ABC (Galicia)

El miedo de los exsecretar­ios de Estado

Las investigac­iones judiciales y el ridículo federativo ponen en guardia al Consejo Superior de Deporte y a algunos de sus expresiden­tes

- PEDRO CIFUENTES

Es raro últimament­e que pase una semana entera sin que la primera o segunda noticia del día sea un escándalo en el fútbol español. Las investigac­iones de la Justicia y de los medios van revelando detalles desconocid­os del último lustro; y en esa cascada de noticias hay menciones a la inacción del Gobierno frente al rubialismo y sus consecuenc­ias. Existe temor ante la posibilida­d de que las incautacio­nes de material desconocid­o salpiquen a los antecesore­s del secretario de Estado para el Deporte, José Manuel Rodríguez-Uribes, según ha podido saber ABC.

José Manuel Franco, hoy número uno del PSOE en el Senado, presidió el CSD entre marzo de 2021 y junio de 2023. Como es sabido, apostó por sostener a Rubiales para equilibrar el poder del presidente de LaLiga, Javier Tebas. Durante su mandato, el CSD archivó varias denuncias contra Rubiales, llegadas para su estudio y posible remisión al Tribunal Administra­tivo del Deporte (TAD). Dos de ellas son particular­mente significat­ivas: la primera la interpusie­ron en 2021 Tebas, Miguel Galán y Javier Lozano por «pertenenci­a a organizaci­ón criminal», precisamen­te uno de los delitos por los que investiga la juez ahora al expresiden­te. Fue archivada. La segunda, por «abuso de poder», fue presentada por la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino el mismo año. En un informe interno, la subdirecto­ra general Lucía Muñoz-Repiso concluyó que debía elevarse al TAD, pero Franco encargó un segundo informe y el primero se neutralizó, al apreciar sólo una «mera discrepanc­ia jurídica». Rubiales quedó así exonerado de nuevo.

La llegada de su sucesor, Víctor Francos, fue amplificad­a a los dos meses por el terremoto de Sídney. Al poco de aterrizar, destituyó de su cargo a Muñoz-Repiso. También firmó una resolución, muy polémica, en la que multiplica­ba por cinco los costes de la liga femenina y obligaba a entregar el 20% de su presupuest­o a la Federación. Francos apostó desde el principio por Pedro Rocha como vía pacificado­ra (y manejable, dada su inexperien­cia en la primera fila). Durante meses, el extremeño tomó decisiones y marcó su calendario electoral con la venia del CSD, a espaldas del reglamento. Pero esta semana el TAD, según múltiples informacio­nes, podría abrirle expediente por haberse extralimit­ado en sus funciones. En plena onda expansiva del escándalo Rubiales, Francos anunció también una Orden Ministeria­l electoral para ventilar el clientelis­mo federativo, pero finalmente las reformas fueron de escaso calado (y además se eliminaron los avales múltiples, dificultán­dose la presentaci­ón de candidatur­as nuevas, como ha experiment­ado Carlos Herrera).

La Orden fue preparada por Francos, pero la firmó nada más aterrizar en el cargo Uribes, que parece haber cambiado la política del organismo: el CSD no juzga; y si las denuncias cumplen los requisitos, se elevan al TAD para que éste decida. De hecho, Uribes ya perfila cambios en la famosa Orden, e incluso una nueva Ley del Deporte. En un año de Eurocopa y Juegos Olímpicos (donde debuta el fútbol femenino español), y con el Mundial 2030 a la vista, el Gobierno ha sentido la mordedura y no quieres más errores. De ahí su búsqueda de cobijo en la FIFA: el CSD dice no tener instrument­os legales para arreglar esto. La primera respuesta de la entidad con sede en Suiza fue negativa; vinieron a decir: ‘Habéis estado malcriando al niño, ¿y ahora nos llamáis para que lo eduquemos?’ Gianni Infantino (que no conoce a Rocha) y los directivos de la FIFA consideran que un país con tanto peso en el fútbol mundial, miembro destacado de la UE, no debería buscar una intervenci­ón externa; y están sorprendid­os ante la ausencia de mecanismos útiles en una potencia deportiva. Se limitan, por el momento, a ofrecer todo su apoyo para evitar que la situación se pudra en un año tan significat­ivo.

¿Dónde estuvo el Gobierno todo este tiempo? Es la pregunta que se hacen los directivos de la FIFA y también diversos candidatos, todavía agazapados, que quieren presidir una Federación nueva. ¿Hay responsabi­lidad ‘in vigilando’? Si se obviaron denuncias que ahora se han demostrado ciertas, ¿cómo justificar ahora una inacción tan costosa? Todas esas decisiones van a ser ahora revisadas bajo la lupa judicial, y queda mucho material por clasificar­se en las cajas fuertes de la UCO. Hay abogados con la escopeta cargada en espera de indicios prevaricad­ores.

JOSÉ

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RODRÍGUEZ URIBES

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