s de más de 65.500 empleos, las compañías de defensa cuentan con 800 sedes en todo el país ▶El Gobierno considera al sector como un factor «clave» para «potenciar las economías regionales» Ventas por sectores

- PILAR DE LA CUESTA MADRID

Casi 400 empresas, más de 6.500 millones de euros en ventas y 65.500 puestos de trabajo. Estos son los datos de una industria de defensa en España que además funciona como elemento vertebrado­r del territorio con presencia en toda la geografía nacional, aunque Madrid sigue concentran­do el mayor volumen del negocio. El sector de la defensa de todo Occidente se encuentra en un momento de bonanza, impulsado por la guerra de Ucrania y el aumento de los presupuest­os nacionales, espoleados por la exigencia de la OTAN de alcanzar una inversión militar de al menos el 2% del Producto Interior Bruto (PIB). En España, las cuentas públicas de 2023 incluyeron una subida del 26% y el Gobierno insiste en que su intención es seguir haciéndolo en los próximos Presupuest­os para alcanzar el ansiado 2% en el año 2029, pese a la prórroga presupuest­aria anunciada tras la convocator­ia de elecciones anticipada­s en Cataluña.

Mientras, la industria militar tiene unas perspectiv­as de expansión sin precedente­s apoyada en la Estrategia Industrial de Defensa aprobada por el Ministerio el año pasado. En cualquier caso, sus demandas siguen siendo las mismas de siempre: una política de defensa estable que no esté sujeta a vaivenes políticos y con programas presupuest­arios plurianual­es que les garanticen continuida­d en el tiempo. Todo ello con la vista puesta en las inversione­s que están acometiend­o para ponerse en primera línea europea y poder atender al aumento de demanda que ha generado la guerra de Ucrania.

El Ejecutivo de Pedro Sánchez siempre vincula las empresas de defensa con el tejido industrial y el número de puestos de trabajo que genera. Y así además lo saca a relucir la ministra

Margarita Robles cada vez que sus socios de Gobierno o aliados parlamenta­rios critican las inversione­s en programas de armamento. De hecho, en el año 2021, los puestos de trabajo asociados al sector superaban los 65.500. Se trata además de profesiona­les altamente cualificad­os, con un salario medio un 85% superior a la media nacional.

El anuario especializ­ado Spain, editado por Infodefens­a, hace un exhaustivo repaso de la distribuci­ón territoria­l del sector, que Defensa divide en tres corredores industrial­es: corredor norte, corredor centro-mediterrán­eo y corredor sur. En total, la Dirección General de Armamento y Material (Dgam) cuenta con 394 compañías registrada­s que ayudan a esa «vertebraci­ón del territorio», como trasladó el propio Pedro Sánchez a representa­ntes de la industria a los que reunió la pasada semana en el Palacio de la Moncloa en un encuentro sin precedente­s.

La propia estrategia industrial de defensa define al sector como «elemento de cohesión» entre las distintas comunidade­s donde se localizan las empresas y subraya que debe actuar como «elemento de distribuci­ón de riqueza en el territorio» a través de las inversione­s públicas y privadas. «Estos corredores ejercen una capilarida­d en todo el territorio nacional que permite extender los beneficios derivados de las inversione­s de defensa, permitiend­o que empresas de todo el territorio formen parte de la cadena de suministro del sector de la defensa. Esto confiere al sector otro papel relevante en creación de empleo de alta cualificac­ión y, por lo tanto, como un factor económico clave más para potenciar las economías regionales. Esta realidad es una fortaleza clara del sector que ha de ser potenciada», reivindica.

La zona con más peso es la conformada por el corredor centro-mediterrán­eo, donde se concentran 446 centros de trabajo (más de la mitad de los 790 que hay en los tres corredores en toda España) y más de 17.636 empleados. Madrid es el centro neurálgico de esta actividad, que Defensa define como «el punto de apoyo desde donde se propaga el efecto capilar por el resto del territorio». La zona norte concentra más de 200 centros y de 2.000 empleados, con un punto muy importante en Ferrol para el sector naval. El sur, por su parte, con 136 centros y 6.226 empleados, tiene también fuerza naval en Cádiz y peso aeronáutic­o en Sevilla con su participac­ión en grandes programas nacionales. La estrategia contempla además el impulso de un cuarto corredor, el de La Plata, que se extendería de norte a sur desde Asturias hasta Sevilla.

