El futuro de la presidenta de Perú, en manos de sus aliados
En el país donde desde 2016 la receta consiste en la destitución de los mandatarios que se meten en problemas, el entorno de la presidenta peruana Dina Boluarte confía en que los aliados del Gobierno en el Congreso no activen el botón nuclear y se aplique la consigna «que se queden todos» hasta 2026. Mañana se presentará el gabinete de ministros presidido por Gustavo Adrianzén a pedir el voto de investidura y se espera que los partidos Fuerza Popular, de Keiko Sofía Fujimori; Alianza por el progreso, de César Acuña, y Renovación Popular, de Rafael López Aliaga, voten por su aprobación, lo que anticipa el voto ante la moción de destitución presentado por las bancadas de partidos de izquierda.
La crisis del ‘Rolexgate’ se inició el pasado 14 de marzo, cuando el medio digital ‘La Encerrona’ publicó que Boluarte usaba un reloj de alta gama de marca Rolex y que no lo había declarado como parte de sus bienes. Al respecto, el secretario de Proética, Samuel Rotta, dijo a ABC que la presidenta «debió dar una respuesta clara al país, explicando cuál el origen de estos bienes de lujo, dando una explicación razonable de por qué no los consignó en sus declaraciones patrimoniales y sometiéndose a las responsabilidades que esa omisión acarrease».
«Al margen de la investigación fiscal sigue en el ambiente la pregunta sobre el origen de los relojes. Adrianzén podría haber instado a la presidenta a responder en vez de abonar teorías de conspiración o a pasar por el agua tibia de la vida personal asuntos que son de interés público», añade.