Nicolas Sarkozy, imputado
El expresidente de Francia Nicolas Sarkozy fue ayer inculpado por los jueces que instruyen el escándalo de la posible financiación parcial de su campaña presidencial de 2007 con dinero libio por los presuntos delitos de «corrupción pasiva», «financiación ilegal de campaña electoral» y «apropiación indebida de fondos públicos». Nicolas Sarkozy lo negó todo, como ha venido haciendo desde que la Justicia se le echó encima hace unos años. Ayer, y de vuelta de su domicilio, donde se le permitió ir a dormir, el expresidente francés regresó al cuartel donde es interrogado desde el pasado martes. Sin la sonrisa que lucía cuando se paseaba del brazo de Muamar el Gadafi por el Elíseo, Sarkozy se dejó ver a primera hora de la mañana, justo antes de volver al redil policial y someterse a un nuevo interrogatorio. Todo es mentira, dice el líder de Los Republicanos, que insiste en negar la mayor y rechazar las acusaciones sobre la supuesta y millonaria financiación que recibió del caudillo libio para su campaña de 2007. Manejaba mucho dinero, ciertamente, pero procedente de donantes anónimos. Eso dice Nicolas Sarkozy, rodeado de testimonios e indicios que lo sitúan delante de una maleta, llena de billetes, que un mal día llegó desde Libia, regalo de Gadafi.