Otegi se matiza sobre «desarmar» a la Ertzaintza tras las críticas del PNV
▶ «¿A quien delinque o roba le vamos a llevar un café y pastas?», ironiza Pradales
El País Vasco afronta la primera semana completa de campaña electoral y se espera que vaya cogiendo temperatura en los próximos días, tras el cuerpo a cuerpo que está proponiendo el candidato del PNV, Imanol Pradales, a EH Bildu, que le pisa los talones según las últimas encuestas. El pulso continuó ayer a cuenta de la seguridad en esta comunidad autónomo y el papel de la Ertzaintza, después de que los de Otegi hayan abogado por «desmilitarizar» a la Policía autonómica.
El propio Otegi apuntó ayer que «existe un problema» con el modelo policial en el País Vasco, pero rechazó que EH Bildu quiera «desarmar» a la Policía autonómica. En este sentido, aseguró que «cuando decimos ‘desmilitarizar’ no es desarmar a la Ertzaintza, sino abogar por otro modelo. Planteamos que se haga un estudio para ver qué Policía queremos y para qué la queremos». «Se puede abordar el debate dando seguridad a la gente. No se trata de ir contra nadie, sino de todo lo contrario», afirmó Otegi para después asegurar que la situación en el seno de la Ertzaintza en materia laboral está «descontrolada».
El candidato del PNV a lendakari, Imanol Pradales, respondió ayer mismo Otegi que el País Vasco es seguro, aunque reconoce que no se puede bajar la guardia y que es importante seguir con la prevención y «dotar de recursos a la Ertzaintza y la Policía Municipal».
El candidato peneuvista mostró así su preocupación por la propuesta de EH Bildu sobre desarmar a la Ertzaintza. «¿Cómo vamos a desproteger a quienes nos tienen que proteger?», se preguntó Pradales, a la par que tiró de ironía para criticar la propuesta de los de Otegi y su candidato al 21-A, Pello Otxandiano: «¿A quien roba o delinque le vamos a llevar un café con leche y pastas? Necesitamos prevención, protección y tolerancia cero», añadió el cabeza de lista del PNV.
Feijóo en Vitoria
Por su parte, el presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, propuso ayer desplegar en el País Vasco las políticas económicas impulsadas por su partido en las comunidades que gobierna porque, «están dando resultados», y porque con las desarrolladas por el Ejecutivo vasco la comunidad ya no tiene una economía «puntera y vanguardista». Feijóo participó en Vitoria en un encuentro con asociaciones de autónomos, en el que también intervino el candidato popular a lendakari, Javier de Andrés. «Queremos abrir las puertas y las ventanas de Euskadi, esta tierra puede dar mucho más de sí», ha dicho el líder del PP, que ha advertido que para ello es necesaria una política económica «con menos barreras, menos burocracia, menos impuestos y más seguridad jurídica».
El objetivo del PP el 21 de abril es volver a convertirse en una fuerza decisiva en el País Vasco. Los populares ya lo fueron tras las municipales de mayo de 2023, cuando gracias a sus votos, el PSE se hizo con la alcaldía de Vitoria, y el PNV, con la Diputación de Guipúzcoa. Y el escenario podría volver a ser el mismo ahora, en unas elecciones en las que las principales encuestas dan un empate técnico entre el PNV y Bildu y ante la posibilidad de que finalmente ‘jeltzales’ y socialistas no sumen mayoría absoluta.
En ese sentido, Feijóo consideró que las ideologías nacionalistas, «especialmente la de Bildu», no interesan a esta autonomía porque «cerrar el País Vasco al resto de España y Europa no produce actividad económica». Feijóo pidió directamente a los electores del PNV y del PSE su voto, y en el PP están convencidos de que es posible con una simple fórmula: centrar el discurso en la «mala gestión del PNV» y evidenciar las muchas contradicciones de las dos formaciones. O, como afirmaba Javier de Andrés en una reciente entrevista en este periódico, «desarmar el teatrillo que están montando para distanciarse de Bildu en campaña cuando, en realidad, han estado votando todas las leyes juntos en el Congreso y en el Parlamento vasco».
José Antonio Ardanza fue fundamentalmente un hombre bueno. Como lendakari, fue quien administró los últimos años del pacto de Ajuria Enea y, mientras que Arzalluz hizo muy poco por este acuerdo, él hizo mucho, todo lo que estuvo en su mano, por que el pacto aguantara. En esa bicefalia tan propia del PNV, existió una gran tensión entre ambos y en ese tema quedó más que patente.
Ardanza fue el lendakari más contundente y tal vez el primero en rechazar los atentados de ETA. Y no solo el primer lendakari, también en el PNV.
Por su propia personalidad, no quería conflictos y se empleó a fondo en administrar lo que tenía, sin incorporar mucha ideología nacionalista. Por eso, mantuvo una buena relación con los socialistas vascos y también lo intentó con el PP, aunque esto era más difícil, una vez más, por la propia presencia de Arzalluz.
Suyos fueron los primeros gobiernos de coalición con el PSE y Ramón Jáuregui fue quien trabajó mano a mano con él. Yo tuve que romper el gobierno que manteníamos con los nacionalistas en su último mandato. Creo que la situación minoritaria del PSE le había convertido en un socio que los nacionalistas manejaban a su antojo. En esas circunstancias, el PNV, no Ardanza, consideró que era hora de pactar con HB, convencidos que los socialistas vascos aceptarían en silencio la traición nacionalista debido a su debilidad. En aquella ocasión no les funcionó.
Tengo la impresión de que recibió una gran desconsideración desde el Euskadi Buru Batzar (EBB), donde nunca apreciaron suficientemente su esfuerzo por atender a las personas que sufrían por el terrorismo de ETA. Tal vez por eso pasó sus últimos días en Andalucía.
Sé que era considerado un
«flojo» por el EBB , que presidía
Arzalluz. En el máximo órgano del PNV siempre despreciaron su dedicación a la gestión, impulsada por unos gobiernos de coalición que tuvieron mucho sentido mientras las fuerzas de los nacionalistas y los socialistas estuvieron equilibradas. La última vez que conversé con él fue en el Landa, restaurante burgalés en el carretera de MadridSan Sebastián, donde era fácil que nos encontráramos políticos vascos. Él volvía de Andalucía hacia su casa porque, como muchos otros nacionalistas, encontró tranquilidad, buen tiempo y alegría en el sur de España.
FUE DIPUTADO VASCO Y LÍDER DEL PARTIDO SOCIALISTA DE EUSKADI (PSE) DURANTE EL MANDATO DE ARDANZA