Washington impone tarifas a Pekín por valor de 60.000 millones
Trump desata una guerra comercial con China por «robar tecnología»
crítico con la competencia desleal que ejerce china en materia comercial, añade la acusación de «robar tecnología estadounidense». La decisión de Trump responde a una queja permanente de los gigantes norteamericanos, que han denunciado el abuso del país asiático desde hace años.
El memorándum económico aprobado ayer abre la puerta al establecimiento de unos aranceles comerciales a China que serán publicados en quince días. Además de estas medidas, que afectarán a 1.300 líneas de productos, aproximadamente el 10% del total de las importantes procedentes de la nación asiática, con un impacto de 48.000 millones, Trump reclamó a su secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, que incorpore una lista de restricciones a las inversiones chinas. Con ellas completará el grueso de la cantidad económica prevista.
Tras la firma de la orden, el presidente cuestionó el déficit comercial de EE.UU. con China, de unos 400.000 millones de dólares, que calificó como «el mayor con ningún país en la historia del mundo». Asimismo, denunció cómo el Gobierno chino presiona permanentemente a las grandes compañías norteamericanas, a las que obliga a entregar su tecnología para poder operar en su territorio.
Respuesta de Pekín
China ya ha advertido de que adoptará «las medidas necesarias», como respuesta a la decisión de la Administración Trump, lo que aventura una guerra comercial entre las dos principales economías del mundo. El presidente aseguró que «nos hará más fuertes y más ricos».
El anuncio de la Casa Blanca se produce después de una investigación llevada a cabo por Estados Unidos, durante los últimos siete meses, sobre las tácticas de China para competir, entre ellas la utilización de piratas informáticos para robar secretos comerciales. También, la Administración ha constatado el peaje que deben pagar los gigantes tecnológicos estadounidenses, como la única forma de acceder al mercado asiático.
Las denuncias de EE.UU. no son nuevas. La Administración Obama también intentó hacer frente a Pekín, en su caso mediante continuas críticas. En algunas ocasiones, de manera pública, contra el propio presidente chino, Xi Jinping, en diversos encuentros bilaterales. La Casa Blanca asegura que tantos años de diálogo para buscar una solución no han sido eficaces, por lo que ha decidido cambiar de estrategia y endurecer su política. La decisión de Trump se hizo sentir en Wall Street, donde el Dow Jones caía un 3%.