El Partido Popular valenciano trata de minimizar el desgaste
Aunque la letra del tango sostiene que 20 años no son nada, los 22 que han transcurrido desde que Eduardo Zaplana dejó la Generalitat Valenciana rumbo a Madrid han diluido por completo la influencia del expresidente en el Partido Popular de esta comunidad autónoma.
Con todo, dos décadas después, el juicio del conocido como caso Erial ha puesto de nuevo los focos sobre el que fuera ministro a las órdenes de José María Aznar. La oposición no ha desperdiciado la oportunidad que le brinda la imagen de Zaplana sentado en el banquillo de los acusados de la Ciudad de la Justicia de Valencia para apretar al actual presidente autonómico, Carlos Mazón, a quien le recuerdan que comenzó en política de la mano del dirigente cartagenero.
El Partido Socialista (PSPV) le instó ayer a pedir perdón por «todo lo realizado por su padrino político» mientras Compromís reclamó una investigación en el Parlamento autonómico sobre el presunto cobro de comisiones ilegales por parte de Zaplana. No obstante, el trance judicial del expresidente coge a socialistas y nacionalistas con el pie cambiado. Los primeros, con el recién estrenado liderazgo de Diana Morant, a caballo entre el Consejo de Ministros y la dirección del PSPV. Los segundos, bajo el impacto del archivo de la causa en la que se investigaba a Mónica Oltra y sus imprevisibles consecuencias a nivel interno.
Oxígeno para un PP que desde que ha comenzado la vista oral contra Zaplana ha marcado agenda propia. El día que empezó el juicio registró cinco proposiciones de ley en las Cortes Valencianas. Ayer, un día clave por las declaraciones de los acusados en el juicio del caso Erial, activó una comisión de investigación sobre la gestión del sector público en la etapa del socialista Ximo Puig al frente de la Generalitat.
Mientras, Carlos Mazón completó una maratoniana agenda en Bruselas en apoyo de la agricultura valenciana que incluyó encuentros con la presidenta del Parlamento Europeo, Roberta Metsola, y el vicepresidente de la Comisión, Margaritis Schinás, en la que no faltó una foto con el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell (PSOE).