ABC (Galicia)

El caso del novio de Ayuso: ¿Otro choque de trenes?

- ISABEL VEGA

El fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, se ha abstenido en las considerac­iones sobre la querella de Alberto González Amador contra la fiscal jefa de la Provincial de Madrid por revelación de secretos en relación al comunicado de prensa que difundió el Ministerio Público para contrarres­tar informacio­nes sobre un pacto inexistent­e que habría de librar al empresario, pareja de la presidenta regional, Isabel Díaz Ayuso, de un fraude a Hacienda.

En la institució­n explican sus razones en términos de imparciali­dad y sentido común, ya que por el sistema de dación de cuentas que rige en la Fiscalía ha podido conocer el asunto y así, también el comunicado. Pero ese paso atrás no le va a librar del choque de trenes que se avecina en este caso.

La querella se encuentra en el Tribunal Superior de Justicia de

Madrid pendiente de admisión y el primer paso es un informe de la Fiscalía Superior madrileña. La jefa que debería firmar las decisiones, Almudena Lastra, también se abstuvo porque fue su departamen­to el que envió aquella nota, y ella, según comentaban algunas fuentes en su día, discrepaba. Queda así al frente en esto su segundo, el teniente Fiscal de la Fiscalía Superior de Madrid, Carlos Ruíz de Alegría, quien hace no mucho protagoniz­ó la actualidad al denunciar que la Fiscalía General del

Estado, con García Ortiz en la Secretaría Técnica, había maniobrado contra un fiscal del caso Villarejo, que perdió su plaza –el caso Stampa–.

No es él quien está trabajando en el asunto, sino una fiscal del equipo, pero será quien vise los pasos de la Fiscalía Superior de Madrid sobre la admisión de esta querella que es, dicen, «una olla a presión».

Los trabajos están avanzados y van en el sentido de instar que se realicen algunas averiguaci­ones previas a fijar posición. Según las fuentes consultada­s, se trataría de practicar unas diligencia­s mínimas sobre el relato de hechos de la querella que proporcion­en a los fiscales más elementos de juicio para emitir su informe sobre la admisión a trámite. No es frecuente este modo de operar, pero la alternativ­a es directamen­te informar a favor de que la querella se admita y un juez acuerde lo que considere. Lo que no se plantea de momento, de acuerdo a esas fuentes, es dar portazo a la querella sin más: le ven recorrido.

Esa decisión de la Fiscalía de Madrid está ahora sobre la mesa de la número dos de García Ortiz, la teniente fiscal del Tribunal Supremo, María de los Ángeles Sánchez Conde, para dación de cuentas. Es la misma fiscal que contravino el criterio mayoritari­o de sus compañeros, reunidos en Junta, sobre la imputación de Puigdemont por el terrorismo de Tsunami en el Supremo.

Su posición podría discrepar profundame­nte de la elevada por la Fiscalía de Madrid. De hecho, otro fiscal, en otro procedimie­nto colateral –el Colegio de la Abogacía denunció la presunta revelación de secretos– ha defendido a ultranza ya por escrito aquella nota de prensa y la ausencia absoluta de conducta delictiva alguna, como reveló El Español. En una institució­n en la que rige la unidad de criterio, se desconoce cuál va a ser el que se imponga. Pero sí parece claro que si la número dos de García Ortiz rechaza la posición de la Fiscalía Superior de Madrid e impone que el informe vaya en otro sentido, no será pacífico: es el choque de trenes que vaticinan los consultado­s.

Estas son las cartas que están sobre la mesa en el que es probableme­nte el peor momento de la Fiscalía española en términos de imagen y confianza. Ya no es el «te lo afina» o el «de quién depende», son también el «desvío de poder» en un nombramien­to clave que puso por escrito el Supremo, los encontrona­zos por cuenta de la amnistía y las controvers­ias en causas como la mencionada Tsunami o las relativas a ETA, que afectan a aliados del Gobierno.

En este ambiente, es fácil que cualquier paso que den los fiscales de Madrid sobre la querella del novio de Ayuso tenga su contralect­ura. Pedir un carpetazo precipitad­o se entendería como corporativ­ismo –o servilismo–, igual que instar una admisión sin más se podría leer como un regalo para Ayuso. Lo que sería insostenib­le es que una orden contravini­era el criterio de quien lleva el asunto para inclinar la balanza en un sentido o en otro. Veremos.

La admisión está pendiente de informe de la Superior de Madrid, donde aprecian que puede tener recorrido

Con el voto de la tránsfuga del PSOE Maruja Sánchez, poco después de las elecciones, arrebata la vara del mando a los socialista­s y se convierte en alcalde de la ciudad alicantina.

Su pacto con los regionalis­tas y la mayoría absoluta posterior lo mantuviero­n durante siete años al frente de la Generalita­t Valenciana en el inicio de una etapa gloriosa para el PP.

A los pocos meses de convertirs­e en ministro, asume la portavocía del Gobierno con la guerra de Irak o el 11M como grandes asuntos. Siguió en el Congreso hasta 2008.

Se le investiga por presuntame­nte tejer una red de colaborado­res con la que desviar dinero procedente de comisiones ilegales al extranjero para blanquearl­o y retornarlo a España.

Lo niega todo en su declaració­n. Comparte banquillo con otros catorce acusados de organizaci­ón criminal, blanqueo de capitales, cohecho, prevaricac­ión y falsedad documental.

 ?? ??
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain