La Xunta exhibe en Madrid el perjuicio para Galicia del pacto con Puigdemont
▶ Calvo dice al Senado que la amnistía es una «amenaza» para la convivencia y antesala de un referéndum
En San Caetano se fían más de la palabra de los políticos secesionistas catalanes que de la del presidente del Gobierno. Sánchez había dicho que nunca habría amnistía, pero la va a patrocinar para no apearse de La Moncloa. Por eso, el vicepresidente de la Xunta en funciones Diego Calvo, ayer en el Senado, tomó buena nota del discurso del presidente de la Generalitat, Pere Aragonés, que «no miente», y que pronosticó que con el referéndum de independencia sucederá lo mismo que con la amnistía. Es decir, el PSOE empezará diciendo que es inconstitucional, pero acabará por apoyarlo. Una ley de amnistía que, para Calvo, «no soluciona la convivencia en Cataluña, y la complicará en el resto de España». Incluso fue más allá: «Una ley que amenaza con dividir a una sociedad, con reventar la convivencia democrática».
«Después de lo que son capaces de hacer para seguir en La Moncloa, ¿qué queda? Queda más, la autodeteminación, el referéndum, eso es lo que nos depara la ley de amnistía, que es mucho más que el perdón de quien ha prometido volver a delinquir», auguró desde la tribuna Calvo, a quien le tocó sustituir en la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado a Alfonso Rueda, que está ‘en capilla’ preparando el debate de su investidura hoy en el Parlamento de Galicia para ser otra vez presidente de la Xunta.
Cuando al filo del mediodía Calvo se subió a la tribuna, ya Aragonès se había ausentado del hemiciclo; después de su intervención, en la que amenazó con el referéndum –fue el primero de los presidentes y cargos autonómicos en hablar–, el presidente de la Generalitat tomó las de Villadiego. Por eso, Aragonès no pudo oír a Calvo decirle que «la anomalía» de la ley de amnistía, así como el proyecto de financiación y condonación de parte de la deuda de Cataluña, afectará «a todos». La Xunta insistió en su ‘no’ rotundo. «Desde Galicia decimos alto y claro que no: que no hay españoles que valen más que otros, que no hay declaración ilegal de independencia que pueda ser indultada, que no se pueden situar los intereses personales del líder de un partido político encima de la inmensa mayoría de los españoles», reflexionó Calvo en la Cámara Alta.
Promesas incumplidas
Mucha atención a Cataluña por la necesidad de Sánchez de atar el apoyo del separatismo para seguir en La Moncloa, pero el resto de las comunidades autónomas, descuidadas, vino a decir Calvo, con otras palabras. Recordó el representante del gobierno autonómico la sucesión de aterrizajes de ministros socialistas en la campaña que precedió a las elecciones gallegas del 18F, reprochándoles que sus promesas hayan acabado en agua de borrajas después de que el PSdeG cosechara los peores resultados de su historia en unos comicios al Parlamento gallego.
Calvo enumeró algunos de los agravios de Sánchez con esta comunidad autónoma: la autopista AP-9 sigue siendo la «más cara de España», pese a que el candidato del PSdeG a la Xunta, José Ramón Gómez Besteiro, prometió que se rescataría si él ganaba las elecciones;
Cuando le preguntaron, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, reconoció que no había escuchado la intervención en el Senado de su homólogo catalán, Pere Aragonès. Pero no era muy difícil intuir cuál había sido la línea del líder secesionista en la Cámara Alta. Porque a Aragonès «solo le importan las cuestiones que atañen directamente al independentismo catalán», y «no va a parar hasta conseguirlas». Pero «lo malo», dijo el presidente de la Xunta, es que cuente con la «complicidad» de Sánchez, que va a «permitir todo» a sus socios independentistas para poder «seguir en La Moncloa» y conseguir «ser presidente un día más». «Ya va siendo hora de parar todas estas cosas y de pensar que ningún territorio tiene que beneficiarse a costa de los demás», esgrimió el mandatario gallego a preguntas de los medios durante una visita, ayer, a las obras del Centro de Protonterapia que empezará a funcionar en Santiago de Compostela en 2026. los trenes Avril, que permitirán que el AVE llegue a las ciudades atlánticas gallegas desde Madrid sin cambiar de tren en Orense, siguen sin estar operativos; de la conexión de Alta Velocidad entre Vigo y Oporto, «nada se sabe»; y la cadena mar-industria de la Comunidad Autónoma «agoniza», según Calvo, por culpa del recurso que el Gobierno presentó ante el Tribunal Constitucional para torpedear que Galicia gestionara su litoral con una ley propia. Pero, para estas cuestiones, Sánchez «ni está ni se le espera para el resto de España», porque «parece que solo le preocupa la ley de amnistía». «Sánchez atiende solo a los intereses de sus socios, que le mantienen en el poder», añadió Calvo.
Y sobre la reforma del sistema de financiación de las comunidades autónomas, nada de intentar calzar al resto de regiones un traje diseñado a medida de Cataluña y los intereses secesionistas. Hay que reformar el sistema de financiación autonómica, sí, pero debe ser «pactado por todas las comunidades autónomas», dijo Calvo. Debe abordarse en el marco de la Conferencia de Presidentes, que Calvo insistió en pedir. Repitió los cálculos de la Xunta: la condonación de parte de la deuda a Cataluña «supondrá para cada gallego pagar más de 400 euros». Y remachó el vicepresidente: «No pretendemos ser más que nadie, pero tampoco menos. Jamás defenderemos una norma que busca primera los intereses particulares sobre los generales».
Diego Calvo Vicepresidente de la Xunta
«La ley de amnistía es mucho más que el perdón a quien ha prometido volver a delinquir –Puigdemont–»
«No hay españoles que valen más que otros, no queremos ser más que nadie pero tampoco menos»