ABC (Galicia)

Rueda anuncia ajustes en el gobierno que no cierran la puerta a cambios de más calado

▶ Potencia renovables, investigac­ión o gallego al redistribu­ir áreas entre consellerí­as

- PABLO PAZOS SANTIAGO

Debate de investidur­a

A falta de grandes anuncios, que no se esperaban, Alfonso Rueda desplegó ayer, en el discurso con el que abrió el debate de investidur­a, una serie de ajustes con los que afinar la maquinaria gubernamen­tal. Retoques antes que movimiento­s profundos. Significat­ivos a su manera, pero tal vez no de gran impacto. En todo caso, ofrecen pistas sobre movimiento­s ulteriores; y permiten intuir que el presidente se guarda algún as en la manga de aquí al domingo, día en que se hará oficial el nuevo ejecutivo. Ayer no era el día para quemar titulares.

Hasta entonces –y es seguro que no será antes, por empeño personal de Rueda–, lo que ya está sobre la mesa son la media docena de cambios que implementa­rá en el andamiaje del gobierno, y que afectarán a investigac­ión científica, emigración, política lingüístic­a, suelo industrial y energías renovables. Estos dos últimos puntos, vinculados al pacto industrial y energético que planteó a la oposición. Convencido de que la Administra­ción debe ser facilitado­ra de aquellos proyectos que cumplan las normas, y sean respetuoso­s con el medioambie­nte, se trata de que la Xunta ponga de su parte para que captar inversione­s, y que no huyan a territorio­s más ‘amistosos’.

De ahí una doble reasignaci­ón. Por un lado, la ordenación del suelo industrial pasa a integrarse en Industria; hasta ahora estaba vinculada a Urbanismo. El gobierno gallego que echará a andar la próxima semana no quiere que ningún proyecto deje de ser viable por una cuestión tan prosaica como la falta de espacio donde asentarse. En segundo lugar, las competenci­as que velan por la normativa de la que dependen los proyectos de energías renovables estarán «agrupadas» en Medio Ambiente. Se busca centraliza­r y reforzar esa tramitació­n –puesta en la picota por las decenas de proyectos paralizado­s por el Tribunal Superior de Xustiza–. La premisa: máximos rigor y exigencia, pero agilidad también.

Un rediseño que dispara las conjeturas sobre la posibilida­d de que Rueda dé entidad ‘propia’ a Vivienda, de la que ya dijo en su día que su prepondera­ncia tendrá reflejo a nivel orgánico; pero, de lo sabido ayer, casi por omisión de menciones y por aumentar el peso de Medio Ambiente.

Lo mismo aplica a otra escisión, ésta un clásico, que flota en el ambiente: entre Educación y Cultura. La nueva estructura dará un «mayor peso» al gallego, cuestión no baladí, pues ya se vio en la última campaña electoral el foco que tuvo el idioma. La Xunta no hará inventos: se trata de mantener el modelo de convivenci­a con el castellano, frente a la inmersión de la izquierda; pero con «más énfasis». La conjetura de esa posible separación en dos consellerí­as la abona, en paralelo, que las competenci­as de investigac­ión científica, que hasta ahora dependían de la cartera de Economía, pasarán a «centraliza­rse» en Educación, para aglutinarl­o con Universida­d y centros singulares de investigac­ión.

Finalmente, la diáspora seguirá teniendo un «tratamient­o destacado»; las competenci­as de emigración quedarán en manos de «la misma consellerí­a» que asuma las de empleo; el librillo de Rueda señala que para mejorar la vinculació­n entre el retorno y el emprendimi­ento y el mercado laboral. Quedan en el aire las dimensione­s que tendrá este gabinete, del que ahora también ‘cuelga’ la igualdad.

La última novedad en el organigram­a es netamente política, y no pasa por reorganiza­r, sino por ampliar: se creará una «dirección de asuntos constituci­onales», en Presidenci­a, «bajo el paraguas» de la asesoría jurídica.

El programa, la base

Ayer no era un día de nombres, y no los hubo. Sólo un bosquejo del esqueleto del gobierno, al que habrá que dotar de músculo. Sin volantazos ni revolucion­es, y en un afán por optimizar los engranajes. Ya lo había sintetizad­o Rueda anteriorme­nte con dos palabras: «eficacia» y «eficiencia».

En esta ocasión, como también se sabía de antemano, el acento no ha estado puesto en las medidas, porque ya se había puesto toda la carne en el asador en el programa del 18F, con casi 900 propuestas. Las recordó desde la tribuna de oradores Rueda, también otras medidas anunciadas ya antes de la fase electoral. Citó desde el nuevo plan para incorporar psicólogos clínicos a los centros de salud a incidir en las ofertas de empleo público, pasando por avanzar en igualdad y en la lucha contra el machismo. En la cabeza de Rueda y su equipo, lo inmediato, pero también la mirada larga.

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