ABC (Galicia)

Cómics con mucho arte

- ASIER MENSURO

a relación entre el mundo de la pintura y el cómic viene de largo, pero este mes se han producido jugosas novedades sobre este tema que bien merecen una reflexión. Comenzaré citando la exposición ‘Goya-Hellboy’, muestra producida por Afundación obra social de Abanca, que desde el pasado viernes y hasta el próximo 2 de junio puede verse en el Museo de Arte Extremeño e Iberoameri­cano de Cáceres (MEAIC). En ella, el francés Stéphane Levallois reflexiona sobre la iconografí­a de lo monstruoso creada por el aragonés en el siglo XIX, y sobre esa base, él integra a Hellboy, el célebre personaje de cómic creado por Mike Mignola.

En la inauguraci­ón, Levallois realiza una nueva obra en directo. Una versión del grabado ‘El agarrotado’ (c.1778–1785), de Francisco de Goya. Junto al reo martirizad­o, Levallois dibuja al propio Goya como otro mártir, –quizá guiado por la idea del sufrimient­o que le causaron las enfermedad­es que padeció a lo largo de su vida, el aislamient­o que supuso su sordera, o la tristeza de verse obligado a terminar sus días en el exilio–. Finalmente, en la luz de la vela, sitúa a Hellboy, que como todos los héroes de tebeo (aunque su origen sea demoniaco) es un ser luminoso y representa el modelo a seguir, la guía para el común de los mortales, el hombre corriente que vive en las tinieblas.

Cambiando de tercio, acaba de salir un tebeo con mucho arte, y centrado en dos de los grandes maestros de la pintura barroca española. Su título es doble: ‘Misión Velázquez / Misión Murillo’, y sus autores son Manuel Díaz y Rafael Jiménez. Y es que se trata de dos cómics unidos en uno, con la gracia de que pueden leerse, simplement­e, girando el ejemplar. El concepto de la historia es tan fresco como divertido. Su protagonis­ta es Clío (como la musa), una agente especial de la C.E.A.A. (Cuerpo Especial de Agentes del Arte). Su trabajo consiste en deshacer los desaguisad­os que se suceden en el mundo de la pintura. En esta historieta, todos los cuadros de un pintor están conectados entre sí, formando una especie de universo en el que habitan los personajes que en ellos aparecen retratados. Así, cada vez que algo cambia en un cuadro, los responsabl­es

Ldel museo de turno llaman a Clío, que se introduce en la pintura para investigar y arreglar las cosas. En la primera aventura, los huevos fritos del cuadro ‘Vieja friendo huevos’ (1618) de Velázquez se han quemado. La causa se aprecia contemplan­do la inmortal obra del sevillano: la anciana ha desapareci­do del lienzo y ha dejado en su lugar a uno de los borrachos de ‘El triunfo de Baco’ (162628) que, por lo visto, es poco ducho en el arte de la fritura.

En la segunda aventura, se ve llorar al infante protagonis­ta del lienzo ‘San Juan Bautista niño’ (1670) de Esteban Murillo, porque alguien le ha robado su corderito. Clío tendrá que saltar de cuadro en cuadro –’Joven Mendigo’ (1645-50), ‘Niños comiendo uvas y melón’ (1646)...– para seguir la pista del ladrón y poder recuperarl­o. El guion, escrito con humor, divierte al mismo tiempo que forma, ya que muestra las principale­s obras de cada uno de los artistas que protagoniz­an la aventura, lo que lo convierte en una más que recomendab­le adquisició­n por parte de las biblioteca­s escolares.

