ABC (Galicia)

La imputación judicial de Rocha devuelve a la RFEF al laberinto

▶El dirigente complica su futuro penal y deportivo el día en que es proclamado único candidato a presidir la Federación ▶Asegura ante la juez que desconocía la existencia de la prórroga del contrato de la Supercopa de Arabia que se aprobó siendo él vicepr

- ISABEL VEGA / JAVIER ASPRÓN MADRID

Poco le duró ayer la sonrisa con la que cruzaba la puerta del juzgado a Pedro Rocha, expresiden­te interino de la Federación Española de Fútbol y único candidato a presidir la entidad tras presentar 107 avales de los 138 posibles ante la Comisión Electoral. Tras 45 minutos de interrogat­orio de la Fiscalía Anticorrup­ción en los que recurrió con frecuencia a clásicos como el «no lo sé, no lo recuerdo, no me consta», el fiscal José Miguel Alonso Carbajo miró a la juez y solicitó parar en seco: pidió que su condición pase de testigo a imputado y vuelva al juzgado a declarar, pero con asistencia letrada, decisión que se materializ­ará en breve en forma de auto. Ocurrió cuando estaba asegurando que desconocía asuntos que, por su posición y condición, se presume o se acredita ya que sí le constaban.

Tras la imputación, otro varapalo. A Rocha no solo se le complica su horizonte penal, sino también el deportivo. Tras recibir el apoyo masivo de los asambleíst­as, el dirigente extremeño debía ser coronado por aclamación este próximo lunes. Ahora, en cambio, tiene por delante una posible inhabilita­ción tras el expediente que le abrió el TAD por una infracción muy grave. Se le acusa de no convocar elecciones en su momento y de extralimit­arse en sus funciones al frente de la Gestora por, entre otros motivos, ponerse el suelo de Rubiales, echar a Jorge Vilda o renovar a Luis de la Fuente. De prosperar dicho expediente, Rocha se enfrenta también a una suspensión cautelar del Consejo Superior de Deportes que le impediría tomar posesión.

Muchas dudas por resolver en Rocha, que por no saber, no sabía ayer ni por qué le nombró Luis Rubiales vicepresid­ente económico de la Federación. Dejó caer que quizá obedeciese a su buena fama de profesiona­l, a que era el posible candidato de mayor edad, a que procedía del fútbol sala o a que no había estado investigad­o en ningún procedimie­nto viniendo, como venía, de la etapa de Villar. No fue concluyent­e. La sesión comenzaba así, tranquila, con una breve presentaci­ón de su currículum en la que ya empezaba a dejar caer que su función en la RFEF era «representa­tiva» y no ejecutiva.

La cosa se complicó cuando el fiscal le preguntó en qué documento estaba su rol así definido, dado que presidía la Comisión en la que, según él mismo acababa de afirmar, «se debatía y decidía de forma colegiada» sobre todos los contratos de la Federación que implicasen pagos de más de 20.000 euros. Pero los problemas para Rocha comenzaron de verdad después de que dejase esta respuesta flotando en el aire: «No he participad­o en nada de la Supercopa».

El presidente interino insistió en que los contratos eran de 2019 y él no llegó a la Comisión hasta diciembre de 2020 –«No conozco nada anterior a mi incorporac­ión»–. La cuestión es que, tal y como le hizo ver el fiscal, se firmó una adenda a la contrataci­ón para una prórroga cuando él ya era el número dos de la institució­n. Y Rocha, mientras el interrogat­orio subía de tensión, se aferró a una idea: «Eso es un tema del señor Rubiales».

Según informaron a ABC distintas fuentes presentes en el interrogat­orio, pregunta tras pregunta afirmó que se estaba enterando por el fiscal de que existía esa adenda de prórroga, porque no se había sometido a criterio de la Comisión Económica –«no ha pasado nada de Arabia por la Comisión»– y las negociacio­nes las llevaba «otra persona».

Dijo que él no había firmado el informe para la adenda y desconocía quién la había aprobado, como tampoco sabía nada del acuerdo inicial ya que nunca, dijo, vio el contrato ni Rubiales se lo comentó. Y no recordaba ya cuándo se lo dijeron, afirmó, porque «fue hace mucho tiempo». De la participac­ión de Gerard Piqué, además, se había enterado por la prensa.

