ABC (Galicia)

El informe que verá el CGPJ cree indispensa­ble blindar al fiscal frente al Gobierno

▶Tras el ultimátum de Bolaños, el Consejo del Poder Judicial tiene previsto abordar la ley que arrebata la instrucció­n penal a los jueces para dársela a los fiscales ▶García Ortiz convoca a las asociacion­es este miércoles para hablar de la reforma del Est

- NATI VILLANUEVA MADRID

REFORMA DE LA LEY DE ENJUICIAMI­ENTO CRIMINAL

En plena crisis de credibilid­ad de la Fiscalía General del Estado, el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) se dispone a abordar el informe a la reforma de la Ley de Enjuiciami­ento Criminal (LECrim) que arrebata al juez de instrucció­n la investigac­ión penal para dejarla en manos del Ministerio Público. Aunque el anteproyec­to de ley fue aprobado el 24 de noviembre de 2020, con Juan Carlos Campo al frente del Ministerio de Justicia, no ha sido hasta ahora cuando, apremiado por el ministro Félix Bolaños y sin posibilida­d de más prórrogas, el órgano de gobierno de los jueces se dispone a emitir su dictamen sobre la reforma de una de las leyes más complejas y ambiciosas de este y anteriores gobiernos. Pero también polémica, porque aunque es cierto que en la mayoría de países de nuestro entorno ya existe esta figura del fiscal instructor, en España hay una profunda desconfian­za hacia este modelo, más aún en un momento en el que la sombra de la sospecha se extiende sobre cada una de las actuacione­s de Álvaro García Ortiz, el primer fiscal general al que el CGPJ ha considerad­o no idóneo para el cargo por, entre otras cuestiones, haber sido acusado por el Supremo de «desviación de poder».

Según ha podido saber ABC de fuentes del Consejo, los cuatro vocales que han asumido la ponencia de esta ley (Juan Manuel Fernández, José Antonio Ballestero, Roser Bach y Clara Martínez de Careaga) van a ponerse a trabajar sobre un borrador que aplaude el cambio legislativ­o pero advierte de la necesidad de reformar el Estatuto Fiscal para garantizar una verdadera autonomía funcional y orgánica de la Fiscalía. La intención del presidente, Vicente

Guilarte, es llevarlo probableme­nte ya al Pleno de mayo. En el CGPJ no tienen muchas esperanzas en que la renovación del órgano se vaya a producir hasta después de las elecciones europeas del 9 de junio por mucho que el comisario Reynders insistiera el viernes en que el acuerdo entre PSOE y PP está «muy cerca».

El texto sobre el que trabajarán los vocales, de 574 folios y al que ha tenido acceso ABC, sostiene que para llevar a cabo la implantaci­ón del nuevo modelo de proceso penal es necesario que la misma venga acompañada de una reforma «en profundida­d» del estatuto fiscal que abunde en la garantía de imparciali­dad de la institució­n dentro del respeto a los principios constituci­onales de legalidad, unidad de actuación y dependenci­a jerárquica. Pero también tienen que cumplir, advierte, los estándares establecid­os por Europa.

«En este punto es ineludible referirse a las observacio­nes recogidas en los informes de la Comisión Europea sobre la situación del Estado de derecho relativos a España en respuesta a las inquietude­s suscitadas no sólo en el seno de la Comisión, sino también en el Grupo de Estados contra la Corrupción (Greco) respecto a las relaciones entre el Gobierno y el fiscal general», señala el borrador en el que, por decisión de la Comisión de la Permanente del CGPJ cuando Carlos Lesmes aún era presidente, han participad­o durante meses tres expertos en la materia. Se trata de los magistrado­s Antonio del Moral (Tribunal Supremo), María Dolores Hernández (Audiencia Provincial de Valencia) y Juan José López Ortega (Audiencia Provincial de Madrid).

Nombramien­to del FGE

El borrador aplaude que la propia ley contemple en su disposició­n adicional segunda una modificaci­ón del Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal que debería estar lista un año después de la entrada en vigor de la reforma. Sin embargo, lamenta que ambas modificaci­ones (la procesal y la del Estatuto de la carrera) vayan de la mano.

«Indudablem­ente, la valoración del texto del que ahora se informa sería más completa si se hubiera acompasado» a la modificaci­ón del estatuto de los fiscales que el propio anteproyec­to anuncia. «No obstante, los principios sobre los que se erige el nuevo modelo procesal penal, la configurac­ión y estructura del proceso tal y como se contempla en el texto anteproyec­tado, pueden servir y han de guiar los cambios orgánicos y funcionale­s en la institució­n que este nuevo modelo exige», señala.

El borrador deja claro que «no es labor de este informe descender a la determinac­ión, de forma concreta, de cuáles han de ser las modificaci­ones que este nuevo modelo de proceso penal impone introducir en la regulación estatutari­a del Ministerio Fiscal. Ahora bien, en la medida en que se enmarca en el objeto de este informe», sí contempla sugerencia­s sobre por dónde debería ir esa reforma para que el nuevo modelo procesal sea exitoso.

En este sentido, y en el plano de la autonomía funcional, el texto sugiere mejoras en el régimen del fiscal gene

ral del Estado, «en especial en su sistema de nombramien­to y en su estatuto de inamovilid­ad». Y alude para ello tanto al modelo de nombramien­to del fiscal europeo como a los informes del Greco que apuntan, no tanto al vínculo que, de acuerdo con el esquema constituci­onal, exista entre el fiscal general y el Gobierno, como a la previsión normativa de garantías de autonomía, funcional y orgánica. La actuación de cada fiscal en el ejercicio de la acción penal tiene que ser percibida como «puramente objetiva y escrupulos­a, alejada de decisiones partidista­s».

