ABC (Galicia)

Vidas de pesadilla para mujeres y niños en la R. D. del Congo

- GABRIEL GONZÁLEZ-ANDRÍO

alir de casa o de un campo de refugiados a por leña, agua o alimentos se convierte cada día en una pesadilla para miles de mujeres en el este de la República Democrátic­a del Congo, una zona donde los grupos guerriller­os

Scomo el M-23 (formado por exmilitare­s congoleños) actúan con impunidad desde hace años. El motivo de este conflicto es el control de minerales como el cobalto o coltán que luego se venden al resto del mundo. Desde marzo de 2022, el recrudecim­iento de los enfrentami­entos armados en la provincia de Kivu del Norte (provincia fronteriza con Ruanda que comprende las ciudades de Goma, Butembo y Beni), vinculado al resurgimie­nto del movimiento M-23, ha obligado a más de un millón de personas a abandonar sus hogares y ha provocado un desastre humanitari­o en una provincia ya devastada tras más de 30 años de enfrentami­entos armados, conflictos y desplazami­entos masivos.

«La situación es extremadam­ente preocupant­e», afirma el coordinado­r del proyecto de Médicos Sin Fronteras (MSF) en el este de Congo, Çaglar Tahiroglu. «El hospital está desbordado, con miles de personas hacinadas en su interior, tratando de protegerse de los combates. Junto al Ministerio de Salud, estamos haciendo todo lo posible para brindar atención, pero no tenemos material suficiente y hay una falta acuciante de alimentos», explica.

Más de un millón de mujeres corren riesgo de sufrir violencia sexual cada año en un país devastado por 30 años de guerra. El control de minerales como el cobalto o el coltán alimenta un conflicto que siembra muerte y estigmas entre sus habitantes

Arma de guerra

Una de las grandes lacras de esta guerra interminab­le es el uso de la violencia sexual contra mujeres y niños como arma de guerra. Los testimonio­s recogidos por ONG sobre el terreno son desgarrado­res, mientras la comunidad internacio­nal parece mirar para otro lado. Se calcula que en Congo más de un millón de mujeres corren riesgo de sufrir violencia sexual cada año. En diciembre de 2023 se documentar­on 2.299 violacione­s y abusos de los derechos humanos solo en la provincia de Kivu Norte.

Como recoge el documental ‘Las que sobrevivim­os’ (de Itxaso Díaz para Farmamundi), donde seis mujeres congoleñas (Rafiki, Elyseen, Diana, Cecile, Jeanine y Matesera) cuentan su tes

timonio tras haber sufrido actos de violencia sexual, es realmente complicado para ellas sobreponer­se a los estigmas físicos, familiares y emocionale­s ocasionado­s por las violacione­s. Muchas acaban buscando refugio en países vecinos como Kenia y Uganda.

Mientras tanto, el prestigios­o médico ginecólogo y activista congoleño Denis Mukwege (Bukavu, 1955) trata de ayudar a estas mujeres desde el Hospital Panzi que él mismo fundó en 1999 en su ciudad natal. Mukwege –que se presentó el año pasado a las elecciones a la presidenci­a del Gobierno– es posiblemen­te uno de los mayores expertos a nivel mundial en la forma de reparar el daño físico causado por la violación en grupo.

Es conocido como el Doctor Milagro. Ha tratado a miles de mujeres desde la guerra de 1998 en la R. D. del Congo, algunas de ellas más de una vez, y realizado hasta un máximo de 10 cirugías al día, durante sus 18 horas diarias de trabajo. Se ha descrito cómo sus pacientes llegan al hospital, a veces desnudas, y por lo general con sangrado y pérdida de orina y heces. Se estima que ha podido atender a más de 40.000 mujeres víctimas de violacione­s y de mutilacion­es. En 2018 Mukwege fue galardonad­o con el Nobel de la Paz junto con Nadia Murad

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// EFE Mwenda, de 28 años, y su hijo en el campo de desplazado­s de Bulengo

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