ABC (Galicia)

Atrapar la niebla para regar los sitios más remotos de España

▶ Un proyecto diseña tres captadores que llegan a recolectar en un mes hasta 250 litros por metro cuadrado a partir de microgotas

- ISABEL MIRANDA MADRID

La niebla no esconde ningún misterio para Gustavo Viera Ruíz y Vicenç Carabassa. Cuatro años de investigac­ión entre Canarias, Cataluña y Portugal les han guiado hasta el sistema más eficiente para extraer de la niebla todas las gotas en suspensión posibles: unos 100 litros por metro cuadrado ( l/m2) de media al mes, aunque con las condicione­s adecuadas puede llegar hasta los 250. Para un árbol, en época de sequía este riego puede ser la diferencia entre resistir o perecer.

La idea de capturar el agua de la niebla ya estaba presente en Mesopotami­a, aunque no fue hasta el siglo pasado cuando el sistema se perfeccion­ó. Fueron los chilenos, que desarrolla­ron unos captadores –una malla con dos postes– para cazar toda la humedad posible en el norte del desierto de Chile.

La situación en Canarias y en el área mediterrán­ea, donde la sequía es cíclica y tiene períodos de carestía cada vez más intensos, ha traído la idea de vuelta. El proyecto Life Nieblas, iniciado en 2020, pretendía ayudar a revertir la deforestac­ión y la desertific­ación con el apoyo de estas pequeñas gotas en suspensión, mejorando su recolecció­n. El resultado ha sido la creación de tres nuevos captadores más eficientes, más baratos y que permiten su instalació­n en los lugares más remotos y escarpados de la geografía sin apenas necesitar mantenimie­nto.

Tienen que darse, eso sí, dos condicione­s fundamenta­les: «Necesitas niebla y viento», reconoce Viera Ruíz, coordinado­r del proyecto y empleado de la empresa canaria Gestión y Planeamien­to Territoria­l y Medioambie­ntal (Gesplan). El viento es el elemento que empuja las microgotas en suspensión hasta su ‘trampa’. Por eso, Canarias era el lugar ideal, donde se prodigan las nieblas orográfica­s y el viento, pero tampoco son descartabl­es otras zonas. En Cataluña ya se estudia la meseta central, la cordillera litoral y el Prepirineo. «En la Península hay un potencial importante», dice Carabassa, investigad­or del Creaf que lidera los protocolos de monitoriza­ción y la supervisió­n científica de Life Nieblas.

«El captador más innovador es el colector de acículas», reconoce Viera Ruíz. Este es el modelo inspirado en las hojas de los pinos canarios, que han sido diseñadas por la naturaleza para optimizar la caza de las gotas de niebla. En el sistema creado en el programa Life, las acículas son metálicas, colocadas como si fueran largos peines, que se reparten en hileras paralelas sobre una bandeja en la que va cayendo el agua. Desde aquí es canalizada.

Este captador ha conseguido dar hasta 8 litros por metro cuadrado al día, cuando los convencion­ales daban hasta 2,5 litros por metro cuadrado al día. Pero, insisten los dos investigad­ores, las cifras dependen de la época del año, del lugar de la instalació­n y de la meteorolog­ía de ese año.

A este modelo se añaden otros dos. Uno es el colector de torre, una estructura de cuatro metros de alto y dos de ancho que tiene dos tipos diferentes de malla por la que caen las microgotas.

Por último, y fruto de la casualidad, se probó un colector individual, una estructura tubular rígida que rodea a los pequeños árboles plantados para protegerlo­s de las cabras u otros herbívoros. Esta estructura, cuando se recubre de la misma malla que los colectores de torre, es capaz de atrapar agua de la niebla.

Un apoyo

En Gran Canaria, el uso de estos sistemas ha logrado reducir un 35% el agua necesaria para las repoblacio­nes de pinos en una zona quemada en 2019, explica Viera Ruíz. Un agua que se llevaba en camiones cisterna o, directamen­te, en helicópter­o, ante lo escarpado del terreno, por lo que los costes pueden llegar a los 260 euros por árbol vivo después de dos años.

Las quince estructura­s de acículas que se instalaron han dado en 10 meses hasta 525 litros el metro cuadrado. El colector de torre logró hasta 379 litros el metro cuadrado.

«Hay que verlo como un apoyo al riego», dice Carabassa. «Este sistema no puede ser la solución completa» a la sequía. No supondrá una revolución agrícola ni solventará el déficit hídrico crónico de España. Sin embargo, puede ser útil en reforestac­iones y también en pequeñas plantacion­es agrícolas de secano. En una situación de carestía, puede aportar entre uno y dos riegos adicionale­s, «la diferencia entre que sobrevivir o no», explica. «Este es nuestro pequeño grano de arena».

Pero todavía quedan preguntas y margen de mejora, dice Viera Ruíz. Están trabajando en ello. Desde Estados Unidos les han contactado para hacer nuevas pruebas y, quizá, crear un sistema nuevo mejorado.

La imaginació­n es infinita: hay quien utiliza los colectores para fabricar bebidas ‘gourmet’. Los captadores de torre están detrás de ‘Nieblagua’ o de la cerveza Seaclouds, elaborada –dicen– con agua de nubes del Atlántico captada en las alturas de Canarias.

Para tener éxito, es necesario que haya también viento, ya que es el elemento que empuja las microgotas en suspensión

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// ABC Colectores de torre, de cuatro metros de alto y dos de ancho, con dos tipos diferentes de malla
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 ?? // ABC ?? Captador de acículas metálicas, colocadas en paralelo
// ABC Captador de acículas metálicas, colocadas en paralelo

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