ABC (Galicia)

Santiago emprende su ‘camino’ hacia un nuevo modelo turístico

▶Tras detectar «malestar» entre los vecinos, el Concello estudia cómo regular los flujos y los grupos guiados ▶El sector considera que falta informació­n, servicios y que los guías con licencia no son el problema

- NOELA VÁZQUEZ SANTIAGO

El año pasado, Santiago recibió casi un millón de visitantes que pernoctaro­n en la ciudad, según las estimacion­es del Instituto Nacional de Estadístic­a. También se entregaron más Compostela­s que nunca, superando las 400.000. En lo que va de 2024, esta cifra ya es un 66% superior a la de 2023 por las mismas fechas, por lo que todo apunta a que volverá a ser un año de datos históricos. La capital gallega y el Camino son un reclamo para turistas de todo el mundo que no para de crecer, pero las cifras récord, inevitable­mente, también implican calles abarrotada­s, espacios de tránsito ocupados y los ocasionale­s grupos que anuncian su llegada a la ciudad al compás de una marcha marcial. Ahora, tras detectar un «malestar» entre los vecinos, el Concello avanza en la regulación de los visitantes, y sopesa opciones como el control de flujos o establecer máximos en los grupos guiados, una idea que no fue recibida del mismo modo por todos los agentes implicados.

Esta semana se conocía la intención del Consistori­o de analizar la situación actual en la ciudad para estudiar cómo abordar la saturación de ciertas zonas en los momentos de mayor demanda. Se habló de reorganiza­r los flujos turísticos para mejorar la convivenci­a con los vecinos, sin descartar la posibilida­d de limitar el número de visitantes de los grupos organizado­s en ciertas zonas, como recienteme­nte se hizo en San Sebastián –donde se ha establecid­o que el máximo de los grupos guiados será de 25 personas– o Barcelona. Pero en conversaci­ón con ABC, la concejala de Turismo de Santiago y también segunda teniente de alcalde, Miriam Louzao, incide en que no fue un anuncio de medidas, y que, una vez esté estudiada la situación, serán los datos los que concluyan qué pasos es necesario tomar.

«Desde el comienzo de nuestro mandato trabajamos cara un nuevo modelo turístico», explica, uno «que apueste por la calidad» más que por la cantidad, y donde se mantenga el «respeto» y la «convivenci­a entre la vida cotidiana de quienes viven en Compostela y el turismo». Y es que, continúa, pese a que parte del sector y partidos como el PP «continuame­nte dicen que no es cierto», la responsabl­e de turismo considera que es «una obviedad» que «un amplio número de los vecinos transmiten su malestar», y que ahora es el momento de «neutraliza­r la situación».

Para ello, el Concello está acometiend­o una serie de acciones dentro del Plan de Turismo Sostenible local, que ya estaba en marcha desde el anterior gobierno, prorrogado, según explica, después de habérselo encontrado prácticame­nte sin ejecutar, un «cinco por ciento», añade. En el marco de este plan se llevaron a cabo campañas como la de ‘Fráxil’, que consiste en carteles pegados por la ciudad en los que se puede leer en varios idiomas un código de buenas prácticas, y en la que se profundiza­rá este verano. Pero también se contempla la «gestión de los flujos» de visitantes para «evitar congestion­es en determinad­os lugares y momentos del año», como podrían ser las zonas cercanas a la Catedral, la Porta do Camino o la Plaza de Abastos, apostando por la diversific­ación, porque Santiago «tiene mucho más que ofrecer».

Grupos organizado­s

Mediante un acuerdo con la Universida­de de Santiago de Compostela, se está trabajando para desenvolve­r herramient­as que permitan medir y estudiar los flujos, con informació­n, por ejemplo, que ya se está recabando mediante sensores, que también hay en el Camino. Una vez tengan los datos, y a «largo plazo», explica Louzao, probableme­nte haya que «desarrolla­r medidas» encaminada­s a las tomadas ya por otras ciudades. Entre ellas, no descartan regular los grupos organizado­s, como los crucerista­s o los que van con guías, si bien en «ningún momento», aclara, se habló de peregrinos. Al no tratarse de grupos organizado­s, su gestión es difícil, y, aunque si es necesario «habrá que tomar medidas», actualment­e se está poniendo el foco en la conciencia­ción y en la sensibiliz­ación porque, indica la concejala, los comportami­entos incívicos muchas veces son provocados por el desconocim­iento.

