Escapada sin edad hacia la felicidad
Helen Mirren y Donald Sutherland buscan un momento de alegría en el ocaso de sus vidas
La única actriz capaz de hacer sombra a Meryl Streep es Hellen Mirren. Americana una, británica la otra, ambas lideran a las mujeres de Hollywood con su capacidad para cambiar de registro y multiplicarse en pantalla. Después de haber visto a Mirren hace una semana en el filme de terror «Winchester», vuelve ahora con «El viaje de sus vidas», una narración sobre la tercera edad que no deja indiferente al público por su sensibilidad hacia la enfermedad de alzhéimer. «Cuando me ofrecieron el papel, me negué. No creo que porque uno tenga estos años se vea obligado a representar papeles sobre la enfermedad. Sin embargo, el humor y la ternura de esta historia me hicieron reconsiderar mi postura. El amor de esta pareja merece la pena ser retratado», admite la actriz.
La gran dama del cine británico ha vivido gran parte de su vida en Estados Unidos junto a su marido, Taylor Hackford, tal vez por eso, cuando firmó por «El viaje de sus vidas», no se sorprendió de la idea de hacer un largo viaje en carretera. «He hecho muchos viajes así con mi marido. Juntos hemos cruzado Estados Unidos de una costa a otra varias veces y conozco el estilo de vida de esta pareja que busca su felicidad», explica Mirren.
Acompañada en pantalla por Donald Sutherland, que da vida a su marido enfermo, reconoce que trabajar a las órdenes del director Paolo Virzì fue uno de los alicientes para bucear en la experiencia de su personaje. «Había visto su trabajo en Italia y me interesaba formar parte de su primer largometraje en inglés. Ha sido una apuesta personal», relata. El filme demuestra la química de Mirren y Sutherland, dos actores que trabajaron juntos en los 90 en la película «Casi un héroe». «Sí, hace tiempo rodé con Donald y, aunque no compartimos muchas escenas en aquella cinta, fue una gran experiencia. Quería repetir a su lado porque es un tipo sereno, capaz de sacar lo mejor de los actores con quien colabora». Para Donald Sutherland, es el estilo italiano del director lo que llamó su atención. «Hay un aire en la historia que no es completamente americana, y tal vez por eso la película es una delicia. He trabajado con grandes directores italianos y aunque no hablo ese idioma, hay una cadencia en sus maneras que se nota en lo que hacen», reconoce un actor que se mantiene en activo a una edad en la que la mayoría de sus colegas ya están retirados: «El día que me aburra, lo dejaré, mientras tanto, continuaré entreteniendo al público con mis personajes».
«No es una historia muy de EE.UU., por eso es una delicia»