Los padres, la mejor protección para reducir los riesgos de internet
Tener un buen uso de las TIC está ligado a la educación que los adolescentes reciben
«Selfies», «memes», «trending topics», «fake news», «retweets», «hashtags» y «likes». Los jóvenes españoles conviven a diario con estos y otros elementos digitales, manteniendo un gran número de conversaciones y relaciones sociales de forma simultánea. Entran en este universo porque lo perciben como imprescindible. Los adolescentes que no usan o no frecuentan las redes sociales sienten que están en riesgo claro de exclusión y marginación por parte de su grupo de iguales. Quien no participa de esta dinámica relacional es considerado «raro» o «independiente».
A pesar de la fantasía de los «nativos digitales» –que presupone que las nuevas generaciones traen incorporadas las actitudes y conocimientos necesarios para manejarse sin problemas en estos entornos–, estar en redes sociales exige de los menores un gran esfuerzo de aprendizaje continuo, una alfabetización tecnológica.
Promover un uso adecuado y responsable de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) entre los adolescentes es el principal objetivo del proyecto Conectados, una iniciativa de Google, BBVA y la FAD (Fundación de Ayuda contra la Drogadicción).
Este programa trabaja en tres líneas: acción educativa, dirigida a jóvenes de 14 a 16 años; investigación para conocer el impacto de las TIC en la socialización de los chicos, y la sensibilización y formación para familias y docentes, ofreciendo pautas sobre cómo educar en el buen uso. En este último punto, los padres adquieren un papel muy importante.
Pautas concretas
brinden, la cual permitirá que tengan un buen criterio sobre lo que pueden o no hacer en internet. Deben enseñar en responsabilidad. Los padres son la herramienta más eficaz de protección y educación, por medio de la cercanía y la comunicación.
Para dejar muestra de las pautas a seguir, Conectados ha creado un decálogo para educar en el buen uso de las TIC. En primer lugar, aboga por el diálogo con los hijos, favoreciendo la comunicación positiva y la escucha activa. También habla de establecer normas claras para regular el uso de internet, videojuegos y móvil. Debe estar muy claro cuándo, cuánto y dónde los utilizan.
Continúa con la idea de educarlos en la gestión inteligente del ocio y del tiempo libre. Es importante que haya un esfuerzo para que los hijos encuentren en los padres la confianza para contarles cualquier problema.
Investigar en internet con los niños puede ayudar a orientarles sobre las páginas más fiables para visitar. Es importante, además, que nunca proporcionen datos personales en la red.
El decálogo incluye también la norma de ser consecuente y dar ejemplo en la interacción con las nuevas tecnologías. Asimismo, los padres tienen que seleccionar los videojuegos a los que juegan según las normas PEGI (edad y contenido), así como supervisar los pasatiempos que se intercambian entre sus amistades. Por su parte, los menores deben saber que el móvil es para llamadas cortas y urgentes. Estar en las redes sociales exige de los menores un gran esfuerzo de aprendizaje continuo
Programas de control
Para finalizar, las pautas recuerdan la importancia de los programas de control parental para evitar que los niños se encuentren contenidos inadecuados para su edad. Así estarían al corriente de los avances en las TIC, para que la llamada brecha digital no suponga un obstáculo en la labor de proteger a sus hijos.