EE.UU. y la UE se unen frente a la hegemonía china de los chips
▶ Lideran una nueva plataforma de cooperación sobre materias primas críticas
Estados Unidos y la Unión Europea mantuvieron ayer la que probablemente será la última reunión económico comercial de alto nivel antes de las elecciones de este otoño a ambos lados del Atlántico, con la mirada puesta en China. A pesar de que Washington o Bruselas tienen visiones diferentes sobre cómo negociar con el gigante asiático, los dos socios han acordado vigilar y compartir la información sobre las prácticas «no comerciales» en sectores estratégicos.
La reunión del Consejo de Comercio y Tecnología (EU-US TTC) se desarrolló en un ambiente de realismo que se corresponde con los problemas que comparten las dos economías occidentales y que en el horizonte inmediato tienen que ver con la emergencia tecnológica de China, que no es un país democrático. Según la mayoría de los diplomáticos consultados en los márgenes de la reunión, norteamericanos y europeos han logrado restablecer la confianza perdida durante el mandato de Donald Trump y que, según las encuestas, estaría amenazada de nuevo si el republicano consigue volver a la Casa Blanca.
Para valorar la importancia de la reunión basta con citar que han participado en ella Katherine Tai, representante de Estados Unidos en materia comercial, Gina Raimondo, secretaria de Comercio y Antony Blinken secretario de Estado. Por parte europea estaban Margrethe Vestagert, vicepresidenta de la Comisión, Valdis Dombrovskis,
también vicepresidente, y el comisario de Comercio, Tierry Breton. Y para entender la situación que querían enfocar basta saber que el principal acuerdo ha sido compartir la información disponible sobre lo que ambos consideran «políticas y prácticas no comerciales que prevalecen en China» y que tienen que ver con la competitividad de las industrias occidentales a causa de las «distorsiones de la cadena de suministro mundial y la dependencia excesiva» de China, tanto en el campo de los semiconductores como en el de materias primas y se ha decidido crear un Foro para la Seguridad de los Minerales Estratégicos desde el que fomentar la reducción de la dependencia de China.
«La democracia es difícil. Las elecciones tienen consecuencias. Y por eso las democracias, en este momento de la historia, tienen que descubrir cómo ayudarse a reforzarse mutuamente y colaborar», dijo Katherine Tai, refiriéndose a las próximas elecciones en ambos lados del Atlántico. El secretario de Estado Blinken recordó por su parte que «juntos, Europa y Estados Unidos representamos casi la mitad del PIB mundial. Y eso significa que hay un cierto peso que conlleva tener una posición compartida sobre algo, ya sea lidiar con China o cualquier otro desafío».
Estados Unidos considera a China como un adversario global incluso desde el punto de vista militar, por las ambiciones expansionistas de Pekín en el Pacífico, mientras que Europa todavía mira al gigante asiático como un competidor y evita el enfrentamiento.
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