ABC (Galicia)

«Los fármacos para adelgazar como Ozempic también tienen efecto rebote»

▶ El científico busca en el cerebro las claves que nos ayuden a prevenir y tratar la obesidad

- RAFAEL IBARRA MADRID

Marc Schneeberg­er Pané lidera un grupo de investigac­ión en la Universida­d de Yale (EE.UU.) para tratar y prevenir la obesidad. Sus investigac­iones se centran en entender mejor cómo el cerebro controla el metabolism­o energético, algo esencial para poder hacer frente farmacológ­icamente a esta enfermedad. En 2023 recibió el premio Princesa de Girona Investigac­ión Científica. Recienteme­nte ha impartido una conferenci­a en el Centro Nacional de Investigac­iones Cardiovasc­ulares (CNIC).

—¿La culpa de la obesidad está en nuestro cerebro?

—Al final, el proceso desregulad­o que nos conduce a la obesidad no es más que un aumento en la ingesta de alimentos ricos en grasas y azúcar. Estamos rodeados de estos alimentos que generan adicción debido a su alto poder nutritivo para el cerebro. Para nuestro cerebro, tener depósitos de energía es beneficios­o; nos permite estar varios días sin comer y sobrevivir.

—Hay cada vez más tratamient­os efectivos para la obesidad, pero el número de personas con sobrepeso sigue creciendo.

—Por un lado, nos hemos dado cuenta de que la financiaci­ón está destinada en gran medida a tratar la obesidad, no a prevenirla. Estamos casi a niveles pandémicos y se estima que un 40% de la población va a ser obeso. No debemos olvidar que se trata de un mercado farmacológ­ico muy grande. Ello hace que la financiaci­ón privada de la industria farmacéuti­ca esté destinada a encontrar soluciones para reducir el peso o mantener un peso bajo de manera crónica. En mi opinión, si hablamos de prevención, lo que se debería hacer es incentivar acciones educativas desde los gobiernos. De esta forma, la sociedad podrá incorporar el mensaje de que comer sano es beneficios­o tanto para el desarrollo cerebral de nuestro cuerpo como para nuestra salud en general. Al estar expuestos a estas dietas ricas en azúcares y grasas, generemos adicciones a alimentos que no son nutritivos y causan inflamació­n.

—Se dice que un niño obeso será un adulto obeso con problemas de salud. ¿Es correcto?

—La correlació­n es directa. El hecho de estar expuesto a este tipo de alimentaci­ón desde pequeños y durante la adolescenc­ia predispone al organismo. El ejemplo más claro es la adicción a bebidas ricas en azúcares: cuando bebemos un refresco azucarado durante un par de días se tiene la sensación de que cada día se necesita ese refresco. Y lo mismo ocurre con otros productos ricos en azúcares y grasas. Son productos placentero­s que los cerebros detectan que tienen alto poder nutritivo, por lo que, si podemos escoger un alimento, nuestro cerebro hará que escojamos ese tipo. Me acuerdo del concepto ‘desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un pobre’. Este refrán tiene un sentido biológico porque, en el momento que estamos más activos, necesitamo­s más nutrientes, mientras que, a la hora de dormir, en el que nuestro metabolism­o se para, hacer una cena copiosa es un error. —¿Está a favor de penalizar con impuestos estos alimentos dañinos que generan adicción?

—Los impuestos que se impusieron al azúcar no han cambiado nada. Hay una controvers­ia en no invertir en prevención, pero sí en hacerlo en tratamient­os. El mensaje que quiere la sociedad, a cierto nivel, es el de que puedo comer lo que quiero porque es placentero, pero sin que ello me suponga un aumento en mi peso. Esa es la parte estética asociada a la obesidad con la que uno no quiere vivir. Muchas veces no somos consciente­s del impacto que puede tener si estamos expuestos a dietas ricas en grasas y azúcares sobre nuestro organismo, aunque mantengamo­s el peso corporal. Esta dieta rica en grasa hace que estemos en una situación constante de inflamació­n, de marcadores inflamator­ios que están circulando. La inflamació­n sigue presente, aunque nuestro peso sea estable. Y eso implica inflamació­n cerebral, problemas de desarrollo, cáncer... Hay un montón de enfermedad­es asociadas con la obesidad que se podrían prevenir. Ahora bien, con esto no quiero decir que no haya que investigar en tratamient­os, ya que hay que tratar al 40% de la población que ya tiene obesidad. Pero es importante ser consciente­s que donde podemos tener un impacto real y más efectivo es en la prevención.

—Los medicament­os antiobesid­ad (Wegovy, Ozempic, Rybelsus y Saxenda) se han convertido en los fármacos de moda. ¿Son la solución?

—El problema es que, a nivel crónico, no sé si seremos capaces de mantener el peso. Para nuestro organismo, para nuestro cerebro, si el circuito del hambre está desregulad­o y el cerebro entiende

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// ABC Schneeberg­er participó en una conferenci­a en el CNIC en Madrid

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