EE.UU. considera que la defensa de Israel fue una «victoria»
▶Biden trata de controlar una posible respuesta de Netanyahu y le advierte de que EE.UU. no participará en una acción ofensiva contra Irán
En cuanto los drones y misiles lanzados por Irán en la madrugada de ayer dejaron de silbar sobre el territorio israelí, el Gobierno de EE.UU. se centró en que el nuevo estallido bélico en Oriente Medio acabara ahí. Tanto el presidente Joe Biden, quien llamó tras el ataque al primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, como las declaraciones públicas y anónimas de su Administración buscaron transmitir el mismo mensaje: el ataque iraní ha sido respondido con éxito por las defensas de Israel y sus aliados y lo prioritario es una desescalada de las tensiones.
Esta operación militar iraní era la respuesta al bombardeo de Israel contra su consulado en la capital de Siria el 1 de abril, en el que perecieron siete líderes militares iraníes, entre ellos dos generales de su Guardia Revolucionaria. La respuesta iraní contra Israel fue telegrafiada durante días y la Administración Biden confirmó ayer que las defensas israelíes, con la ayuda de aliados internacionales liderados por EE.UU., derribaron el 99% de sus más de trescientos drones y misiles. Washington condenó el ataque iraní, pero celebró que apenas causara daños ni víctimas personales (una menor resultó herida de gravedad).
El análisis de la Administración Biden es que, pese a tratarse de un ataque sin precedentes y extenso, su impacto mínimo podría servir para salvar la cara a todos los actores y evitar una escalada militar muy grave en Oriente Medio: Irán puede vender el ataque como una represalia audaz porque es su primer ataque directo contra Israel, que puede alardear de su defensa como una victoria.
Esta posición traslucía en el comunicado que compartió Biden tras hablar con Netanyahu. «Le he dicho que Israel ha demostrado una capacidad impresionante de defenderse y derrotar incluso ataques sin precedentes, lo que envía un mensaje claro a sus rivales de que no pueden amenazar con efectividad la seguridad de Israel», resumió.
Más claro fue su portavoz para asuntos de seguridad nacional, John Kirby, que ayer se paseó por media docena de televisiones estadounidenses para insistir en la necesidad de que los ataques no vayan a mayores. Lo que ocurrió fue un «éxito increíble que prueba la superioridad militar de Israel y también su superioridad diplomática, con aliados en la región y en todo el mundo dispuestos a ayudar», analizó.
Impedir un conflicto mayor
El éxito mayor, sin embargo, es conseguir que el polvorín de Oriente Medio, agitado por la guerra en Gaza y por los grupos afiliados a Irán –Hamás en Gaza, Hezbolá en Líbano, los hutíes en Yemen, Resistencia Islámica en Irak–, no acabe de estallar en un conflicto entre las dos grandes potencias antagónicas: Israel e Irán.
Desde que comenzó la operación israelí en la Franja como respuesta a los ataques terroristas de Hamás del 7 de octubre, EE.UU. ha hecho equilibrios para apoyar a su gran aliado en Oriente Medio sin extender el conflicto. «Cada decisión, cada discusión en la que ha participado está diseñada para no permitir que esto se convierta en una guerra regional más amplia, y su cabeza sigue en ello», explicó Kirby sobre Biden.
En ese sentido, la principal presión diplomática de Washington es ahora hacia Israel, que se plantea una respuesta militar al ataque iraní. Biden busca que Netanyahu, que lidera un gobierno con elementos extremistas que le animarán a que responda con contundencia frente a Irán, se contente con la victoria que supone la defensa efectiva contra el ataque.
«Uno de los mensajes que el presidente le dio al primer ministro es ‘siéntete orgulloso de lo que habéis conseguido esta noche’, porque es en sí mismo un mensaje muy fuerte, no solo a Irán, sino a otros actores perniciosos en la región», aseguró Kirby. «Es una victoria, llévate esa victoria», le dijo.
Varios medios estadounidenses re
«Israel ha demostrado su capacidad para defenderse y derrotar incluso ataques sin precedentes», le dijo Biden a Netanyahu
Líderes republicanos critican la «vergonzosa debilidad» de la Casa Blanca por no responder contra el régimen iraní
velaron que Biden le advirtió a Netanyahu de que EE.UU. no participaría en una acción ofensiva contra Irán si Israel decide emprenderla.
«No buscamos una guerra»
Preguntado al respecto por esta posibilidad, Kirby no dio una respuesta directa y se limitó a insistir en la desescalada: «El presidente lo ha dejado claro: no buscamos una guerra con Irán, no buscamos una guerra más amplia en la región». Eso sí, Kirby y otros portavoces de la Administración Biden reafirmaron su compromiso «blindado» con la defensa de Israel y confirmaron que seguirán participando y actuarán también si sus fuerzas en la región se ven atacadas.
Biden siguió los ataques de Irán desde la llamada Situation Room, la sala de crisis de la Casa Blanca, acompañado por sus altos cargos de defensa, seguridad nacional y diplomacia. Ayer lideró una reunión con los aliados del G7 sobre la situación en Oriente Medio. Pero en ningún momento compareció de forma pública para explicar la posición de EE.UU. sobre el ataque de Irán a su socio.
Recibió críticas por su ausencia pública, pero más por lo que algunos perciben como una posición débil. Legisladores republicanos, como la senadora Marsha Blackburn, exigieron que ejecute «ataques de represalia en Irán». El ex asesor de seguridad nacional en la Casa Blanca de Donald Trump, John Bolton, aseguró que es una «vergüenza» que Biden haya presionado a Netanyahu para que no responda frente a Irán. Incluso dentro de su partido hubo voces que consideran que debería mostrar un apoyo más fuerte a Israel. Lo dijo el senador John Fetterman, que defendió que Biden no debería imponer esa contención a Israel, sino «darle apoyo en esta situación».