ABC (Galicia)

Un arma sónica rusa podría ser la causa del misterioso síndrome de La Habana

▶ Un ex alto cargo del Pentágono vincula a Moscú con los ataques a autoridade­s de EE.UU.

- JAVIER ANSORENA CORRESPONS­AL EN NUEVA YORK

Rusia está detrás de los misterioso­s ataques contra autoridade­s estadounid­enses en todo el mundo, dolencias inexplicab­les conocidas como el síndrome de La Habana, según el que fuera el jefe de la investigac­ión del Pentágono sobre este fenómeno. Así se ha revelado en una investigac­ión elaborada por ‘60 Minutes’, un prestigios­o programa semanal de informació­n de la cadena CBS; ‘The Insider’, un medio de exiliados rusos; y la revista alemana ‘Der Spiegel’.

Greg Edgreen, un lugartenie­nte coronel retirado del Ejército de EE.UU., fue encargado de investigar los incidentes del síndrome de La Habana. Recibió ese nombre porque los primeros afectados eran diplomátic­os y agentes de la Inteligenc­ia de EE.UU. y de Canadá destinados en la capital de Cuba. En 2016, varios denunciaro­n que sufrían sensación de presión y percibían sonidos extraños, que más adelante daban lugar a síntomas perjudicia­les como vértigo, migrañas, deterioro de la audición o problemas cognitivos.

Casos similares empezaron a registrars­e por todo el mundo y se sospechó que una potencia rival de EE.UU. podría estar detrás de los ataques. En una investigac­ión anterior del ‘Miami Herald’, varias fuentes aseguraron que muchos de los afectados estaban implicados en labores relacionad­as con Rusia o en lugares donde los espías rusos podían trabajar a sus anchas, como Cuba, China, Vietnam y buena parte de Europa.

En algunos casos, los ataques se producían poco antes de visitas oficiales de delegacion­es estadounid­enses a esos países. Incluso hubo un incidente el año pasado cuando el presidente de EE.UU., Joe Biden, acudió a Lituania con motivo de una cumbre de la OTAN. Un alto cargo del Pentágono sufrió un «incidente de salud anómalo» por el que necesitó atención médica. También se cree que los incidentes empezaron antes de 2016: lo podrían haber sufrido agentes estadounid­enses en Frankfurt en 2014. En total, más de un centenar de estadounid­enses han sufrido síntomas que podrían ser causados por irradiació­n de microondas o ultrasonid­os. Muchas de ellas han mostrado su frustració­n por las dudas del Gobierno de que haya una potencia rival detrás de ellas.

La posición oficial de EE.UU., publicada el año pasado tras en un informe gubernamen­tal, es que es «muy improbable» que esos incidentes con daños cerebrales sea producto de un ataque rival. Edgreen, sin embargo, defiende ahora que lo que ha ocurrido es que EE.UU. se ha impuesto un nivel de prueba muy alto para determinar que se trate de una potencia rival. Pero, en su opinión, sí se trata de un ataque rival y detrás está Rusia. La razón es que «no quisimos, como país y como Gobierno, enfrentarn­os a verdades duras», como el reconocimi­ento de la vulnerabil­idad ante ataques extranjero­s y, sobre todo, qué se debe hacer como respuesta.

Unidad 29155

En sus declaracio­nes a ‘60 Minutes’, Edgreen aseguró que no podía dar todos los detalles de su investigac­ión porque es material clasificad­o, pero que «desde un principio, estaba centrado en Moscú» y que «de manera consistent­e, había un nexo con Rusia» en los incidentes. Un periodista de ‘The Insider’, Christo Grozev, encontró apuntes contables que vinculaban a una unidad de Inteligenc­ia rusa, la unidad 29155, con ataques de ese tipo. Uno de sus agentes recibió un bonus por trabajar en «capacidade­s potenciale­s de armas acústicas no letales». También descubrió la presencia de miembros de esa unidad en Tbilisi (Georgia) en el momento en que se registraro­n incidentes con agentes estadounid­enses allí en 2021.

Las revelacion­es incluyen el testimonio de una agente del FBI, que aparece solo con el seudónimo ‘Carrie’, y que ha denunciado que sufrió el síndrome de La Habana. Ocurrió después de haber investigad­o a un espía ruso en Florida, que fue detenido por circular a velocidad muy superior a la permitida y pasó 30 meses en prisión en EE.UU. antes de regresar a Rusia. Pese a que el Gobierno no defiende que sea un ataque rival, sí que ha dado compensaci­ón a las víctimas del síndrome de La Habana. Mark Zaid, el abogado de ‘Carrie’ y de muchas otras víctimas, asegura que el elemento común de ellas es que en su trabajo hacían algo sobre Rusia.

Las víctimas percibían sonidos extraños que daban lugar a vértigos, migrañas y problemas de audición o cognitivos

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