Las empresas piden un «marco» de apoyo institucional a sus proyectos
▶ El sector censura que la «inseguridad» jurídica y legislativa «paraliza» planes estratégicos
Al sector empresarial gallego le preocupa el futuro que pueda tener buena parte de los proyectos en su cartera. El motivo: un panorama de «incertidumbre» jurídica y legislativa que «paraliza» inversiones y procesos estratégicos y que, temen, podría «comprometer el desarrollo industrial» de la Comunidad. Advierten que la situación afecta a los planes para acometer nuevos proyectos –caso de los parques eólicos suspendidos cautelarmente por el TSXG–, pero también a los planteados para otros que ya llevan meses, o años, «en funcionamiento» –como los complejos a los que suplirían energía esos parques, o también plantas como la de Stellantis, que siguen esperando liquidez de fondos europeos para electrificar su transporte– y que ya está provocando una «desaceleración» de la actividad económica. Ante este escenario, piden «un clima político e institucional favorable» en el que «las administraciones trabajen al lado de las empresas, desde el rigor y la agilidad, para poner en marcha proyectos y promover la modernización y transformación de las empresas ya existentes».
Sobre este eje debatieron ayer, en Santiago de Compostela, el presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Antonio Garamendi; su homólogo de la Confederación de Empresarios de Galicia (CEG), Juan Manuel Vieites; y el director general de Sabadell Gallego, Pablo Junceda. La radiografía más amplia la realizó Vieites, que recordó que ya existía una «gran preocupación» del sector ante los incrementos de costes laborales y financieros, que se vuelve peor por la «falta» de diálogo social con los empresarios «en la toma de decisiones importantes», como en la fijación del SMI para 2024. A su juicio, es «clave» labrar ese marco de colaboración entre empresas y administraciones como primer paso para afianzar su posicionamiento.
Lo resumió en que, si el objetivo es alcanzar este clima de cooperación, aún queda trabajo por delante, pero advirtió que «el recurso sistemático de la gran mayoría de autorizaciones a parques eólicos en Galicia y el cuestionamiento de la normativa española» que las regula «no son buenas señales»; como tampoco lo son la «incertidumbre» que se creó a raíz del recurso interpuesto por el Gobierno ante el Tribunal Consitucional (TC) por la gestión gallega del litoral o el «relanzamiento» de la Ley de Costas.
«Unidad empresarial»
El otro gran problema al que se enfrenta la industria gallega, dijo, es de financiación. «Es preciso movilizar del modo más operativo posible los fondos europeos disponibles. Tenemos que ser más ágiles y flexibles: dar mayor protagonismo a las Comunidades Autónomas y a las entidades financieras en la gestión. De otro modo, no llegaremos a los objetivos marcados para dichos fondos», apostilló. Para buscar soluciones y abordar estas temáticas, desde la CEG abogan por la «unidad empresarial» como medio: «Debemos reivindicar el papel de las empresas, que son la solución, no son el problema. Todos debemos interiorizar y trasladar esa realidad».
El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, se reafirmó en el discurso de Vieites y habló de «preocupación», también, a la hora de «hacer frente a las transiciones energética, digital y del talento que tienen por delante las empresas para ganar competitividad». «Para que despeguen las inversiones necesitamos un clima político e institucional favorable a la empresa y al desarrollo económico», apuntaló. También participó en el acto la conselleira de Promoción do Emprego e Igualdade en funciones, Elena Rivo, que coincidió con los expertos en situar el diálogo social como «máxima» a la hora de desarrollar políticas y destacó medidas públicas ya activas, como la cuota cero para nuevas altas de autónomos, incentivos a la contratación y ayudas a la formación, o los trece polos de emprendimiento que la Xunta tiene activos en Galicia.