Las cosas de la termita
Si no fuera tan preocupante, sería cómico ver el pánico que les está entrando a los que han creado esta situación
SÁNCHEZ, por decirlo de forma simbólica, es una termita para la democracia con solo dos registros: lo que no utiliza… lo desprecia. Utiliza al fiscal general para archivar unas diligencias que afectaban a Otegui por su posible colaboración en el asesinato de un directivo de Michelin; utiliza el Congreso para presumir de actividad internacional pero se niega a responder a todas las dudas que generan sus decisiones unilaterales a favor de Marruecos; utiliza el Consejo de RTVE para fichar a un humorista que intente acabar con otro comunicador que no le gusta; utiliza el CIS para asustar al PNV con una victoria de Bildu en las próximas elecciones vascas; utiliza la Abogacía del Estado, el TC, Correos, Indra… En cambio, denigra o ningunea lo que no está bajo sus órdenes: el Poder Judicial, el Senado, el Tribunal Supremo y así (aunque no hay tanto así). No cabe mayor sectarismo ni mayor fraude democrático que poner todas las instituciones al servicio de un partido que, además, está a tus órdenes. Por demás, la obsesión de Sánchez por mantenerse en el poder es la que nos ha condenado a los españoles y a nuestras instituciones a una situación absolutamente desquiciante. Ahí tienen la ley de amnistía: corrupta, inconstitucional y políticamente aberrante, está rompiendo las costuras de nuestra arquitectura institucional y provocando situaciones inéditas, tal y como la de que el Senado haya planteado un conflicto de atribuciones con el Congreso, al entender que se le está obligando a tramitar una ley inconstitucional, cosa que no se había producido en 50 años de democracia.
Pero le decía lo del CIS: si hace diez días el sondeo ‘oficial’ pronosticaba la victoria del PNV, anteayer el ‘estudio de campaña’, que no atribuye escaños, dice que ganará Bildu. Es un pequeño favor que el desahogado Tezanos les hace a las huestes de Ortúzar para estimular el voto de ese 30 por ciento de vascos –y vascas– que aún se declaran indecisos. Di tú que lo ha hecho en otras ocasiones aunque no siempre le ha salido bien la jugada, pero al menos que por él no quede. Si no fuera tan preocupante, sería cómico ver el pánico que les está entrando a los que han creado esta situación… Tanto tiempo blanqueando a Bildu, alabando la responsabilidad de Bildu, lo progresista que es Bildu, lo que aporta Bildu a la estabilidad del Gobierno y tal y tal, para que ahora Bildu pueda ganarte las elecciones. Es cierto que esa ventaja de los hijos del terrorismo no la recoge ninguna otra encuesta, pero el PSOE y el PNV se merecen que la nueva Batasuna les gane, por haberla blanqueado con esmero. No obstante, una encuesta que no ofrece el reparto de escaños en un territorio donde no todos los votos valen lo mismo –vale cuatro veces más el alavés que el vizcaíno y el doble que el guipuzcoano– no sirve para nada, salvo para crear expectativas alejadas de la realidad pero convenientes para el interés de quien las publica. Las cosas de la termita.