El antebrazo que vuelve a frenar a Alcaraz
▶Con sólo 20 años, el tenista murciano ha sufrido ya seis percances musculares que le han obligado a parar. ¿Normal?
Tenis
Se despide Carlos Alcaraz (20 años) de Montecarlo antes de jugar su primer partido ante Felix Auger-Aliassime porque vuelve el cuerpo a decirle que frene un poco. No mucho. Lo suficiente para que pueda descansar, recargar energías y volver más fuerte si cabe. En esta ocasión, ausente del primer Masters 1.000 de la temporada de tierra, es el antebrazo y el músculo pronador redondo el que lo aparta de sumar algún punto en este torneo que, por el momento, le es esquivo.
No jugó en 2021 porque alcanzó las rondas finales en Marbella, lo que le impidió llegar a tiempo para jugar la previa. Jugó en 2022, pero Sebastian Korda lo despachó en el primer partido. No jugó en 2023 por una artritis postraumática en la mano izquierda. No juega en 2024, de nuevo, por precaución, la máxima que ha seguido Alcaraz desde que despuntara en el circuito profesional. «Es el músculo que ayuda a invertir la mano para que la palma mire hacia arriba y hacia abajo. Y es una zona peligrosa porque estas sobrecargas pueden alterar la mecánica del resto de movimientos y afectar a estructuras tendinosas cuya curación es más lenta», explica a este periódico el doctor Pedro Luis Ripoll.
El tenista recibe el impacto (y la velocidad) de la pelota del rival en esta zona y, a la vez, tiene que responder con su propia velocidad y con la rotación de su brazo para devolverla, por eso, el tenis es uno de los deportes en los que esta dolencia afecta más. Una de las causas probables, y de las que se vienen quejando los tenistas desde hace tiempo, es del cambio tan brusco de pelotas de un torneo a otro. O la calidad de las mismas, peor en los últimos tiempos en los que el tenis es mucho más potente y los jugadores reciben mucha más tensión en cada golpeo.
Ripoll sugiere que la pausa de Alcaraz es una prevención a todas luces positiva: «Es un músculo esencial para el tenis. Impide que lo practiques con soltura. Ha hecho muy bien en parar para no sobrecargar otras estructuras, como que se extienda al epicóndilo, el codo
OTROS PROBLEMAS
En 2021, desgarro fibrilar en el cuádriceps. En 2022, desgarro abdominal. En 2023, lesión en el músculo semimembranoso de la pierna derecha, distensión en los isquiotibiales del muslo derecho, artritis postraumática en la mano izquierda, inflamación del pie.
Estos problemas le han enseñado a cómo mejorar fuera de la pista, pero lo dejaron sin jugar torneos como el Abierto de Australia 2023, Basilea, la Copa de Maestros y Montecarlo 2023 y 2024. de tenista». Es el último caso en un expediente que se va acumulando de información.
Desde su irrupción en el circuito profesional, Alcaraz ha tenido diversas dolencias que lo han obligado a parar más o menos tiempo. Aunque, eso sí, después de cada parada, daba un estirón más alto hacia las estrellas. En 2021, tuvo que retirarse en cuartos, precisamente contra Aliassime, por un desgarro fibrilar en el cuádriceps y otras molestias
El músculo pronador redondo atraviesa desde la parte interna del codo hasta el borde externo del radio y es el que permite, por ejemplo, que el brazo invierta la mano hacia arriba y hacia abajo. Músculo esencial en el tenis que se resiente por la tensión con la que se recibe la pelota. en el aductor; a finales de 2022, se produjo un desgarro abdominal en el Masters 1.000 de París y no pudo disputar ni la Copa de Maestros ni la Copa Davis. En el pasado 2023, una lesión en el músculo semimembranoso de la pierna derecha durante un entrenamiento que lo obligó a ver el Abierto de Australia por televisión; un mes más tarde, en la final del ATP 500 de Río, una distensión en los isquiotibiales del muslo derecho. Su baja en Montecarlo del año pasado vino por esa artritis postraumática en la mano izquierda que empezó a sufrir en Miami, además de molestias musculares en la espalda. En octubre, inflamación en el pie izquierdo y problemas en el glúteo, se perdió Basilea.
En este 2024, el esguince en el tobillo por una caída fortuita en Río y esta dolencia en el antebrazo de la que espera estar recuperado para el Conde de Godó. En eso confía el doctor Ripoll: «Si comparamos con el resto de tenistas que tienen su estilo, no veo que Alcaraz tenga muchas lesiones. Graves no ha tenido ninguna. Practica un tenis muy físico, que tiene su parte positiva, pero también de una exposición mayor a la posibilidad de padecer sobrecargas. Toda esta sucesión de episodios no es porque tenga muchas lesiones, sino que las lleva con mucha precaución. Cuando existe la más mínima sensación de sobrecarga o de que pueda tener una lesión mayor, paran. Es una estrategia terapéutica muy acertada. Antes de que se cronifiquen en una persona tan joven y a la que se le augura una carrera muy larga, descansar es la clave».
Alcaraz experimentó un explosivo estirón muscular cuando entró en la élite, de aquel adolescente delgado a un portento físico y musculado a los casi 21 (los cumple el 5 de mayo). Por ahora, subraya Ripoll, este crecimiento «en el que ha añadido potencia a su tenis, ha estado muy bien dirigido», y aún no ha parado. «Todavía puede modular, construir su cuerpo para competir con mayor agresividad». Incluso en una lesión física, Ripoll subraya que también la cabeza influye: «El tenis tiene un componente mental extremo: gana quien resiste. Él ha declarado que tiene que crecer mucho. Se espera que gane siempre. Hay una expectativa, que puede ser razonable porque tiene un nivel muy alto, pero tiene que saber digerir y dosificar mentalmente». Alcaraz, pausa ahora para seguir creciendo.
Doctor Ripoll Director centro médico Ripoll
«Tiene un tenis muy físico, que tiene una parte muy positiva, pero también una exposición mayor a sufrir sobrecargas»