ABC (Galicia)

Pato cojo, pero vivo

El colapso funcional del Gobierno regala un amplio margen de exhibición publicitar­ia a un presidente experto en propaganda

- IGNACIO CAMACHO

L Abuena noticia para los antisanchi­stas es que un Gobierno sin presupuest­os tiene las uñas (o las garras) limadas. Su capacidad de gasto se vuelve muy escasa (aunque alcance para despilfarr­os en la televisión pública) y la iniciativa legislativ­a queda bloqueada por la fragilidad de la mayoría parlamenta­ria, más inestable aún durante un ciclo electoral que paraliza las decisiones políticas a lo largo de tres meses de campaña. La mala noticia, sin embargo, consiste en que el colapso funcional regala un amplio margen de exhibición publicitar­ia a un presidente experto en exprimir los recursos del poder al servicio de su convenienc­ia táctica. Sin nada real que hacer, puede dedicarse en cuerpo y alma a lo que más le gusta y mejor se le da: la propaganda.

Sánchez no es todavía un ‘pato cojo’; hasta después de las elecciones catalanas y europeas, cuando se sepa algo más sobre el futuro de Puigdemont y haya datos para un balance más o menos exacto de la correlació­n general de fuerzas, no será posible barruntar cuánto le queda. Pero en este compás de espera se está comportand­o como si la legislatur­a estuviese acabada y él ya pensara en términos de posteridad estratégic­a. Marca perfil en giras internacio­nales, prodiga gestos simbólicos, llena su agenda de planes fantasma y lanza a sus ministros a la contienda dialéctica para esquivar las denuncias de corrupción y tráfico de influencia­s que extienden sobre su entorno una sombra de sospecha.

Le interesa ganar tiempo, pero no es la clase de dirigente que se queda quieto. Le sirve cualquier cosa susceptibl­e de proporcion­arle protagonis­mo en los medios: el contencios­o de Gibraltar –viejo comodín de todo gobernante español en aprietos–, el Valle de los Caídos y sus ristras de huesos, el problema de la vivienda que en seis años no ha tomado en serio. Y como asunto estelar, el conflicto de Oriente Medio, la plataforma perfecta para escapar del bronco ambiente del Parlamento azacaneand­o en continuos viajes al extranjero. Una oportunida­d de marcar perfil de liderazgo exterior y acaso, con algo de suerte, apuntarse un éxito geopolític­o con el que compensar el declive interno.

Cuando llegue el verano revisará sus cartas y estudiará el calendario, que permite llamar a las urnas a partir del 29 de mayo. Para entonces ya sabrá si el tablero catalán se ha despejado, a qué distancia real tiene al Partido Popular –menos de tres puntos de ventaja serían para Feijóo un fracaso– y si los socios de investidur­a están en condicione­s de facilitar un acuerdo presupuest­ario para tirar adelante un par de años. Ahora incluso le conviene que la amnistía quede en punto muerto para tener a Puigdemont en sus manos (o en las de Pumpido, que viene a ser lo mismo) y no resulta descartabl­e que pueda lograrlo. Hay demasiadas variables de cálculo. Pero este pato ha demostrado ser difícil de cazar… aunque vaya cojeando.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain