CREADOR TOTAL.
EL DISEÑADOR DE ESTRELLAS COMO MADONNA Y BEYONCÉ SE HA CONVERTIDO TAMBIÉN, GRACIAS A SU COLECCIÓN PARA MARINA RINALDI, EN UN ABANDERADO DE LA MODA PARA LAS MUJERES REALES.
Fausto Puglisi, el diseñador de las grandes estrellas que también crea para las mujeres reales.
Descarado, sensual, atrevido, intenso, siciliano... Fausto Puglisi (Messina, 1976) busca en las mujeres la libertad y la autenticidad, y pone su moda al servicio de que “se sientan bellas”. “Me gustan las que no son perfectas, las que se sienten fuertes y poderosas, las que saben que no son un juguete”. Amigo de Anna dello Russo (“Es mi musa y mi hermana”, dice de ella), en 2012 creó el vestuario de las cantantes Nicki Minaj y M.I.A para su actuación en el intermedio de la Super Bowl, un momento impactante, que millones de espectadores en todo el mundo vieron en la televisión y que convirtió su nombre en viral. Los minivestidos que lucieron, aunaban la fascinación de Puglisi por el “sporty” americano con la estética del peplum, la opulencia barroca y el hedonismo de la Antigua Roma, una influencia muy marcada de sus orígenes, que se ha convertido en su seña de identidad. Al frente de la dirección creativa de Ungaro hasta 2017, hoy su firma se vende en más de 160 boutiques en todo el mundo, incluidas Bergdorf Goodman en Nueva York, Selfridges en Londres y Joyce en Asia. En París, coincidiendo con la Semana de la Alta Costura, Puglisi nos recibe en un lujoso palacete del siglo XVII, junto al Hotel Ritz. Nos cita para descubrir la primera colección cápsula que ha creado para Marina Rinaldi, la marca de alta gama especialista en moda “curvy”, pero aprovechamos para hablar sobre su trayectoria, la moda actual y su visión de la mujer. Como buen mediterráneo –nació en el sur de Italia, igual que su admirado Gianni Versace, con quien le comparan–, no le van “las medias tintas”.
Mujerhoy. ¿Tuvo claro desde pequeño a qué se iba a dedicar? Fauto Puglisi.
Sí, siempre supe que lo mío era la moda. Con cinco años, ya dibujaba siluetas y figurines. Fui muy precoz.
También muy pronto dejó su Sicilia natal y se fue a Nueva York. ¿Ha cumplido su sueño americano?
Resultó una buena elección marcharme a Nueva York para formarme. Allí encontré a gente como Arianne Phillips o Patti Wilson, que creyeron en aquel joven de 20 años que era yo. En los Estados Unidos me siento como en mi propia casa, mejor incluso que en Milán.
Muchos le conocieron después de que creara el vestuario de Madonna para su gira MDNA, en 2012.
Fue una experiencia increíble. Me encerré en mi casa durante un mes para diseñar aquellas propuestas. Fue un momento importante en mi carrera, un auténtico espaldarazo.
Y poco tiempo después, se hizo cargo de una mítica casa francesa, Ungaro, donde ha estado durante cuatro años.
Emanuel Ungaro fue muy audaz, el primero en realizar mezclas con inteligencia; su estilo se correspondía mucho con el mío. Siempre he admirado su trabajo y fue un honor para mí trabajar para esa firma.
¿Cómo define Fausto Puglisi la moda que lleva su nombre?
Me gusta la realidad sin fil-
tros. Por eso me centro en una moda que toda la gente pueda entender, que no llegue solo a los “fashionistas”.
¿Cómo ha sido la experiencia de colaborar con Marina Rinaldi?
En cuanto me lo propusieron, dije inmediatamente que sí. Me gustó la idea de poder colaborar con el grupo que para mí es el más grande de Italia, con una importante historia.
¿Qué cree que ha aportado a la firma con su visión?
Creo que le he dado un golpe a los complejos y las restricciones. La moda tiene que ser inclusiva, pero no lo digo porque sea políticamente correcto, sino porque me lo creo.
¿Hacer moda para las mujeres reales ha sido un reto?
Ha sido un placer. El mundo está repleto de todo tipo de mujeres y resulta muy limitado hacer moda solo para delgadas. Adoro South Beach, en Miami, donde ves personas con morfologías muy diferentes, que son un reflejo de la sociedad real, no de la que desde la industria de la moda se nos quiere hacer ver.
Su colección para esta marca es, además, una oda al color.
La definiría como libre. He querido trabajar con una amplia paleta. Adoro los colores, sobre todo los de la naturaleza, que son de lo más inesperados. También ha querido reflejar la idea de libertad.
“La moda tiene que ser inclusiva, pero no lo digo por ser políticamente correcto, sino porque lo creo”.
¿Qué piezas destacaría?
Hay de todo, como abrigos, vestidos de diferentes largos, escotes generosos... aunque la pieza que podría destacar es el perfecto negro repleto de apliques de flores doradas que he diseñado. También la doble capa, que es parte de la tradición del grupo a partir de mis colecciones, y me encanta por su belleza y versatilidad.
¿En qué radica el éxito de la moda italiana en el mundo?
Quizá yo no sea el más idóneo para responder a esta pregunta, porque soy italiano [risas], pero creo que si somos famosos en el mundo es por haber logrado hacer un “prêt-à-porter” cómodo y a la vez estiloso.
¿Cómo define el estilo?
Se trata de una combinación de libertad y cultura.
Entonces, antes que tener un buen guardarropa, mejor una buena biblioteca de libros de moda…
Totalmente de acuerdo. Los periodos en los que hay más marcas, como ahora, suelen ser los menos interesantes.
¿Cuál es el verdadero lujo?
La libertad. No ir adonde van los ricos ni multitud de personas, sino a lugares apartados, casi vírgenes.
¿Qué le apasiona hacer en su tiempo libre?
Le diré que no tengo por costumbre irme de vacaciones. En mis ratos libres, que prácticamente no tengo, leo, veo películas... y, sobre todo, trabajo.
Entonces, ¿no desconecta?
La verdad es que soy un auténtico “workaholic”.