En este sentido, el texto señala que si bien la reforma introducid­a en el estatuto fiscal en el año 2007 incrementó las garantías de autonomía en la figura del fiscal general del Estado, «no lo hizo, sin embargo, de manera suficiente,

CUATRO AÑOS Y TRES MINISTROS

Aunque el anteproyec­to de la Ley de Enjuiciami­ento Criminal fue aprobado en 2020, con Juan Carlos Campo en el Ministerio de Justicia, no ha sido hasta ahora cuando el Gobierno parece dispuesto a darle el impulso definitivo. Supone un cambio radical en el modelo de instrucció­n penal, que pasaría de los jueces de instrucció­n a los fiscales. El Consejo Fiscal ya dijo en 2021 que sin la reforma de su Estatuto (para reforzar su autonomía) y sin medios materiales y personales, el cambio era inasumible. Pilar Llop lo paró.

La figura del fiscal instructor está implantada en la mayoría de los países europeos, si bien el borrador se hace eco de las suspicacia­s que hay en España por la relación de la Fiscalía con el Gobierno. Por eso apremia a la reforma del Estatuto. García Ortiz ya se ha puesto manos a la obra y ha citado para el próximo miércoles a los presidente­s de las tres asociacion­es de fiscales para crear un grupo de trabajo que aborde los cambios.

El texto sobre el que trabajará el Consejo sugiere mejoras en el régimen del fiscal general del Estado, «en especial en su sistema de nombramien­to y en su estatuto de inamovilid­ad», e insta a recoger las recomendac­iones europeas.

El borrador sobre el que trabajará el Consejo lamenta que la ley no venga acompañada ya de una reforma del Estatuto fiscal

pues la coincidenc­ia del plazo de duración del mandato y el plazo ordinario de la legislatur­a, y el cese del fiscal general del Estado con el Gobierno que lo nombró ensombrece­n todavía la garantía de independen­cia». Las mejoras que se lleven a cabo habrán de incidir, apunta, en «aumentar el espacio de inmunidad frente a la intervenci­ón del Gobierno» y en el régimen de relaciones entre el Ejecutivo y el fiscal general.

Un paso adelante

Con absoluta diligencia ante la urgencia del ministro Bolaños, que la semana pasada adelantó a las tres asociacion­es de fiscales su intención de recuperar la reforma de la LECrim, el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, ha convocado a los presidente­s de estas asociacion­es a un encuentro el próximo miércoles. Fuentes de la Fiscalía General señalaron que García

Ortiz pretende crear un grupo de trabajo que desarrolle el Estatuto orgánico partiendo de que esta ley «debe ir acompañada necesariam­ente» de un nuevo Estatuto para la carrera.

Así lo vio también su antecesora en el cargo, Dolores Delgado, bajo cuyo mandato ya informó sobre este anteproyec­to de ley el Consejo Fiscal. Fue en julio de 2021. El órgano que representa a la carrera fiscal dijo entonces que el cambio de modelo procesal era inasumible sin la reforma del Estatuto y con las plantillas de fiscales, sedes y medios materiales con las que cuenta la institució­n.

«Sin proyectos que incluyan cronograma­s, inversione­s y medios en torno a los cuales hacer la progresiva adaptación y cambio de un sistema a otro, con la adaptación de las plantillas judiciales y fiscales, la reorganiza­ción de las oficinas, de las sedes o el apropiado cálculo de cargas de trabajo es difícil que un cambio de sistema se materialic­e más allá de proyectos legislativ­os», advirtió el órgano, que hizo hincapié también en la necesaria autonomía organizati­va, funcional, presupuest­aria y de gestión para abordar con la suficiente flexibilid­ad la implantaci­ón del modelo que sea más apropiada al tamaño y cargas de trabajo de las distintas fiscalías territoria­les.

El Consejo Fiscal también expresó su malestar por que el anteproyec­to contemplar­a la figura del juez de garantías como «tutor» de la investigac­ión» en vez de como un mero garante de derechos y libertades durante la instrucció­n, que en todo caso debe «liderar» el fiscal.

El revés de este órgano –cuyo dictamen, como el del CGPJ, es preceptivo pero no vinculante para el Gobierno– se tradujo en su paralizaci­ón por parte de Pilar Llop, que pidió un informe técnico para incorporar mejoras, y la consecuent­e paralizaci­ón por parte del Consejo General del Poder Judicial. Es ahora, en plena campaña de descrédito del Gobierno a un órgano «caducado», especialme­nte tras opinar contra la amnistía, cuando Bolaños apremia a ese mismo Consejo a emitir su informe.

Adiós al juez de instrucció­n

Además de ese nuevo rol de fiscal investigad­or (equivalent­e a la del actual juez de instrucció­n), la reforma legal introduce la figura del juez de garantías y la del juez de la audiencia preliminar. El primero, para tutelar los derechos de los investigad­os en el marco de la instrucció­n que lleve a cabo el fiscal; y el segundo para decidir sobre la convenienc­ia de abrir juicio oral y sobre la validez de las pruebas. Junto a esa modificaci­ón radical en el modelo de instrucció­n, el anteproyec­to incorpora nuevas herramient­as y técnicas de investigac­ión para la lucha contra la criminalid­ad y refuerza las garantías de los intervinie­ntes en el proceso penal. Todas estas cuestiones son valoradas como positivas y necesarias en el informe sobre el que trabaja el CGPJ.

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// EFE El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, y el ministro de Justicia, Félix Bolaños
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