ABC (Nacional)

La segunda vida como eléctrico de un Seat 600

Cuatro alumnos del colegio San Patricio de Madrid quieren demostrar la eficiencia y rentabilid­ad del cambio a eléctrico

- NOELIA SOAGE MADRID

La idea de convertir un coche de gasolina en eléctrico no es tan descabella­da ni es necesario gastarte una fortuna. También es la forma perfecta de reciclar un vehículo y hacerlo ecológico. Así lo piensan cuatro alumnos del colegio San Patricio (Madrid), de segundo de Bachillera­to, que cursan la asignatura de Tecnología Industrial. Antonio Capilla, Afonso Barbosa, Jaime Rodríguez y Diego Medina, junto a su profesor, Manuel Amor, quieren ofrecer una segunda vida a un Seat 600 de 1969 cambiando su viejo motor de gasolina por uno eléctrico que le permita circular de forma limpia, «pero respetando al máximo el coche y su estructura», destacan los jóvenes. «Aunque al principio, nos parecía imposible, no es tan difícil como parece y lo vamos a demostrar», añaden.

Se trata de un proyecto educativo en el que lo esencial «es que los propios alumnos realicen todo el proceso, aprendan y consigan demostrar la eficiencia y la rentabilid­ad del cambio a eléctrico», indica Amor. De hecho, para estos cuatro jóvenes este proyecto se ha convertido en un hobby más que en un ejercicio. Y lo demuestran «trabajando fuera del horario escolar e incluso los fines de semana», asegura el profesor. Una dedicación que se puede seguir a través de su cuenta de twitter @sanpaproje­cts.

Paso a paso

Para llevar a cabo esta conversión, tenían claro que era necesario un coche antiguo o clásico, donde la electrónic­a no es imprescind­ible, además de que fuera pequeño y que no pesara mucho. El elegido fue un 600 que estaba abandonado en una finca y que les han cedido. La decisión fue fácil de tomar tras descubrir que, en el año 2017, se celebró tanto el 60 aniversari­o del primer 600 como del colegio. El 600 llegó al centro escolar el pasado diciembre y aunque la carrocería ya está lista para pintar, todavía tienen que recibir las principale­s piezas motrices, las cuales ya saben dónde irán colocadas. Estas son un motor, un controlado­r de velocidad, un medidor del estado de la batería, un convertido­r de corriente, un acelerador electrónic­o, un cargador y seis baterías de plomo –además de la auxiliar del automóvil–, que tienen que ir «distribuid­as por distintas partes del coche para mantener el equilibrio». Cuando esté terminado, el vehículo tendrá una autonomía de 20 kilómetros. Estas baterías son «menos adecuadas que las de litio, aunque más asequibles para este proyecto», detallan. Su presupuest­o es algo limitado. De hecho, tras una búsqueda de momento poco fructífera de patrocinad­ores, es el colegio el que les ha ofrecido casi toda la ayuda que necesitan, cerca de 3.000 euros. «Creía que era incapaz de hacer esto y, al final, estoy maravillad­o con lo que he conseguido. Esta es una frase con la que siempre me quedo», concluye Manuel Amor. Ahora solo cabe esperar al resultado final.

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N.S. El profesor Manuel Amor junto a los cuatro alumnos del proyecto: Antonio Capilla, Afonso Barbosa, Diego Medina y Jaime Rodríguez
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Recreación de dónde irán las baterías y el motor
 ?? N.S. ?? Estado actual del Seat 600
N.S. Estado actual del Seat 600
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