El presidente mantiene su apuesta por Lorenzana y Villares y mueve a González
En las inevitables quinielas que se sucedieron a lo largo de las últimas semanas, una de las premisas que se tenía en cuenta era la del tiempo de permanencia en el gobierno. Tras el salto de Rosa Quintana a Madrid, Ethel Vázquez había quedado como la más longeva en el cargo. Se rumoreaba que estaba en la cuerda floja, y fue la primera en salir, rumbo al Parlamento.
Por razones inversas, se consideraba complicado que Rueda se desprendiese de los conselleiros que llevaban menos tiempo en el puesto, y a los que él mismo había colocado. El año pasado, de no haber sido por las generales del 23J, está por ver qué habría hecho Rueda. Tal vez aguantar con el mismo equipo hasta las autonómicas de este año. No sería tan descabellado. Pero el adiós de Rosa Quintana, sumado al de Francisco Conde, propició que, además de aupar a María Jesús Lorenzana a la cartera de Economía, incorporase dos fichajes. Por un lado, Alfonso Villares, hasta entonces alcalde de Cervo, a quien confió la Consellería do
Mar. Ahí Rueda ya demostró querencia por reclutar talento en el ámbito municipal, refrendada con José López Campos y María José Gómez. En cambio, aunque ya sabía lo que era trabajar a nivel de Concello, en su caso en Orense, Elena Rivo llegaba a la Xunta hace algo menos de un año con el marchamo de ser vicerrectora del campus orensano.
La oposición señaló a Villares por su rol en la ‘crisis de los pélets’, que con la misma rapidez con que la convirtieron en ariete electoral contra el PP, desapareció de un día para otro del debate, manifestación en Santiago mediante. Villares –muy próximo a Rueda– se convirtió en uno de los blancos de los ataques de la izquierda, que no dudó en politizar al máximo el vertido. El presidente de la Xunta sigue confiando en él, y por eso la provincia de Lugo, al entrar Gómez, suma dos conselleiros. Un reconocimiento claro a la labor electoral del partido. En el PP lucense ven con satisfacción que recaen en ‘sus’ conselleiros las dos áreas que definen su actividad económica: campo y mar.
No ha corrido la misma suerte Rivo, que no supo calar o no tuvo tiempo. Finalmente, José González, conselleiro desde 2018, protagoniza la única mudanza. Miembro del cuerpo superior de inspectores de Hacienda, especializado en inspección financiera y tributaria y aduanas e impuestos especiales, Rueda lo ve mejor en Emprego. En diciembre, en una entrevista en ABC, no ocultaba sus ganas de seguir: «Tengo una implicación absoluta con (...) el sector primario gallego». Había desplegado una ambiciosa panoplia de proyectos, pero será la lucense Gómez quien asuma su legado.