Rumanía y Bulgaria entran formalmente en el espacio aéreo y marítimo Schengen
Los ciudadanos de Rumanía y Bulgaria celebran el levantamiento de los controles en las fronteras aéreas y marítimas, después de que ambos países integraran ayer parcialmente la zona de libre circulación europea.
Tras 13 años de espera, Rumanía y Bulgaria se unieron al espacio Schengen, un área de libre circulación creada en 1985 y en la que más de 400 millones de personas pueden viajar sin someterse a controles en las fronteras. Con la inclusión de Rumanía, de 19 millones de habitantes, y Bulgaria, de 6,5 millones, la zona Schengen pasa a tener 29 miembros: 25 de los 27 Estados de la Unión Europea (UE) además de sus vecinos de Suiza, Noruega, Islandia y Liechtenstein. Pese a ser una adhesión parcial, limitada a aeropuertos y puertos marítimos, se trata de un paso con alta carga simbólica. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, felicitó a ambos países por el «gran éxito» que representa esta unión por mar y aire, si bien la entrada por tierra todavía no es posible debido al veto de Austria, temerosa de un incremento sustancial de solicitantes de asilo que puedan llegar por carretera. Von der Leyen, no obstante, acogió con «satisfacción el levantamiento de los controles en las fronteras aéreas y marítimas interiores», en una incorporación parcial que beneficiará a «millones de ciudadanos de la UE en toda Europa». De momento, los controles se mantendrán por carretera a causa del veto interpuesto por Austria, el único país de la Unión Europea reacio a que esos dos países se incorporen plenamente a la zona, por temor a una llegada significativa de solicitantes de asilo.
La ministra rumana de Justicia, Alina Gorghiu, está convencida de que esta normalización atraerá a los inversores y beneficiará la prosperidad del país.
En diciembre de 2022, última vez en que se intentó un acuerdo a Veintisiete sobre este asunto, el veto de Austria y Países Bajos frustró la entrada de Sofía y Bucarest en el espacio Schengen, algo que la Comisión Europea reclamaba desde hace una década porque defendía que cumplían todos los criterios previstos para la adhesión. Entonces sí se permitió la entrada de Croacia, último socio en sumarse al club comunitario, por lo que Rumanía y Bulgaria eran los únicos países de la UE que no forman parte, de alguna forma, del espacio sin fronteras.