ABC - Mujer Hoy Moda

MÁS ES MÁS.

MENOS YA NO ES MÁS. UNA AUTÉNTICA SOBRECARGA DE ESTILO INVADE EL MUNDO DE LA MODA. EL EXCESO, LA AUDACIA Y LA MEZCLA EXAGERADA DE ESTILOS E INFLUENCIA­S YA NO SE VE COMO UNA INDIVIDUAL­IDAD PINTORESCA, SINO COMO UN MODELO ESTÉTICO A IMITAR.

- POR ANA SANTOS

Mezclas exageradas y excesos barrocos revolucion­an la pasarela y la calle.

El 4 de septiembre de 2008 se anunció que la diseñadora británica –nacida en París– Phoebe Philo tomaba las riendas de Céline. Aquel día comenzaba una epoca que, en parte, ha estado marcada por la “maison”. Casi una década en la que la esquiva Philo ha convertido la firma creada por Céline Piviana en 1945 en el objeto de deseo de todo aquel que tenga algo que decir en el planeta “fashion”. Sus diseños limpios, sofisticad­os e intelectua­lmente femeninos –una mezcla de chic francés y modernidad británica– no han dejado de marcar tendencia y se han copiado hasta la saciedad. ¿Lo último? El “sleep dress”, las chanclas de pelo o los pendientes XXL.

Pero en este universo efímero que es la moda, hasta los reyes Midas tienen que bajarse del trono. Y a Phoebe Philo y su minimalism­o le ha salido un competidor de envergadur­a, el maximalism­o, el gusto por el exceso estético y lo recargado. Incluso por la excentrici­dad y el barroquism­o puro y duro. Y, como era de esperar, a rey muerto, rey puesto. Porque mientras Phoebe cosechaba aplausos, también Alessandro

Michele, director creativo de Gucci, empezaba a saborear las mieles del éxito.

Michele sustituyó a Frida Giannini en 2015 y no tardó en estar en boca de todos. “Trato de seguir mis propias reglas, no las que marca la moda ni las temporadas”, afirmó como declaració­n de intencione­s. Y así ha sido. Para definir su estilo, nada mejor que echar un vistazo a su cuenta de Instagram (@lallo25, con 208.000 seguidores): jardines italianos, pinturas y esculturas renacentis­tas, elementos religiosos, Roma, mansiones inglesas, papeles pintados, bordados... Sin olvidarnos de su amigo el actor Jared Leto (intérprete intenso y seguidor del “método”), su musa Florence Welsh (líder del grupo Florence and the Machine) y su perro Bosco. Un sinfín de dispares influencia­s que convierten sus desfiles en un espectácul­o emocionant­e, en el que se desdibujan las tendencias y los géneros. En el que presentó para la temporada otoñoinvie­rno 2017-2018, bautizado como “El jardín del alquimista”, 120 modelos de ambos sexos mostraron una colección que rinde tributo al punk, la androginia, la tecnología, Oriente y mucho más. Una oda al “mix & match” para mayor gloria de la individual­idad.

POR EL CAMINO DEL EXCESO

Pero Gucci no está solo en este movimiento que reivindica la pasión por el exceso. Firmas como Dolce & Gabbana o Miu Miu, que han reforzado su ADN, o Valentino, que sigue fiel al rumbo que trazaron Maria Grazia Chiuri y Pierpaolo Piccioli, también se rinden ante una mujer que no tiene miedo a recargarse y mezcla toda clase de estilos, tejidos y accesorios sin ponerse límites. ¿Discreción? No, gracias. Lo “cool” ya no solo es sinónimo de líneas puras y cortes arquitectó­nicos.

Pero ¿qué ha pasado para

que asistamos a este drástico cambio de paradigma estético en las pasarelas? Referirse a la crisis parece un tópico, pero tiene su razón de ser. El hecho de que Céline comenzara a brillar con la desacelera­ción económica en 2008 y disminuyer­a su intensidad con el inicio de la recuperaci­ón financiera no es casualidad. Yolanda Pérez, alma de la marca Yolancris junto a su hermana Cristina, corrobora esta teoría. “Supongo que el minimalism­o estaba muy bien para una época en la que la gente intentaba no hacer ostentació­n para no ser señalada con el dedo. Pero el “menos es más” siempre ha sido aburrido y ya nos hemos cansado. Los que somos más excesivos o detallista­s estábamos un poco escondidos, pero no podíamos ignorar nuestra tendencia natural”, afirma la diseñadora de esta firma catalana que ha traspasado fronteras gracias, sobre todo, a los vestidos y trajes de novia que ella misma califica como “barrocos y ricos en tejidos y volúmenes”.

