La norma antitabaco del Gobierno hace temblar a un negocio que genera 3.300 millones al año
▶ Hoy acaba el plazo para que las autonomías hagan sus sugerencias al nuevo plan
La nueva norma antitabaco en la que trabaja el Gobierno, y que está siendo estudiada a fondo por las comunidades autónomas, preocupa y mucho a las empresas; no solo al sector tabacalero, que será el principal damnificado si esta norma entra en vigor, sino a los hosteleros, que han puesto el grito en el cielo por la obligación sobre la mesa de prohibir de fumar en las terrazas.
Esto último, el plan de hacer de estos espacios en los bares zonas libres de humo, colocaría a España entre uno de los primeros países europeos en hacerlo, tras Suecia. «Es un agravio comparativo con otros países, una aplicación que nos generaría un problema cuando no lo hay, haciendo a los trabajadores cumplir con la función de policías, y es una obligación más que se nos impone, que además es ridícula», explica el secretario general de Hostelería de España, Emilio Gallego: «Ya hemos asumido infinidad de prohibiciones, y hace ya 20 años que Sanidad solo nos llama para esto. Ahora mismo, los espacios de hostelería en España ya son espacios libres de humo, solo quedan las terrazas. Dejen a las empresas elegir», reclama.
Además de esta, entre las limitaciones y cambios en los que trabaja el Gobierno en el marco de esta nueva norma, con la que pretende «que los jóvenes no empiecen a fumar, que aumente el número de exfumadores adultos y que haya más espacios libres de humo para prevenir el humo de segunda generación», se encuentra también la de promover un empaquetado genérico del tabaco y subir el precio de las cajetillas. El plan del Ejecutivo, al que las comunidades
UN SECTOR REPARTIDO POR TODA ESPAÑA autónomas pueden hacer propuestas hasta este miércoles, 27 de marzo, tiene el foco no solo el tabaco tradicional, sino que también mira hacia alternativas sin humo que han surgido en los últimos años como el tabaco calentado (en España solo se comercializa Iqos, de Philip Morris) y los cigarrillos electrónicos o vapeadores. «Las nuevas formas del tabaco son una puerta de entrada al tabaquismo y hace falta actualizar la legislación para mejorar la protección de la salud», aseguraba hace unos días la ministra de Sanidad, Mónica García, sobre los últimos. Una vez las comunidades se pronuncien, Sanidad volverá a llevar el llamado Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027 al pleno del Consejo Interterritorial del 5 de abril.
¿Impacto en el negocio?
Aunque es complicado estimar el impacto que una norma como esta generaría en el sector tabacalero, que prefiere mantener un perfil bajo hasta que se apruebe el plan, cabe realizar una radiografía sobre su tamaño en nuestro país. Según el último informe presentado por la consultora Afi, el sector del tabaco genera 3.300 millones de euros de valor añadido bruto cada año en España.
Esta cifra, que se calcula según el valor generado por el conjunto de productores del sector (recogiendo los valores que se agregan a los bienes y servicios en las distintas etapas del proceso productivo), se basa por tanto en las fases de cultivo y primera transformación; en fabricación; en distribución mayorista y en distribución minorista. En total, genera alrededor de 53.000 empleos. En las últimas semanas, todas las empresas que componen esta cadena esperan los próximos pasos del Gobierno temiendo que termine afectando a las distintas fases del negocio, que se reparten por varias comunidades autónomas.
Extremadura, por un lado, concentra el 98% de la producción española de hoja de tabaco, a la que se dedican unas 1.900 personas. Canarias y Cantabria, por su parte, concentran en nuestro país la fabricación de productos de tabaco, situando a España como quinto fabricante europeo. Calcula Afi que a la distribución de estos productos se dedican 42.930 trabajadores; y Navarra acoge además a los principales fabricantes de máquinas expendedoras (Azkoyen, Jofemar y GMM).