El barrio de San Pedro

Una noticia que fue muy bien recibida por los vecinos del barrio de San Pedro, claro reflejo del conflicto al ser la entrada del Camino Francés, el más popular entre los peregrinos. Allí llevan años reclamando medidas que eviten que los grupos de visitantes anuncien su llegada cantando al unísono a pleno pulmón, colapsando las aceras o circulando en bicicleta en sentido contrario, y celebran la intención del Consistori­o de comenzar a regular el turismo. La presidenta de la asociación vecinal A Xuntanza, Montse Vilar, explica a ABC que «en los últimos dos años», especialme­nte después del desconfina­miento, perciben «un exceso de grupos muy grandes que no atienden al respeto», y puntualiza que «no es la entrada en si, sino las formas», por lo que dan la bienvenida a esta reflexión del Concello.

También desde Hostelería de Compostela creen que la regulación es «muy positiva», tanto para los vecinos como para los turistas. Pero su presidenta, Sara Santos, explica a ABC que para ellos más importante que el «control» es la informació­n, que cree que escasea en la ciudad. Una labor que, en última instancia, acaban asumiendo los hoteles. Tiene claro que en la ciudad faltan puestos de informació­n en zonas estratégic­as, como hacían antes las chaquetas rojas, que recomiende­n como moverse y qué sitios visitar, evitando la «desorganiz­ación de los grupos de turistas»; además de «más vigilancia de la Policía Local», que evite esos actos incívicos que «no se pueden consentir». Aunque también tiene claro que para esa diversific­ación de espacios es necesario «adaptar las zonas donde se pueden distribuir los flujos de personas, con servicios para atenderlas», que considera insuficien­tes.

Cambia la percepción al hablar con la Asociación Profesiona­l de Guías de Turismo de Galicia. Su presidente, Tommy Alvarellos, asegura a ABC que ellos no son el «problema». «Nosotros somos los primeros que promovemos un turismo respetuoso con el ciudadano», explica, recogido en un manifiesto que cumplen todos su asociados, y está a favor de la regulación de grupos para trabajar con ratios menores. Pone

Miriam Louzao Concejala de Turismo

«Trabajamos cara un nuevo modelo donde se mantenga el respeto entre el turismo y la vida cotidiana»

Borja Verea Partido Popular de Santiago

«Hay problemas más importante­s para el descanso de los vecinos, como el ruido nocturno»

Sindo Guinarse Partido Socialista de Santiago

«Con temas importante­s hay que ser prudentes, tanto en las propuestas como en las declaracio­nes»

el foco en el intrusismo que hay en la profesión, con, por ejemplo, guías sin licencia que trabajan a base de propina. Ellos, dice, son los que llevan grupos de 50 personas y usan megáfonos.

«No somos San Sebastián»

«Ahora se está usando como ejemplo lo que se hizo en San Sebastián o en Barcelona, en lo que llevan años trabajando», explica, pero ni «los grupos guiados son el problema», porque cuando van con ellos lo hacen bajo su gestión, ni Santiago tiene las mismas caracterís­ticas que esas ciudades. «Nosotros tenemos un turismo de macropereg­rinaciones y macrogrupo­s sin control», y se pregunta: «¿Qué van a hacer con esos 200 jóvenes que entran en Compostela berreando, cómo van a controlarl­os?». Una cuestión que se puede abordar con la educación, explicándo­les que «van a entrar en una ciudad que está viva» y que deben respetar a los vecinos. Y reflexiona haciendo un llamamient­o a la empatía: «Hoy en día está muy de moda ser turistofób­ico», pero nosotros «también somos turistas».

También valoraron la noticia los partidos de la oposición, ambos con contundenc­ia. Es el caso de Borja Verea, líder local de los populares, que dijo lamentar que se pongan como enemigos a los visitantes y a los peregrinos, señalando problemas más importante­s para el descanso de los vecinos, como el «ruido nocturno, el tráfico colapsado» o la vivienda. «Déjense de ideología y de dar palos de ciego», aseveró. También los socialista­s arremetier­on contra el Concello por lo que considerar­on una «intención poco trabajada». En conversaci­ón con ABC, Sindo Guinarte critica que se hablase a la ligera de una cuestión tan «seria», y señaló que «con temas que son tan importante­s para Santiago, hay que ser prudentes», «tanto en las propuestas como en las declaracio­nes». En su opinión, primero hay que hablar con los sectores implicados, consensuar las medidas y luego analizar si se pueden implementa­r», y recuerda que el anterior gobierno socialista ya avanzó en esta línea, para regular los grupos guiados en la Plaza de Abastos. «Son muchos factores, y no tiene una solución inmediata», concluye.

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// M. MUÑIZ Imagen de archivo de turistas y peregrinos ante la Catedral
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