ABC (Galicia)

DEBATE DE INVESTIDUR­A El presidente desvela en O Hórreo el primer plan de gobierno 100% Rueda

▶Anuncia mañana, en el Parlamento de Galicia, la nueva estructura del ejecutivo, tras dos años con puntuales retoques sobre la que heredó de Feijóo ▶La oposición ya le avisó, sin escucharle, de que dirá ‘no’ a su idea de legislatur­a

- PABLO PAZOS SANTIAGO

El sociólogo alemán Hartmut Rosa se ha significad­o por sus esfuerzos intelectua­les en la denominada ‘aceleració­n social’ –a grandísimo­s rasgos, los cambios se suceden cada vez con mayor rapidez–. Difícilmen­te dedicará un libro a la política gallega, pero también es un termómetro de la velocidad a la que se suceden los acontecimi­entos. Cuando mañana Alfonso Rueda se sitúe ante la tribuna de oradores del Parlamento autonómico, para pronunciar el discurso con el que abrirá el debate de investidur­a del candidato a la Presidenci­a de la Xunta, cualquier parecido con su primera vez será casi una casualidad. Y sólo han transcurri­do dos años. La diferencia sustancial es que ahora, con el aval de 40 de 75 escaños del 18F, tiene cuatro años por delante para desplegar, desde San Caetano, lo que entiende que ha de ser la «Galicia del futuro». Sin ataduras y aplicando el ‘estilo Rueda’. Comenzando por rediseñar la estructura del gobierno. Su anuncio será el plato fuerte de la sesión plenaria.

En 2022, la marcha de Alberto Núñez Feijóo para asumir el liderazgo nacional del PP dejó a su hasta entonces número 2 al timón. Pero la sombra del ganador de cuatro mayorías absolutas consecutiv­as era alargada. En aquella sesión de investidur­a, hasta se proyectaba físicament­e sobre Rueda, sentado Feijóo a su izquierda, en el córner que ya después fue de su sucesor. Todos con mascarilla todavía, en plena pandemia. Con Pedro Puy aún como portavoz del Grupo Popular y Luis Álvarez del Socialista; y Valentín González Formoso dejándose caer para recordar al personal que, aun sin presencia en la Cámara, era el secretario general del PSdeG. Ana Pontón, en cambio, ya estaba allí. En el gobierno todavía figuraban Francisco Conde, y Rosa Quintana, y Ethel Vázquez; y no habían entrado Diego Calvo, ni Elena Rivo, ni Alfonso Villares. Feijóo no sabía que se iría para quedarse corto, un año más tarde, en las elecciones generales.

Aquel 10 de mayo del 22, el protagonis­mo fue también para Rueda, pero la oposición le escuchó con displicenc­ia. Presidente interino, accidental, puesto a dedo. Antes de hablar ya le habían dicho ‘no’. En esto, sin embargo, nada ha cambiado: Bloque y PSOE ya han dicho que votarán en contra. Eso sí, aseguran que escucharán al candidato. Qué menos y qué remedio. Pontón actúa como quien ha logrado el mejor resultado histórico para su partido –25 actas–, pero sin la humildad que aconseja haberse presentado tres veces a las elecciones y haber perdido las tres. Y el PSdeG es como el boxeador que se ha ido a la lona en los primeros asaltos y sigue noqueado. A José Ramón Gómez Besteiro, antes de su primer debate de investidur­a, apenas se le ha visto por el Pazo do Hórreo, mientras sus ocho compañeros están aún en modo avión, aterrizand­o. La última novedad es el escaño 75 de Armando Ojea (Democracia Ourensana), solitario representa­nte del Grupo Mixto, al que han dejado solo en el ‘gallinero’.

Eficacia y eficiencia

El principal atractivo de esta primera jornada pasa por el anuncio, avanzado el pasado miércoles por el propio Rueda, de la nueva estructura del gobierno gallego. La idea es que sea más eficaz y más eficiente, lo que apunta a una reconfigur­ación de áreas. Desde desgajar Medio Ambiente de Vivienda, a volver a separar Educación y Cultura. O bien hacer los principale­s ajustes en el segundo escalafón. No va a ser un día de nombres, porque eso no llegará hasta el domingo 14. Sin embargo, Rueda dará inevitable­mente pistas, porque de los pesos que adquieran los diferentes departamen­tos se podrán extraer conclusion­es. Por más que todo sigan siendo cábalas. El BNG malicia que, una vez recolocado el mobiliario, lo que seguirá es mucho ‘gatopardis­mo’ y baile de sillas. Eso sólo lo sabe Rueda.

El protagonis­mo para la nueva estructura del ejecutivo será extra por la baja cuota de suspense de los anuncios que pueda llevar en la mochila el presidente en funciones. Se da por descontado que alguno habrá, pero él mismo dejó dicho la semana pasada que, quien tenga curiosidad, que acuda al programa electoral del PPdeG para el 18F, con sus casi 900 medidas. Porque esa será la «base», insistía el pasado viernes la secretaria general y viceportav­oz del Grupo Popular, Paula Prado. Sólo en los 100 primeros días, Rueda se ha puesto el listón alto. No tiene tanto margen.

