La hora de la verdad del galeón San José
La inminente intervención de Colombia en el yacimiento refleja aún cierta falta de transparencia. Los responsables piden el beneficio de la duda y que no se oiga a los críticos. Todo puede salir bien o salir mal. ¿Vale la pena el riesgo? muy diversa. Hay una red universitaria crítica con el proyecto, creada durante el mandato de Juan Manuel Santos, cuando se promulgó la ley que permitía vender por trozos el galeón y así financiar los trabajos, algo prohibido por la ley en España y por la Unesco. La red tuvo un representante en Cartagena el 22 de febrero. Se le dejó hablar, para luego amonestarle públicamente por mantener una posición crítica. Le abroncó en persona el ministro Juan David Correa, de las Culturas, las Artes y los Saberes, y también de las reprimendas. Pues ahora nos cuentan que el proyecto está contactando con personal en las universidades donde están los especialistas de la red crítica, con el fin de decir que están dentro del proyecto: conservadores en la Universidad de Los Andes, geofísicos de la Uninorte... Resulta extraño. También buscan a algún profesional en España. ¿Significa eso que Madrid respalda este proyecto? Terreno pantanoso, incluso para un ministro como Ernest Urtasun, tan afecto a la llamada descolonización.
En el frente jurídico, aparte de la batalla con Sea Search Armada, que recibió derechos del Gobierno colombiano, sigue pendiente la demanda contra la declaración de BIC del galeón que se hizo durante el mandato de Iván Duque. Si decayera, la Ley 1675/2013, la que defendieron Santos, la ministra Mariana Garcés y Ernesto Montenegro desde el ICAHN, que permitía contratar cazatesoros, volverá a estar vigente. Esto es jugar con fuego. De los cuatro criterios que regían la venta de piezas del galeón según esa ley, sigue activo el de repetición, el más contrario a la legislación internacional. Repasemos: Montenegro ha sido contratado por Petro como asesor presidencial. Garcés tiene ascendencia política sobre el ministro Correa. Han prometido una reforma, pero llegará antes la excavación que el cambio de la ley, si es que sucede. Hay que cerrar mucho los ojos para otorgar el beneficio de la duda.
España plantea un acuerdo diplomático marco (MoU) para cooperar en este tema. Con México se firmó uno, muy positivo, pero no determinante. ¿Proyectaremos fuera de España la voluntad política que falta dentro para activar la arqueología científica en barcos de la carrera de Indias? Extraño, y con este gobierno más.
Y queda el tema de las naciones originarias de Bolivia. En Cartagena hubo un representante qharaqhara, pero los carangas, chichas y killacas han alzado la voz porque no se ven representados ni respetados. «Si Colombia no cuenta nuestra historia, cometerá un nuevo acto colonizador», aseguran.
Uno entiende que Petro pedirá pronto resultados a los arqueólogos del proyecto. Ha apostado por ellos. ¿Lo harán bien? ¿Poseen suficiente experiencia personal en arqueología de alta profundidad? ¿Si fallan las previsiones o los equipos, llamarán a los cazatesoros de MAC para que ayuden? Temo la respuesta, más allá del beneficio de la duda, incluso si cierro los ojos.
Hay que cerrar mucho los ojos para otorgar, como nos piden, el beneficio de la duda a este proyecto