ABC (Nacional)

Europa se prepara ante un alza de tipos que perjudicar­ía a España

El Banco Central alemán avisa a los bancos de una próxima normalizac­ión de la política monetaria

- JAVIER TAHIRI / ROSALÍA SÁNCHEZ MADRID / BERLÍN

Los banqueros centrales se miran de reojo y vigilan cada movimiento para preparar sus próximas cartas. Ayer fue la Reserva Federal la que acometió su sexta subida de tipos al elevar el precio del dinero a una horquilla que se mueve entre el 1,5% y el 1,75%. Mientras tanto, el Banco Central Europeo (BCE) continúa trazando en el 0% los tipos de interés, escenario que se prolongará, al menos, hasta 2019. Sin embargo, la economía europea se prepara para una subida de tipos futura, que llegará más tarde que temprano. Un escenario que afecta a los países endeudados por lo que España, que tiene un 98% del PIB de deuda pública y más de un 140% de privada, se cuenta entre los perdedores de este escenario.

Los expertos, eso sí, mitigan el impacto. «La situación financiera de las empresas ha mejorado, lo que les permite absorber un “shock” de tipos de interés con más holgura. Entre 2010 y 2017, las empresas no financiera­s redujeron su endeudamie­nto en más de 310.000 millones de euros», inciden el director de Funcas, Raymond Torres, y la economista María Jesús Fernández en el último «Cuadernos de informació­n económica». Ambos señalan que en 2017 las empresas pagaban 13.000 millones en intereses frente a los 33.000 de 2010, por lo que tendrían mayor margen. Algo parecido ocurre con los hogares: han reducido su deuda en 170.000 millones desde 2010.

El futuro vicepresid­ente del BCE, Luis de Guindos, ya avisó hace semanas de que «hay que estar preparados». El presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que figura en todas las quinielas como sucesor de Mario Draghi, también hizo lo propio y pidió ayer a los bancos alemanes que se preparen para próximas alzas de los tipos en una entrevista al «Neue Osnabrüker Zeitung».

Alemania presiona

Una subida de los tipos de interés es presentada como un escenario positivo para los bancos, siempre que estos se preparen adecuadame­nte para el nuevo escenario. Weidmann es, desde hace tiempo, uno de los más firmes defensores en el BCE de limitar la política monetaria expansiva, sobre la que Draghi ha marcado ya un punto de inflexión matizando su lenguaje.

Ahora, ante la decisión de la Fed, Weidmann se suma indirectam­ente a quienes consideran que el BCE acelerará su agenda de normalizac­ión y urge a los bancos a fusiones. Fuentes de Fráncfort reconocen que en el Consejo de la entidad está cambiando el debate y que incluso algunos defensores de una política monetaria más laxa aceptan que las compras de bonos deberían finalizar este año, aunque nadie habla abiertamen­te de adelantar las subidas de tipos. «Los miembros del BCE se sienten cómodos con las previsione­s del mercado», que incluyen subida de tipos a mediados de 2019, y el debate se centra «cada vez más sobre el ritmo de subida de tipos a partir de entonces ya que algunos quieren que las expectativ­as futuras sean cautas dado el lento repunte de la inflación», dicen esas fuentes.

Lejos de indicios de adelanto en la subida de los tipos, lo que parece preocupar al BCE es una posible guerra comercial con EE.UU. y la volatilida­d en los mercados de divisas. Lo más posible es que la decisión clave sobre las compras se tome en junio o julio para después de septiembre.

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