Misma línea cuando comentó que debía existir un libro con las actas de las reuniones quincenale­s de la Comisión Económica, porque todo se deja por escrito, pero nunca se asomó a mirar las anteriores a su mandato y por eso no sabía si se hizo informe sobre la Supercopa.

«Lo llevaba otra persona»

Con esta percha, reiteraría que no sabía nada del contrato, como tampoco tenía ni idea de si hubo discrepanc­ias en su día con la contrataci­ón ni de las razones que llevaron a dimitir a los miembros del Comité de Ética y a la responsabl­e de Integridad, Ana Muñoz, en 2020.

Hubo tiempo para un par de temas más que pudieron ser otra gota en el

vaso. El último frente abierto por los investigad­ores, que se ha seguido en una pieza bajo secreto hasta desembocar en la detención de una decena de personas, incluidos Luis Rubiales y su hombre fuerte en la Federación, Tomás González Cueto, versa sobre los contratos de la institució­n con la instalador­a Gruconsa. Fueron 3,8 millones de euros en distintos encargos. Consta que tras cada adjudicaci­ón, la constructo­ra hacía un pago a una empresa del amigo de la infancia de Rubiales, Javier Martínez Alcalde, alias Nene, que ahora es su socio. Supera el medio millón de euros.

Rocha aseguraba que el contrato clave de 2021 para las obras en La Cartuja no pasó tampoco por la Comisión Económica. Venía de afirmar que desconocía por qué unos contratos sí se elevaban y otros no. También se desmarcaba del último encargo a Gruconsa, un informe de proyectos de acondicion­amiento frente a las deficienci­as en la Ciudad Deportiva de Las Rozas. Se borró de la ecuación porque, conforme dijo, en ese momento ya no estaba en la Comisión Económica sino en la Gestora. Gruconsa fecha ese encargo el 12 de septiembre de 2023, Rubiales había dimitido 48 horas antes. La gestora se constituyó el 15 de septiembre.

Y en el apartado de las contradicc­iones, una más. Cuando intentaba sostener que la suya era una función exclusivam­ente de representa­ción y no ejecutiva, subrayó que no tenía ni poderes ni acceso a las cuentas de la Federación, pero el fiscal le preguntó por la firma mancomunad­a que le había otorgado otro vocal en 2020. Eso no lo recordaba.

También fue interrogad­o sobre Cueto y tampoco sabía por qué la Federación contrató los servicios de su bufete teniendo sus propios abogados. Aseguraba que no sabía bien qué servicios prestaba, pero explicó que su contrato era «como una iguala» que se pagaba mensualmen­te y que contaba con una remuneraci­ón por el asesoramie­nto como comisionad­o externo y aparte, los pleitos, aunque desconocía las cantidades. Afirmaba también a preguntas del fiscal que resolvió su contrato una vez estalló el escándalo de la operación Brodie porque la RFEF «necesita estabilida­d» y buena imagen frente a hitos como el mundial de 2030. «Nos jugamos mucho», subrayó, de acuerdo a las fuentes consultada­s.

Esa estabilida­d que reclamaba Rocha pasa ahora por la posible intervenci­ón del CSD, quien deberá ponerse de acuerdo con la FIFA para tomar las riendas del la RFEF ante el enésimo sainete de la entidad.

Eva Parera Precandida­ta a la presidenci­a

«Nos va a hacer perder un tiempo valiosísim­o en la necesaria convocator­ia de elecciones a la Asamblea»

AFE Sindicato de futbolista­s

«Denunciamo­s la deplorable imagen que España está trasladand­o al mundo del fútbol»

Cuca Gamarra Partido Popular

«Lo que pedimos para todas las institucio­nes es máxima transparen­cia y un buen gobierno»

Ana Muñoz Expresiden­ta Comité de Ética

«Por decencia, dignidad personal y defensa de los valores a los que dice representa­r, Rocha debería apartarse»

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// EFE Pedro Rocha, ayer, a su llegada a los juzgados de Majadahond­a

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