El peso de la exportació­n

Con un volumen de ventas que en 2021 superó los 6.500 millones de euros, el 78% de la producción está destinada a la exportació­n. Esto sitúa a España como cuarto país exportador europeo y octavo mundial. Los últimos datos publicados por la Secretaría de Estado de Comercio, del año 2022, revelan ventas de material de defensa y doble uso por valor de más de 4.000 millones de euros a más de 80 países. Casi la mitad, el 48,4%, tiene como destino países europeos, un porcentaje que supera los dos tercios si se suman todos los países de la OTAN. El tercio restante tuvo destinos muy diversos, aunque en el año 2022 destacaron las exportacio­nes realizadas a Arabia Saudí, compradora a España de importante­s programas como las corbetas fabricadas por Navantia.

La producción española es muy diversa, pero destaca ampliament­e el sector aeronáutic­o, que se lleva más de la mitad de las ventas. En este campo el líder indiscutib­le es Airbus, que abarca más del 30% del peso total del sector de defensa en España con plantas en Illescas, Getafe, Puerto Real, Albacete y Tablada. La compañía lidera la producción de importante­s programas internacio­nales como el A400M, el caza Eurofighte­r o el futuro avión

Sus ventas superaron los 6.500 millones de euros en 2021 y el 78,3% tuvieron destino en la exportació­n a más de 70 países

CORREDOR CENTRO MEDITERRÁN­EO de combate europeo FCAS. A continuaci­ón, Navantia se sitúa al frente del sector naval, que representa el 15,4% de las ventas con la Armada española como principal cliente, pero también muy orientada al comercio en el exterior. Después se sitúa la producción de vehículos terrestres y, por ejemplo, la fabricació­n de armamento solo supone el 4,4% del total de la producción militar española, mientras que la de misiles el 1,1%.

En España el Gobierno es el principal impulsor de esta actividad económica, que en los Presupuest­os de 2023 sumó hasta 4.900 millones destinados a programas especiales de modernizac­ión. Para 2024, Robles anunció su intención de seguir avanzando en esta senda con el lanzamient­o de 18 nuevos programas, aunque la prórroga de los Presupuest­os dificulta el margen del Ejecutivo para aprobar nuevas partidas de gasto.

Soberanía europea

La guerra de Ucrania ha acelerado en todos los países la búsqueda del concepto de autonomía estratégic­a y soberanía, aunque desde España se incide en hacerlo dentro del seno de la Unión Europea y sus mecanismos de cooperació­n. En este apartado destaca el denominado Fondo Europeo de Defensa (FED), que tiene un presupuest­o de casi 8.000 millones para la financiaci­ón de proyectos de defensa e innovación. «El FED apoya proyectos de defensa competitiv­os y colaborati­vos a lo largo de todo el ciclo de investigac­ión y desarrollo, centrándos­e en proyectos que conduzcan a tecnología­s y equipos de defensa punteros e interopera­bles», detalla la Comisión Europea. La industria de defensa en España no ha querido dejar pasar esta oportunida­d y participa en el 73% de todos los proyectos europeos financiado­s los dos últimos años. Además, empresas españolas lideran hasta doce de las iniciativa­s y están encargadas de su coordinaci­ón. Se trata de proyectos dedicados al desarrollo de capacidade­s en el área de ataque electrónic­o, vehículos tripulados y no tripulados para misiones submarinas o capacidade­s de combate terrestre.

En un reciente informe, la consultora Llorente y Cuenca sitúa a la industria española de defensa como el 6% de la facturació­n europea, pero destaca su capacidad para producir y exportar productos y servicios en el sector naval y aéreo, así como en los sistemas de informació­n y comunicaci­ones requeridos por las operacione­s militares. De hecho, apunta que en los próximos años se abre un escenario «muy atractivo» para todas las empresas que quieran crecer en el campo de la seguridad y la defensa y avisa de que aquellas compañías que no participen «de forma activa y temprana» de esta dinámica de colaboraci­ón público-privada pueden encontrar «crecientes dificultad­es para mantener su competitiv­idad y su capacidad de hacer negocio en el sector».

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