Rueda anuncia ajustes en el gobierno que no cierran la puerta a cambios de más calado
▶ Potencia renovables, investigación o gallego al redistribuir áreas entre consellerías
Debate de investidura
A falta de grandes anuncios, que no se esperaban, Alfonso Rueda desplegó ayer, en el discurso con el que abrió el debate de investidura, una serie de ajustes con los que afinar la maquinaria gubernamental. Retoques antes que movimientos profundos. Significativos a su manera, pero tal vez no de gran impacto. En todo caso, ofrecen pistas sobre movimientos ulteriores; y permiten intuir que el presidente se guarda algún as en la manga de aquí al domingo, día en que se hará oficial el nuevo ejecutivo. Ayer no era el día para quemar titulares.
Hasta entonces –y es seguro que no será antes, por empeño personal de Rueda–, lo que ya está sobre la mesa son la media docena de cambios que implementará en el andamiaje del gobierno, y que afectarán a investigación científica, emigración, política lingüística, suelo industrial y energías renovables. Estos dos últimos puntos, vinculados al pacto industrial y energético que planteó a la oposición. Convencido de que la Administración debe ser facilitadora de aquellos proyectos que cumplan las normas, y sean respetuosos con el medioambiente, se trata de que la Xunta ponga de su parte para que captar inversiones, y que no huyan a territorios más ‘amistosos’.
De ahí una doble reasignación. Por un lado, la ordenación del suelo industrial pasa a integrarse en Industria; hasta ahora estaba vinculada a Urbanismo. El gobierno gallego que echará a andar la próxima semana no quiere que ningún proyecto deje de ser viable por una cuestión tan prosaica como la falta de espacio donde asentarse. En segundo lugar, las competencias que velan por la normativa de la que dependen los proyectos de energías renovables estarán «agrupadas» en Medio Ambiente. Se busca centralizar y reforzar esa tramitación –puesta en la picota por las decenas de proyectos paralizados por el Tribunal Superior de Xustiza–. La premisa: máximos rigor y exigencia, pero agilidad también.
Un rediseño que dispara las conjeturas sobre la posibilidad de que Rueda dé entidad ‘propia’ a Vivienda, de la que ya dijo en su día que su preponderancia tendrá reflejo a nivel orgánico; pero, de lo sabido ayer, casi por omisión de menciones y por aumentar el peso de Medio Ambiente.
Lo mismo aplica a otra escisión, ésta un clásico, que flota en el ambiente: entre Educación y Cultura. La nueva estructura dará un «mayor peso» al gallego, cuestión no baladí, pues ya se vio en la última campaña electoral el foco que tuvo el idioma. La Xunta no hará inventos: se trata de mantener el modelo de convivencia con el castellano, frente a la inmersión de la izquierda; pero con «más énfasis». La conjetura de esa posible separación en dos consellerías la abona, en paralelo, que las competencias de investigación científica, que hasta ahora dependían de la cartera de Economía, pasarán a «centralizarse» en Educación, para aglutinarlo con Universidad y centros singulares de investigación.
Finalmente, la diáspora seguirá teniendo un «tratamiento destacado»; las competencias de emigración quedarán en manos de «la misma consellería» que asuma las de empleo; el librillo de Rueda señala que para mejorar la vinculación entre el retorno y el emprendimiento y el mercado laboral. Quedan en el aire las dimensiones que tendrá este gabinete, del que ahora también ‘cuelga’ la igualdad.
La última novedad en el organigrama es netamente política, y no pasa por reorganizar, sino por ampliar: se creará una «dirección de asuntos constitucionales», en Presidencia, «bajo el paraguas» de la asesoría jurídica.
El programa, la base
Ayer no era un día de nombres, y no los hubo. Sólo un bosquejo del esqueleto del gobierno, al que habrá que dotar de músculo. Sin volantazos ni revoluciones, y en un afán por optimizar los engranajes. Ya lo había sintetizado Rueda anteriormente con dos palabras: «eficacia» y «eficiencia».
En esta ocasión, como también se sabía de antemano, el acento no ha estado puesto en las medidas, porque ya se había puesto toda la carne en el asador en el programa del 18F, con casi 900 propuestas. Las recordó desde la tribuna de oradores Rueda, también otras medidas anunciadas ya antes de la fase electoral. Citó desde el nuevo plan para incorporar psicólogos clínicos a los centros de salud a incidir en las ofertas de empleo público, pasando por avanzar en igualdad y en la lucha contra el machismo. En la cabeza de Rueda y su equipo, lo inmediato, pero también la mirada larga.