La simbiosis perfecta entre un SUV y una berlina
Un seguro de vida cuando viajas sumergido en la niebla con temperaturas bajo cero y surfeando en un descenso de curvas reviradas
El Porsche Cayenne S es más que un SUV. Aúna en su ADN las condiciones de una berlina y las habilidades de un todoterreno como pudimos comprobar en el trayecto entre Madrid y Logroño. Un trazado de unos 335 kilómetros en el que se transita por autovías, carreteras nacionales y trazados de montaña. Además, hacemos el recorrido en pleno invierno, por zonas que son siempre noticia por las bajas temperaturas y por paisajes en los que la niebla es protagonista.
Precisamente las nubes bajas nos acompañan desde que atravesamos Guadalajara hasta superar Soria. Una suerte porque es quizás el recorrido más sencillo al discurrir la ruta discurre por autovías. En esa parte del trayecto el peligro, por la falta de visibilidad, está en las zonas de subida en las que aparecen como fantasmas camiones que circulan por debajo de los 60 km/h. En total más de 200 kilómetros sumergidos en la niebla.
Estos problemas de visibilidad hacen que se extremen las precauciones, lo que impide que podamos exprimir los 475 CV de potencia del motor V8 con doble turbocompresor que alberga el Cayenne S. Además aconseja volverse conservador a la hora de utilizar los cuatro modos de conducción (Normal, Sport, Sport Plus y Off Road).
Al volante, el Cayenne S transmite seguridad. Mucha seguridad. Avanza con mucho aplomo y los 2.235 kilos de peso se convierten en una pluma para el motor de gasolina. Las irregularidades del terreno quedan completamente absorbidas gracias a la suspensión de muelles helicoidales. Así que el confort es total a bordo de este trasatlántico de la carretera.
En el interior está todo pensado para hacer la vida fácil al conductor y a los acompañantes. La mayoría de mandos de control están en el volante o alrededor del mismo y todos cerca de las manos del conductor. El selector del cambio está en el salpicadero, junto a la pantalla del sistema multimedia, y el botón de arranque, en el lado izquierdo, como es habitual en todos los modelos de Porsche.
El diseño del salpicadero del Cayenne es muy similar a su hermano, el Taycan. Monta dos pantallas: una para la instrumentación y otra para el sistema de infoentretenimiento, que mide 12,3 pulgadas, es táctil y tiene las funcionalidades habituales de este tipo de dispositivos.
En la consola que hay entre los dos asientos delanteros se encuentran los mandos que sirven para controlar el sistema de climatización. Con semejan- *