“Creo que, más que nunca, la moda refleja las tendencias en pintura, arquitectu­ra, música… –añade Yolanda Pérez–. Antes eran disciplina­s más aisladas, pero hoy todos buscamos esas referencia­s.

En mi caso, es la cultura mediterrán­ea: el modernismo, Gaudí, elementos religiosos, la cultura árabe... Creo que el minimalism­o es la ausencia de arte”.

Fiel a esta filosofía, Yolancris va ganando adeptas en las alfombras rojas españolas –María León, Michelle Jenner, Macarena Gómez, Vanesa Lorenzo, Ana Polvorosa o Aitana Sánchez-Gijón han lucido sus diseños– y ha dado la campanada varias veces a nivel internacio­nal. La primera hace un año, cuando Beyoncé escogió uno de sus atrevidos trajes de novia para acudir a la gala de los MTV Music Awards. Después vinieron la actuación de Lady Gaga, con un vestido de encaje y rosas rojas, en el desfile de Victoria’s Secret en el Grand Palais de París, y la aparición de Shakira, con un modelo negro con transparen­cias en la boda de Leo Messi.

PALOMO MENSAJERO

No es un secreto que estas “megacelebr­ities” cuentan con un equipo de estilistas que no duda en perderse en los confines de internet hasta dar con un look que se salga de lo previsible. El diseñador cordobés Alejandro Gómez Palomo, creador de la firma Palomo Spain, también lo sabe. Con un desfile en Nueva York en su curriculum y finalista del LVMH Prize 2017 gracias a unos diseños con reminiscen­cias barrocas y andaluzas, fue el escogido por Beyoncé para presentar al mundo a sus mellizos Rumi y Sir Carter. En una imagen que se hizo viral y recibió 10 millones de “likes” de sus 105 millones de seguidores en Instagram, la cantante se mostraba como una “madonna” moderna, que sujeta a sus retoños ataviada con una sexy túnica de flores en tonos rosa, malva y turquesa.

El objetivo de Palomo Spain es doble: reinventar la masculinid­ad a base de brocados, sedas, plumas y volantes –siempre utiliza hombres como modelos– y eliminar el binarismo y la barrera entre sexos. “Que cada uno se vista como quiera”, suele decir. Y ha llegado en el momento oportuno para intentarlo: marcas como J.W. Anderson, Prada, Vetements o Gucci –por supuesto– mezclan en la pasarela las coleccione­s para hombre y mujer.

EMPODERAMI­ENTO

Y si las estrellas de la canción tienen mucho que ver en el auge del maximalism­o, las redes sociales no se quedan atrás. La revolución digital ha encumbrado a estilistas e “influencer­s” que huyen de lo convencion­al. Como la estadounid­ense Leandra Medine (autora del blog “Man Repeller”) o la periodista Anna Dello Russo, que en tiempos de la globalizac­ión y la uniformida­d que marcan las firmas “low cost” acumulan seguidoras a golpe de sorpresa.

“El minimalism­o puede aportar elegancia a la mujer, pero no potencia su feminidad. Tenemos un universo interior muy complejo –afirma Yolanda López–. ¿Cómo es posible que, habiendo tantos diseñadore­s, todo el mundo acabe llevando el mismo tipo de ropa? Hay cosas que marcan tendencia pero eso no significa que tengamos que ir uniformado­s. Cada persona es única y la moda está pensada para crear un estilo propio. Si tuviéramos en cuenta cómo somos y nos aceptáramo­s más, nos iría mucho mejor”.

¿Hablamos de empoderami­ento femenino a través de la moda? Algo de eso hay. ¿Y estamos ante una tendencia pasajera o una corriente que ha llegado para quedarse? “Tras una década de monotonía, este barroquism­o va a durar. Es como un renacimien­to”, sentencia López.

Las grandes cadenas, por delante de las preferenci­as del consumidor, lo intuyen. Por eso en sus nuevas coleccione­s proliferan los estampados, bordados, adornos y volantes. Pero que no sufran las fieles al “menos es más”, porque también sigue habiendo un espacio para ellas. Nunca como ahora la moda había sido tan audaz, tan ecléctica.

“El minimal estaba bien para una época en la que no se quería hacer ostentació­n, pero los excesivos esperábamo­s nuestro momento”.

Yolanda Pérez

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Londres Tokyo Nueva York SUBE EL VOLúMEN Tres imágenes de “street style” en grandes capitales del mundo. El consenso es el barroquism­o. ¡Más es más! A la izda., Leandra Medine. Arriba, Anna Dello Russo.
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VERSIóN ESPAñOLA Palomo Spain (con Lindsay Lohan en su desfile de hace unas semanas en Madrid) juega con el exceso estético como arma de diferencia­ción.

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