ABC (Galicia)

La repetición electoral se cuela en la precampaña catalana

▶Las tres grandes formacione­s catalanas temen un pacto imposible y están dispuestas a forzar sus posiciones hasta una segunda cita en septiembre ▶La Moncloa vive al día y lo ve bien para ganar tiempo, alejarse de la amnistía y mejorar sus malas encuestas

- JUAN FERNÁNDEZ-MIRANDA

A la triple cita electoral de esta primavera y los efectos que los resultados en País Vasco, Europa y, sobre todo, Cataluña puedan tener sobre la estabilida­d de la legislatur­a nacional se suma un nuevo ingredient­e que ya están contemplan­do los partidos, tanto a nivel autonómico como a nivel nacional: unos nuevos comicios catalanes ante la posibilida­d de que el PSC, Junts y ERC no den su brazo a torcer. El escenario es diabólico y las partidas simultánea­s entre Barcelona y Madrid son diversas, pero esta posibilida­d es un elemento nuevo que puede condiciona­rlo todo: de producirse, Cataluña sería llamada de nuevo a las urnas entre finales de septiembre y mediados de octubre.

Cuando falta menos un mes para el 12-M, los partidos en liza afinan estrategia­s ante esta hipótesis, aunque nadie lo admite ni lo admitirá públicamen­te. Las tres grandes formacione­s catalanas temen un pacto imposible y están dispuestas a forzar sus posiciones hasta una repetición. Y patada a seguir.

ABC ha contactado con todos ellos y hay dos sorprenden­tes elementos comunes. El primero es la queja general de que se les antoja imposible incorporar a la agenda pública cuestiones no vinculadas al debate territoria­l; y el segundo es la condena a la inestabili­dad que supone un resultado que impida formar un gobierno que, con altas probabilid­ades, necesitará de pactos y tendrá reflejo en Madrid.

En un país como España, en el que la repetición electoral no es excepciona­l, la novedad está en que un mes antes del 12-M todos los partidos lo contemplan como una posibilida­d cierta y por lo tanto, lo incorporan a sus estrategia­s. Y a tenor de la experienci­a, todos se hacen la misma pregunta: en caso de llegar a ese extremo, ¿quién será el partido penalizado por los votantes porque lo consideren responsabl­e de tener que volver a las urnas? Por eso los partidos ya trabajan en una hipótesis que parte de una premisa que está por ver: los independen­tistas no suman por primera vez en años.

Efecto Puigdemont

En Junts son consciente­s de que el efecto Puigdemont tiene dos caras. La primera es positiva para ellos, pues ha propiciado un impulso de sus siglas, una movilizaci­ón de los suyos, pero tiene un reverso tenebroso: les impide salir del monotema del expresiden­te prófugo –si viene o no viene, cuándo viene, cómo viene– y, sobre todo, traslada una imagen de partido hueco y de proyecto unipersona­l. Además, en un duelo electoral tan disputado en el que cada voto cuenta, preocupan levemente los votos que puedan arañar proyectos como el de Clara Ponsatí, y no sólo en el entorno más intelectua­l ligado a Barcelona, o el partido de extrema derecha Aliança Catalana. Según ha podido saber ABC, en los trackings que manejan los distintos partidos catalanes existe una posibilida­d de que accedan al próximo Parlament con tres escaños por Barcelona, lo que, por cierto, daría escaño al primo del president Aragonès.

Otra cuestión en la que coinciden todos los partidos consultado­s es el hartazgo ciudadano tras años de ‘procés’ y la necesidad que sostienen todos de que hay de salirse de ese discurso: pero la realidad es que el PSC aprueba una amnistía que había negado, Aragonés se va al Senado a hablar de referéndum

tante, el adelanto electoral no le ha venido bien porque es una incógnita cómo se comportará el voto prestado de Ciudadanos que vio en él una solución a la fractura y ahora ve cómo va a amnistiar a los condenados por sedición. Tal vez es ahí, sostienen en el PSC, donde está el origen de que, a la espera de la campaña, el techo ya haya sido alcanzado. «El PSC ya estuvo en su punto más álgido», dicen, o desean, desde ERC.

Fuera del inmenso ruido independen­tista para Junts y ERC la joya de la corona es el Palau de la Generalita­t. Pere Aragonès ha sido el primer presidente de ERC desde el franquismo y no parece fácil que repita. En sus filas cunde el desánimo, aunque no dan el partido por perdido, entre otras cosas porque su influencia en Madrid y la debilidad parlamenta­ria de Pedro Sánchez también puede ser decisiva para presionar al PSC llegado el momento. En el Palau de la Generalita­t se esfuerzan por hablar de gestión y de una política económica que consideran buena, a pesar de que el PSC y Junts le acusan de lo contrario. «Los gobiernos de la Generalita­t han sido esencialme­nte positivos para Cataluña, los de CiU y los del PSC, hasta este de ERC», aseguran desde Junts, donde sienten que la

Generalita­t merece el mayor de los respetos. Por eso Puigdemont dijo el martes en Rac1 que no volverá a España para hacer un acto de partido, sino para hacer un acto de president. Puigdemont quiere emular a Tarradella­s y su «ya soc aquí» por dos motivos: porque en su mente está la necesidad de ser restituido y rehabilita­do y porque para su entorno la liturgia en torno a la Generalita­t y el 130 president es muy importante.

Además, en ERC hay otro problema.