Arte y política

Desde un punto de vista mucho más adulto y complejo, destaca la reedición de ‘Pinturas de Guerra’ de Ángel de la Calle, de mano de la editorial Garbuix Books. En último término, esta obra plantea una reflexión sobre y a partir del arte contemporá­neo. Ángel de la Calle entiende el arte de las últimas décadas como un arte eminenteme­nte político, en el que lo que se expone es el cuerpo, y del que solo se legan huellas… Pone un ejemplo paradigmát­ico. Para él, la mayor obra de arte contemporá­neo de la segunda mitad del siglo XX es una suerte de ‘performanc­e’. Es la imagen de las Madres de la

Plaza de Mayo de la dictadura argentina de Jorge Rafael Videla. Ellas exponen su cuerpo (como que se jugaban la vida) y de todo ello perduran los ecos: fotografía­s, fragmentos de vídeo, etc. Este cómic está protagoniz­ado por el propio historieti­sta, que se convierte en una suerte de McGuffin que hace avanzar la historia. De la Calle se traslada a París a investigar para construir una

Aventuras que forman con humor, una intriga documentad­a y personal sobre Goya y una reflexión sobre y a partir del arte contemporá­neo, entre los nuevos cómics de este mes biografía sobre la actriz Jean Seberg. Allí se ve envuelto en una trama política y de represión contra los pintores iberoameri­canos comprometi­dos con la izquierda, que se convirtier­on en exilados de la dictadura chilena, argentina, etc. De la Calle recrea la obra pictórica y el compromiso político de las décadas de los 60 y 70, cuyo acontecimi­ento paradigmát­ico es el mayo del 68 francés, repasando uno de los momentos más vanguardis­tas e interesant­es de la pintura latinoamer­icana de la segunda mitad del siglo XX. Una historieta que permite entender la relación entre arte y política en el arte contemporá­neo.

El trabajo de una vida

Por último, un proyecto de Sergio Bleda que se acerca a la inmortal figura de Francisco de Goya. El historieti­sta define así su pasión por el aragonés: «Lo que más me gusta de Goya es que tiene muchas caras. Es capaz de hacer un retrato al óleo o un grabado, de tratar en sus obras a la nobleza de más rancio abolengo o al pueblo más humilde. Y siempre sin traicionar­se a sí mismo. Estuvo a la altura de los apasionant­es tiempos que le tocó vivir y siempre se acabó saliendo con la suya. En cuanto a Rosario Weiss, pienso que si hubiera vivido más habría podido desarrolla­r una carrera más brillante. Pese al poco tiempo que vivió demostró ser, al igual que su maestro, una supervivie­nte que superó la escasez de recursos, tras la muerte del aragonés. Es un personaje muy interesant­e y quizá poco reivindica­do», reflexiona.

Bleda define ‘El pacto de Goya’ como el cómic de su vida, en el que lleva trabajando una década. Está realizado íntegramen­te a lápiz y acuarela, y la historia se extiende hasta las 120 páginas, que se publicarán en dos volúmenes. La fórmula para hacer viable este proyecto tan personal es una campaña de ‘Crowdfundi­ng’ que en tan solo cuatro días alcanzó sus objetivos para que la edición del primer volumen vea la luz, y que aún se encuentra abierta para aquellos que quieran hacerse con un ejemplar.

Situada en la ficción, pero con un rigor documental propio de los trabajos de ensayo, Bleda construye una apasionant­e intriga que comienza en Burdeos, en 1888, cuando se abre la tumba de Goya para el traslado de sus restos mortales a España y se descubre que el cráneo del artista ha desapareci­do. La historia abarca desde la niñez del artista hasta el fallecimie­nto de Leocadia Zorrilla en 1856. En sus páginas se viaja por la Zaragoza de 1766, la Italia de 1770, el Burdeos de 1828 o el Madrid de 1843, donde se muestra la muerte de Rosario Weiss que en esta ficción, tiene mucho que ver con el ‘robo’ del cráneo.

La relación entre la pintura y el cómic viene de largo, pero este mes se han producido jugosas novedades para disfrutar del arte a golpe de viñeta

Goya, Velázquez, Murillo y los pintores exilados de las dictaduras de Iberoaméri­ca inspiran a los historieti­stas

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