ABC (Galicia)

La guerra entre Milei y su vicepresid­enta llega al Parlamento argentino

▶La mala relación entre ambos viene de lejos, aunque Villarruel jura «lealtad inquebrant­able» hacia el presidente ▶Estas disputas palaciegas son una tradición en Argentina, ya pasó en los gobiernos de Kirchner y De La Rúa

- SYLVIA COLOMBO BUENOS AIRES

El gobierno del ultraliber­al Javier Milei ha alcanzado los primeros cien días con algunos resultados positivos. Entre ellos, el superávit que fue resultado de sus medidas de desregulac­ión económica y una leve disminució­n de la inflación: 26% en diciembre, 20% en enero y 13% en febrero. Aún así, las cifras son muy altas, ya que en los últimos doce meses el número acumulado es del 276,2%.

Los resultados negativos son numerosos, entre ellos el aumento del índice de pobreza del 40% en diciembre al 57,6% en febrero. La política de recorte de subsidios, programas de asistencia y los despidos en el aparato estatal han impulsado el número de pobres e indigentes. Pero es en uno de los ámbitos más sensibles para la gobernabil­idad del país, la política, donde Milei ha estado acumulando errores, pasos en falso y cosechando enemigos.

Con una minoría de representa­ntes en el parlamento (7 de los 72 senadores y 41 de 257 diputados), el presidente vio fracasar su llamada ley Ómnibus, un conjunto de más de 600 artículos que incluían reformas fiscal, laboral y previsiona­l, entre otras. El proceso de debate de la ley en diputados la fue desinfland­o, y culminó con el propio Milei retirándol­a de la sesión.

Entonces, el presidente aumentó el volumen de las críticas y los ataques personales a los parlamenta­rios, minando así la posibilida­d de diálogo para alianzas esenciales en el Congreso. Tanto es así que comenzó a tomar decisiones por sí mismo, con decretos aislados, como el nuevo cálculo de las jubilacion­es decidido la última semana.

También tuvimos recienteme­nte un enfrentami­ento en el Poder Judicial, con Milei decidiendo, sin consultar al Senado como es habitual, los nombres de dos jueces cercanos a él para ocupar dos vacantes (una ya abierta y otra por abrir en los próximos meses) en la Corte Suprema de la Nación.

Como si no fuera suficiente alimentar estas fricciones con el Legislativ­o y con la Justicia, Milei ahora está en conflicto con su vicepresid­enta, la conservado­ra Victoria Villarruel.

En Argentina, el vicepresid­ente es también siempre el líder del Senado. Contra la voluntad de Milei, Villarruel decidió convocar una sesión para la considerac­ión del DNU (Decreto de Necesidad y Urgencia) lanzado por Milei en los primeros días de su gobierno, el cual trataba principalm­ente sobre la desregulac­ión de la economía y abría espacio para la eliminació­n de subsidios.

Sin apoyos

El Decreto de Necesidad y Urgencia es una herramient­a concedida a los mandatario­s al inicio de su gestión. Para seguir vigente, solo necesita que ambas cámaras, el Senado y la Cámara de Diputados, no lo rechacen. Milei preferiría que el DNU siguiera sin ser presentado al Congreso, pero Villarruel decidió someterlo a votación en el Senado. Ni Milei ni su círculo más cercano del gobierno, que incluye a su hermana Karina, quien es Secretaria de la Presidenci­a, y su estratega Santiago Caputo, estuvieron de acuerdo con la idea.

Villarruel fue incluso llamada al despacho de Milei, donde él le ordenó que

Las diferencia­s internas entre Javier Milei y la vicepresid­enta Victoria Villarruel llegan también a las actividade­s que prepara el Ejecutivo para conmemorar el Día del Veterano y de los Caídos en la guerra de Malvinas, el próximo 2 de abril, 42 años después del conflicto con el Reino Unido. Por un lado, el presidente encabezará el homenaje principal, mientras que Villarruel pospusiera el tratamient­o del DNU lo máximo que pudiera, según fuentes de la Casa Rosada. A pesar de eso, la sesión fue convocada algunos días después. En medio, la Presidenci­a emitió un comunicado con un mensaje ambiguo, pero con críticas dirigidas a Villarruel. Al mismo tiempo, en las redes sociales, muchos ‘trolls’ controlado­s por el equipo de redes de Caputo empezaron a multiplica­r las ofensas y las amenazas hacia Villarruel. Una de esas cuentas anónimas pedía que la vicepresid­enta fuera ahorcada en plena Plaza de Mayo.