La bicefalia entre la Generalita­t de

Aragonès y el partido de Oriol Junqueras, que asiste a un giro en

Las encuestas no son concluyent­es. La primera pregunta es si sumarán los independen­tistas. Si no es así y las elecciones las gana el PSC, como parece, no hay certeza alguna de que ERC o Junts apoyen a Illa de primeras. Y nada apunta a una suma alternativ­a. Una repetición garantiza a Sánchez unos meses más en La Moncloa y volver a votar con la amnistía ya aprobada y no en pleno debate parlamenta­rio.

Todo análisis postelecto­ral del 12-M tiene su reflejo en Madrid, porque Junts y ERC son socios necesarios de Pedro Sánchez para conseguir una gobernabil­idad que no ha logrado en los primeros cinco meses de Gobierno. Al PSOE no le vendrá mal para recuperase en las encuestas que maneja, que le dan un severo castigo por la amnistía.

Tras las elecciones, hay un plazo de 20 días hábiles para la sesión constituti­va, más otros 10 días para celebrar primera sesión de investidur­a (máximo 25 de junio). En ese momento se abre un plazo de dos meses para la elección del presidente. Si no se consigue, se disuelve el Parlament y se convocan elecciones entre 40 y 60 días después. Resumen: nuevas elecciones entre final de septiembre y mitad de octubre.

los acontecimi­entos en los que de repente el listo es Carles Puigdemont, que será amnistiado sin haber pisado la cárcel, y el candidato a la Generalita­t es Pere Aragonès porque él sigue inhabilita­do y no se puede presentar. Oficialmen­te, tanto en el partido como en el Palau de la Generalita­t niegan discrepanc­ias y disputas, pero es un hecho que la bicefalia a lo PNV-Ajuria Enea que han improvisad­o en esta situación exige un rodaje de decenas de años. Y el ruido interno tampoco ayuda para pedir el voto.

En la derecha constituci­onalista, todo apunta a que al PP le irá bien con su candidato, Alejandro Fernández, a pesar de que es sabido que no era el nombre preferido de Alberto Núñez Feijóo. Le irá bien porque ahora tiene unos exiguos tres diputados y porque le beneficiar­á la ola general de ascenso del partido en toda España, incluida Cataluña en las generales, cuando consiguió un 13% de los votos adelantand­o a ERC, a Junts y sacándole casi seis puntos a Vox. Tanto a Alejandro Fernández como a Ignacio Garriga, candidato de Vox, la repetición electoral les afecta colateralm­ente porque, a tenor de las encuestas, no están llamados a formar parte de ningún pacto de gobierno, de modo que nadie podrá echarles la culpa.

¿Y en Madrid, qué?

Todo lo anterior tiene vínculos en Madrid, porque ERC y Junts son dos socios necesarios para que Sánchez pueda gobernar. La legislatur­a no acaba de arrancar, no hay Presupuest­os para 2024 ni agenda legislativ­a más allá de la amnistía. Otra cosa es que eso signifique que Pedro Sánchez pueda caer, y eso son palabras mayores. En La Moncloa se vive al día y la presión por esta legislatur­a interruptu­s es menor. Si hubiera una repetición electoral en Cataluña, la legislatur­a nacional seguiría en ‘stand by’ unos meses más, lo que a La Moncloa no le va mal, porque la amnistía ya estaría aprobada, el ruido al respecto se vería notablemen­te reducido, y el rechazo en el resto de España, tamizado. Todo partiendo de otro dato: las encuestas internas que se manejan en La Moncloa son de todo menos buenas.

La pregunta del millón es: ¿en caso de ganar las elecciones, será capaz Salvador Illa de pactar en Cataluña, ya sea con ERC o con Junts, provocando el desaire al otro partido y condenando a Sánchez a perder ese apoyo en el Congreso? Esta cuestión pone muy nerviosos a los partidos independen­tistas, que se miran con recelo. Para responderl­a es importante tener en cuenta que el PSC y el PSOE son partidos distintos, por lo tanto pueden hacerlo, y que no es lo mismo ganar con 40 que con 33. Como ya apuntó Salvador Sostres en ABC, a Illa no le falta arrojo para tal cosa tras años de trabajo en aras de ser el partido más votado, por lo que no es una opción en ningún caso descartabl­e. Y en La Moncloa lo saben.

Entre tanto, al PP nacional tampoco le va mal. Su estrategia de oposición frontal a Sánchez va dando sus frutos y Feijóo no para de subir en las encuestas, sin que Vox se recupere y con el PSOE en su suelo electoral. El portavoz Tellado ha preparado un ejército de portavoces para no dejar pasar una en el Congreso y, esto es lo más importante: en Génova 13 se confía en llegar al verano con mejoras en las elecciones vascas del 21 de abril, las catalanas del 12 de mayo y las europeas del 9 de junio. Que siga la ola.

El resultado en el Parlamento vasco también es importante, porque aunque todo apunta a una suma PNVPSE, aquí se abren dos dudas: ¿y si gana Bildu, como apunta la en cuesta de hoy de GAD3 para ABC? ¿Y si el PNV y PSE no suman y necesitan apoyos para para gobernar?

Todos estos escenarios influyen también en las estrategia­s a nivel nacional, de modo que, como en un permanente efecto mariposa, la política española nunca debe analizarse con una sola mirada.

 ?? // EFE ?? Pere Aragonès y Carles Puigdemont, los candidatos independen­tistas
// EFE Pere Aragonès y Carles Puigdemont, los candidatos independen­tistas
 ?? ?? Pedro Sánchez
Pedro Sánchez
 ?? ??
 ?? // EFE ?? Salvador Illa, en un acto el pasado jueves
// EFE Salvador Illa, en un acto el pasado jueves
 ?? ?? Alberto Núñez Feijóo
Alberto Núñez Feijóo
 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain