La tele y mis muertos
Broncano no hace ni bien ni mal. O ni hará
Se nos van apagando los mitos que fundaron la España que conocimos; ya no es un culpar a nadie, sino evitar más que ese ‘nadie’ nos deje sin un asidero donde reconocernos y sonreírle hasta a la mismísima Ana Belén. En esa misma imagen hay que poner el Vaporcito del Puerto de Santa María, comido por el salitre, para darnos cuenta de que se ha volatilizado todo ‘el quienes fuimos’. Quienes fuimos los mejores.
En una foto del periódico, en estas memorias improvisadas, vi a Jaime de Armiñán, a Chicho Ibáñez Serrador, y pensé, en mis ‘pensanerías’, lo del pasado como tiempo mejor, sin meter por medio a un clásico, que suele quedar bien cuando se es un becerrista sin ferias y se malvive; cuando se llevan más cornadas que el Niño de Benamocarra, cornadillas que siquiera eran de trapo. A lo que vamos; aquella TVE de José Bódalo, aquella que en el paseo de La Habana emitía a Zorrilla y, aparte, al teatro más comprometido.
Quizás Adolfo Suárez no se enterara, o se enterara mucho, o se hiciera el sueco de Cebreros para regalarnos aire. Así nació la herramienta con la que se culturizaron mis padres, y no salimos tan malos con los Botejara o ‘Crónicas de un pueblo’. Qué TVE tuvimos, a la altura de la BBC, emitiendo en el norte de África, y con la pertinaz sequía moral.
Tip y Coll, incluso ya una gala del destape con las piernas interminables de la Carrà, hicieron más que mucha asamblea por darnos la paz. Lazarov ahora sería un intelectual al que callar. Yo sé que Broncano decepcionará. Conozco el paño. A un humorista se le limita con los salarios, los tiempos, y eso tan manido de la «utilidad pública» que se le pide al ‘televisero’. Broncano no hace ni bien ni mal. O ni hará. Es un avezado de la purria. Le pagaremos, poco o mucho. Por tres frases hechas de niño listo a lo que habrá que sumar a otro de la cuota arremangado en el sofá; riendo sin reír. Los «rojos cobramos bien» y de ahí el cachondeo patrio.
Esta TVE muerta abrirá gusanos, archivos. Y nos veremos en la venganza de los espejos grabados. Voz de José Luis Torrente. FIN.