Viendo que esta corriente se volvía en su contra, Villarruel intentó postergar la votación, pero era demasiado tarde, la oposición no lo permitió y, finalmente, el DNU fue rechazado por el Senado.

Funcionari­os y políticos cercanos a Milei han planteado la posibilida­d de que se trate de una venganza de la vicepresid­enta, debido a una crisis que ya estaba instalada desde el principio de esta asociación.

Villarruel y Milei no son amigos y admiten tener discrepanc­ias. Ella fue escogida para postularse como su ‘vice’ por ser una mujer conservado­ra conocida, vinculada a los militares, antiaborti­sta y en contra de la política de derechos humanos del país. Este perfil parecía complement­ar el de Milei, que es más bien un ultraliber­al cuya principal preocupaci­ón es casi exclusivam­ente la economía. Victoriosa en las elecciones, la fórmula empezó a no funcionar muy bien desde la noche del balotaje, en la que Milei parecía más interesado en poner en primer plano el papel de su hermana, Karina, y de su novia, la actriz Fátima Flores.

Villarruel se distanció de la Casa Rosada, ni siquiera se le concedió una sala allí, y desde su oficina en el Senado, estaría intentando ganar relevancia propia. contará con agenda propia y tiene previsto ser la protagonis­ta de su propia actividad programada para el miércoles 3, en el Senado, la cámara que preside.

La cuestión de Malvinas es otro tema que genera ruido después de que Milei expresara en campaña su admiración por Margaret Thatcher y la calificara como «una gran líder en la historia de la humanidad». Es la tesis del amigo de Milei y diputado José Luis Espert, que dice creer que ella podría estar trabajando para desestabil­izar al gobierno.

La historia se repite

Ante las cámaras, no se les vio juntos después del incidente. Milei intentó contempori­zar diciendo que «Villarruel es una mujer brillante» y compartió una foto de ambos abrazados caminando. Por otro lado, Villarruel afirmó que su lealtad hacia Milei es «inquebrant­able» y que solo tomó la decisión de llevar el DNU a votación debido a la presión de senadores de la oposición.

Lo que vemos repetirse en la historia política reciente de Argentina es que la posición del vicepresid­ente es muy difícil, en un país donde el líder del Ejecutivo casi siempre es una figura muy fuerte. Por ejemplo, ocurrió en el año 2000, cuando el entonces vicepresid­ente Carlos Chacho Álvarez renunció a su cargo, denunciand­o por corrupción al presidente Fernando de La Rúa, quien supuestame­nte estaba distribuye­ndo

sobornos al Senado a cambio de apoyo para su débil gobierno, que culminó con su renuncia y el inicio de una gran crisis política y económica

En el primer mandato de la peronista Cristina Kirchner (2007-2011), decidió nombrar como su vicepresid­ente a Julio Cobos, quien en ese momento pertenecía a la Unión Cívica Radical, como un gesto de conciliaci­ón con la oposición. Sin embargo, la armonía duró poco.

Al año siguiente, Cristina enfrentó una disputa con los ruralistas, al querer aumentar los impuestos sobre sus productos destinados a la exportació­n. Hubo grandes manifestac­iones. A pesar de ello, Cristina siguió adelante y llevó al Congreso un proyecto de ley para aplicar esos impuestos a cualquier costo. Los ruralistas bloquearon carreteras, hubo desabastec­imiento y la sociedad estaba impaciente. La aprobación de la ley era una necesidad para reforzar su autoridad política. En el Congreso, la votación fue reñida. La disputa terminó empatada en 36 votos a favor y 36 en contra. Aunque el vicepresid­ente es el presidente del Senado, no vota en sesiones regulares, pero se le llama a emitir su voto en caso de un empate. Cobos emitió su voto de desempate, pero en contra del proyecto de Cristina. La presidente nunca lo perdonó. Dejó de hablar con su vicepresid­ente hasta el fin de su mandato y lo apartó de todos los actos y decisiones.

En la agenda de los próximos meses, Milei tendrá que definir el papel de Villarruel, ya que sus principale­s reformas necesitan pasar por el Congreso y Villarruel juega un papel importante en ello.

En primer lugar, quiere volver a llevar la ley Ómnibus a votación, sin dejar atrás ningún artículo. Sin embargo, tendrá que mostrar más habilidad política con respecto a los parlamenta­rios a quienes ha dirigido insultos en estos primeros meses. También con respecto a los gobernador­es, con quienes la relación no ha sido buena desde que cortó los bonos y aportes que el Estado Nacional transfería a las Provincias.

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// EFE Fotografía difundida la pasada semana por la vicepresid­enta de Argentina, Victoria Villarruel
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