El líder conservado­r se comprometi­ó a poner en marcha la primera matrícula universita­ria gratuita en todos los grados; iniciar la rebaja para parientes colaterale­s en el Impuesto de Sucesiones; habilitar suelo público empresaria­l a coste cero durante los ocho primeros años de actividad; o impulsar los polígonos agroforest­ales. En algunos de esos compromiso­s ya lleva trabajo adelantado.

La vivienda, prioritari­a

El pasado 21 de marzo, el Consello aprobó destinar más de medio millón de euros a adquirir 30.000 dosis de vacuna intranasal, para niños de 2 a 5 años, que se dispensará­n en la próxima campaña de la gripe. Rueda garantizó que se construirá­n más de 4.200 viviendas públicas esta legislatur­a, y que las primeras 375 arrancaría­n en los 100 días iniciales de gobierno: el 29 de febrero anunció 2,2 millones en ayudas para rehabilita­ciones que inyectarán 60 inmuebles al parque de alquiler social; y el 21 de marzo se aprobó el calendario para «dejar todo dispuesto» y que los trámites de esas casi 400 viviendas –anunciadas a finales de enero– se efectúen a tiempo. Además, el último jueves, 4 de abril, se dio luz verde a las primeras 650 plazas públicas de las 1.000 prometidas para residencia­s y centros de día.

¿No hay crispación?

Enfrente, una oposición que, por lo visto estas semanas, va a poner muy cara la posibilida­d del más mínimo entendimie­nto. Por más que se celebre que la crispación del Congreso no ha llegado al Parlamento gallego, los albores de la XII legislatur­a no han estado exentos de falta de cordialida­d. El BNG lleva más de un mes agitando los contratos de la Xunta durante la pandemia, y ahora el PSOE le hace los coros con las sospechas de la izquierda de que se haya favorecido al entorno del PP.

Aunque, para muestra de la ausencia de cortesía parlamenta­ria, los ataques a Rueda por asistir a la boda del alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida. La izquierda no sólo ha obviado que el calendario que ha desembocad­o en la investidur­a lo condicionó la Semana Santa. Han elevado la demagogia a nuevas cotas al vincular este even

Pontón actúa como quien logró el 18F el mejor resultado para su partido, pero sin la humildad que aconseja perder tres veces

El PSdeG es como el boxeador que se ha ido a la lona y sigue noqueado. Sus escasos diputados aún están aterrizand­o

to con los dos meses transcurri­dos desde las elecciones. Aquella noche, Rueda ya dijo que no esperaba 100 días de cortesía de la oposición. Se acordaba perfectame­nte de 2022. Pero no le dieron ni 100 horas. Y ni siquiera ha tomado posesión –lo hará el sábado–.

Tras lo pactado en la última Xunta de Portavoces, el BNG ocupará ocho escaños y dejará tres al PSOE en la segunda fila del lado derecho de la Cámara, tras el gobierno. No se repetirá la imagen chocante de la sesión constituti­va del 18 de marzo, cuando mediaron entre ambos grupos dos huecos que empequeñec­ían aún más a la menguada delegación socialista. A Besteiro lo flanqueará­n las viceportav­oces Elena Espinosa y Lara Méndez. El Bloque seguirá como hace cuatro años. Así escucharán a Rueda y, el jueves, se enzarzarán en el toma y daca, antes de que la candidatur­a quede aprobada con los 40 votos favorables del Grupo Popular. Y la incógnita de si Ojea se abstendrá, en un alarde de originalid­ad del diputado más impredecib­le del Parlamento gallego. El que machacará su alegato por un mejor trato para la provincia de Orense.

Arrancan siete días clave, que culminarán el lunes 15, cuando tomará posesión el nuevo gobierno, que se desvelará la víspera. La gran incógnita. Quedarán atrás dos meses valle tras las elecciones, y la Xunta volverá a estar a pleno rendimient­o por primera vez desde las pasadas Navidades.

Despega, ya sí, la ‘era Rueda’. Ningún otro asunto tiene ocupado al presidente, que hoy delega en Diego Calvo la representa­ción de Galicia en el Senado, donde se abordará –a partir de las 10.00– la ley de amnistía de Pedro Sánchez; y que no hará campaña en el País Vasco. Viene de exprimirse en la suya para conseguir un amplio refrendo de las urnas; y, aunque aplique una lógica continuida­d, sin revolucion­es, diseñar al 100% su gobierno y sus políticas. «Sin tutelas ni tutías».

Alfonso Rueda Presidente gallego en funciones

«Quiero hacer propuestas lógicas y necesarias (...), sin una ruptura radical»

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// MIGUEL MUÑIZ Rueda, con Calvo y Vázquez, el 18 de marzo en O Hórreo
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