«Un maltratador no puede ser un buen padre»
▶En lo que va de año, siete menores han sido asesinados por sus progenitores, la cifra más alta desde que se registra ▶Los homicidios por violencia de género son casi el 20 por ciento de los crímenes anuales en España
Un hombre de 42 años se suicida tirándose a las vías del tren. Los Mossos d’Esquadra localizan en su vehículo una nota en la que pide perdón. En su casa, una vivienda unifamiliar de El Prat de Llobregat (Barcelona), los agentes encuentran los cadáveres de su mujer, Vanesa, y los hijos gemelos de ambos, de ocho años, Yago y Marian. Los mató para luego quitarse la vida. Ocurrió el pasado martes, 9 de abril, sólo una semana después de que otro individuo matase a su hijo de 5 años e hiriese de gravedad a su pareja, de 29, en Bellcaire (Gerona).
No son casos aislados. De la media de 330 homicidios anuales en España, más de medio centenar son mujeres muertas a manos de sus parejas o exparejas. Es decir, el 17 por ciento de los crímenes en nuestro país son por violencia de género. A pesar de ello, «no hay percepción de riesgo, ni peligro, cuando han asesinado a 1.254 mujeres en las dos últimas décadas –desde que hay registros–», apunta Miguel Lorente, médico forense experto en el estudio de esta lacra. Así lo refrenda el CIS, cuya encuesta recoge que apenas un dos por ciento de la población lo considera uno de los principales problemas del país.
Otro dato desalentador, señala, es que algunos adolescentes creen que la violencia de género no existe y que se trata de «un invento ideológico». Un «negacionismo» que, según un estudio del Centro Reina Sofía, secundan casi un 20 por ciento de los varones de entre 15 y 29 años. «Es un problema estructural, que se normaliza. Algunos jóvenes aceptan la violencia como parte de la dinámica de una relación, al asumir que, aunque no tiene por qué, puede producirse», sostiene el forense. Además, cuatro de cada diez afirmaron también sentirse víctimas de las políticas de igualdad. «Al final, quienes están instaurados en ese uso de la violencia se sienten en parte comprendidos, en parte justificados. A la vez, se resta confianza a quienes tienen que pedir ayuda».
El experto descarta que su causaefecto sea inmediata, pero sí advierte de que este clima supone un factor facilitador para los agresores. Lo demuestran las cifras, el año pasado las mujeres asesinadas por sus maltratadores fueron casi un 15 por ciento más que durante los doce meses anteriores. En 2024 son ya diez las asesinadas en España por sus parejas o exparejas. También siete menores, a manos de sus padres. Cinco de ellos sólo en Cataluña, entre enero y abril. Además de El Prat y Bellcaire, en enero un individuo de 53 años mató a sus dos hijos en una vivienda del barrio de Horta (Barcelona) y luego se quitó la vida. En marzo, fueron dos niñas, de 2 y 4 años, que murieron a manos de su progenitor en un cortijo de Almería. «Además de otros factores, podemos hablar de estacionalidad. Sabemos que aumentan los homicidios en verano y Navidad. Y, en algunos casos, también influye el efecto imitación», apunta Lorente, que puntualiza que
«la violencia es una conducta racional. No una pérdida de control, sino una decisión».
En el caso de los siete menores asesinados por sus padres en estos primero meses del año, tres de los agresores se suicidaron después, uno mató también a la madre y otro lo intentó. En cinco de los casos no había denuncia previa. «Antes se llamaba suicido ampliado y
«No es algo nuevo», precisa la especialista en violencia. Desde 2013, 60 menores han sido asesinados por sus progenitores. Siete de ellos durante los primeros 101 días de 2024, lo que supone la cifra más alta desde que hay registros. En el caso de Horta, este enero, fue la madre quien alertó a la Policía catalana después de que su expareja no le entregara a los niños tras las vacaciones navideñas, y de que los pequeños Xavi, de 10 años, y Noa, de 7, tampoco acudiesen al colegio. Al desplazarse hasta el domicilio del progenitor, junto a una agente, nadie abrió la puerta. Después de que los Bomberos consiguiesen acceder a los bajos del paseo Universal, detectaron un fuerte olor a gas y encontraron los tres cuerpos sin vida. El matrimonio se había separado tiempo atrás, pero no había ningún procedimiento ni denuncia previa por violencia entre la mujer y el padre de sus hijos.
Infradenuncia
«Muchas mujeres no denuncian porque la vía penal exige pruebas de la violencia, que no son fáciles de obtener cuando la víctima por fin toma la decisión. Durante la convivencia, pudo no ser capaz de expresarlo o de poner nombre a lo que ocurría», explica Chus Rodríguez, psicóloga del Servicio de Intervención Especializada (SIE) de la Generalitat. Es más habitual que recurran a la vía civil, para divorciarse de sus agresores, y la separación puede suponer un desencadenante para que éstos sigan ejerciéndola a través de los menores. «Un maltratador no puede ser un buen padre. Esa afirmación solo contribuye a perpetuar la violencia»,
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, presidirá mañana una reunión del pleno del Observatorio Estatal de Violencia sobre la Mujer, que se celebrará de forma extraordinaria en el Palacio de la Moncloa.
Sánchez preside esta reunión tras los últimos asesinatos de mujeres y niños a manos de sus padres o parejas de sus madres. En lo que va de año siete menores han perdido la vida víctimas de violencia vicaria, una cifra sin precedentes que sólo se registró en todo el año 2021, y 60 desde que empezaron a contabilizarse en 2013.
Según los datos del Ministerio
de Igualdad, 1.254 mujeres han sido asesinadas por violencia machista desde 2003.
En la reunión que se celebrará en Moncloa se abordará la situación actual de las violencias contra las mujeres, se analizarán los retos a corto, medio y largo plazo, y se estudiarán nuevas medidas, para proteger a las víctimas de sus maltratadores.
El Observatorio es un órgano colegiado interministerial en el que participan representantes de las comunidades autónomas, la Justicia, la sociedad civil y organizaciones sindicales y empresariales. apunta la también psicóloga Marisol Rojas, que subraya la necesidad de suspender el régimen de visitas para proteger a los menores.
Una medida, constata Rodríguez, para la que se exige una condena previa contra el progenitor, que, en muchas ocasiones no existe, ante la mencionada ausencia de denuncia. «El sistema es perverso», secunda Micciola, «los derechos del agresor no se pueden tocar hasta que lo diga la Justicia», corrobora la psicóloga forense, experta en este campo.
En otras ocasiones, en las que sí existía denuncia y orden de alejamiento, tampoco se pudo evitar el asesinato. «Cuando existe violencia, y la pareja o expareja es un agresor, no podemos hablar necesariamente de una escalada que vaya del maltrato psicológico al físico, hasta llegar al homicidio», advierte Rodríguez. «Ningún factor por sí sólo puede derivar en un asesinato. Lo que sí sabemos es que la suma de factores de riesgo, patologías vinculadas con el narcisismo y la ira, o estresores, desregulan la conducta del maltratador y lo precipitan», señala Micciola.
Los menores también son víctimas de esta violencia, por eso las expertas coinciden en la necesidad de implementar la perspectiva de género también en servicios de atención a la infancia. «Si es nuestra sociedad la que genera esta violencia, tenemos que trabajar en los espacios dónde se genera. Es así como podremos ayudar a las víctimas, para que denuncien cuando estén protegidas, lejos del agresor, cuando hacerlo no suponga un riesgo», incide Lorente.