La OEA condena de forma enérgica el asalto de Ecuador a la embajada mexicana en Quito
▶ El Gobierno de Noboa acusa a México de apoyar la impunidad de Jorge Glas
Ecuador se quedó solo. Por unanimidad, la Organización de los Estados Americanos condenó en una reunión extraordinaria de su Consejo Permanente mantenida ayer en Washington la incursión de la Policía ecuatoriana en la embajada mexicana en Quito del pasado viernes para extraer y detener a Jorge Glas, vicepresidente durante el mandato de Rafael Correa (20072017) procesado por corrupción y a quien México le había concedido antes el asilo diplomático.
En pocas ocasiones votan casi todos los países presentes en la OEA en bloque, y esta fue una de ellas. La resolución, presentada por la delegación de Colombia, sólo obtuvo el voto en contra de Ecuador, país reprobado. México se ausentó. El Salvador, gobernado por Nayib Bukele, socio del actual presidente ecuatoriano, se abstuvo.
Esencialmente, la comunidad latinoamericana se desentiende de las peticiones del Gobierno de Daniel Noboa de que se reformen las leyes de asilo para impedir injerencias de corte político. Un día antes, el martes, el Ejecutivo de Noboa defendió sus acciones en una reunión mantenida a petición suya en la misma sede de la OEA.
Solución constructiva
La resolución aprobada ayer condena «enérgicamente la intrusión en las instalaciones de la Embajada de México en el Ecuador y los actos de violencia ejercidos en contra de la integridad y la dignidad del personal diplomático de la misión». Además, se exhorta a los dos países afectados, que han roto relaciones diplomáticas, a que «de acuerdo con el derecho internacional, inicien un diálogo y tomen acciones inmediatas para resolver este grave asunto de manera constructiva».
El Gobierno de Ecuador quería disponer del exvicepresidente Glas, que estaba siendo procesado por acusaciones de corrupción. En ese proceso, Glas recibió el asilo de México y se refugió en la embajada de ese país en Quito. El viceministro ecuatoriano de Movilidad Humana, Alejandro Dávalos, fue el martes a la sede de la OEA a defender que Glas no reunía los requisitos para el asilo diplomático y «que de ninguna manera se puede considerar un perseguido político», según alegó.
Para el Gobierno de Noboa, México estaba obstaculizando el funcionamiento del sistema judicial ecuatoriano al impedir que un estrecho aliado de Correa prestara declaración y acabara un juicio pendiente. Correa se desempeñó como presidente del país desde 2007 hasta 2017 y fue condenado en ausencia por la justicia ecuatoriana a 8 años de prisión por el delito de cohecho. Es un integrante del llamado Grupo de Puebla, que aúna a las fuerzas de izquierda en toda Latinoamérica.
Según explicó el enviado de Ecuador, el 17 de diciembre de 2023 fue Glas a la Embajada de México en Quito con dos sentencias pendientes por asociación ilícita y cohecho y otro proceso en marcha por malversación. México lo recibió como huésped y solicitante de asilo, «logrando así evadir la justicia», según dijo el viceministro ecuatoriano. «El origen de esta crisis diplomática está ligado directamente a estos casos de corrupción y a la pretensión de evadir la justicia al propiciar el uso indebido de las inmunidades y privilegios diplomáticos», dijo.
El vicecanciller Dávalos informó a la OEA que Ecuador considera inaplicable el asilo para personas condenadas por delitos comunes, algo comunicado previamente a México. Esto siguió a la declaración de la embajadora mexicana como persona ‘non grata’ en Ecuador, después de críticas del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, sobre asuntos internos ecuatorianos. Cuando México concedió asilo político a Glas, esto fue visto por Ecuador como un acto de afinidad política.
Estas afirmaciones no impidieron múltiples condenas en el Consejo Permanente de la OEA, destacando las de Colombia y EE.UU., que reafirmaron el respeto a la inviolabilidad diplomática y condenaron la violación por Ecuador de la Convención de Viena. El representante de EE.UU., Francisco Mora, denunció que «el Gobierno ecuatoriano ignoró sus obligaciones bajo el derecho internacional». La resolución será enviada por el secretario general a su homólogo en la ONU.