«Seguimos en alerta; esto no ha terminado»
El Gobierno reconoce que la normalidad tardará en llegar y avala el cierre de Ayuso
Las consecuencias del temporal amenazan con cronificarse en un periodo de excepcionalidad todavía incierto, que las diferentes administraciones tratan de aplacar con dificultades. En una primera fase la normalización se ha centrado en proteger infraestructuras estratégicas, como las estaciones o el aeropuerto, y el acceso a centros logísticos, como Mercamadrid, que intentará operar hoy para garantizar el abastecimiento. En Barajas ya estaban habilitadas dos pistas al final de la jornada de ayer pero en el día a día de los ciudadanos, especialmente en la Comunidad de Madrid, la situación dista mucho de ser normal.
Y es algo que el Gobierno reconoce. Hasta el punto de que ayer se avaló la decisión de Isabel Díaz Ayuso de cerrar los colegios de forma presencial hasta el próximo lunes 18. «No parecen darse las condiciones para esa presencia», admitía ayer el ministro de Transportes. El Ejecutivo está intentando evitar el choque político porque, aseguran, son conscientes de que en una crisis de estas características «no se puede pensar en ganar políticamente porque solo se puede perder», en palabras de un alto cargo del Gobierno. Lo verbalizaba por la mañana la ministra de Defensa, Margarita Robles: «Los ciudadanos nos piden que trabajemos unidos. No es aceptable que haya la más mínima tentación de una utilización política».
El Gobierno trasladó ayer la idea de que quedan días muy duros por delante a causa de las bajas temperaturas de los próximos días. «Si siguen las temperaturas muy bajas y hay hielo será más complicado, eso dificultará la normalización», reconocían fuentes gubernamentales presentes en el dispositivo de emergencia. Hasta el punto de que públicamente el Ejecutivo no quiere comprometer fechas para poder dar por superada la crisis.
Limitar la movilidad
Más bien al contrario, el mensaje que presidió ayer todas las ideas fuerza que lanzó el Ejecutivo es que, pese a los avances, la situación es incierta, la climatología la va a complicar y la normalización completa tardará en llegar: «Este esfuerzo no ha terminado,
seguimos alerta y preparados para las heladas», dijo el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, portavoz principal del Ejecutivo en esta crisis.
Se trata de un formato muy distinto al empleado en la primera ola de la pandemia, cuando ese rol lo asumió en primera el presidente del Gobierno. En estos momentos Pedro Sánchez mantiene un segundo plano, limitando su exposición a presidir las reuniones del Comité Estatal de Coordinación y Dirección del sistema estatal de Protección Civil.
Uno de los mensajes que el Ejecutivo quiso ayer explotar es el de pedir a la gente que no salga de casa si no es indispensable. «No hemos recuperado la normalidad», dijo Ábalos, que expresó que en lo que se refiere a la circulación las placas de hielo suponen «una gran amenaza» para la seguridad.
La ministra Robles desaconsejó «por completo» el uso del coche y en general a todos los ciudadanos que no salgan de casa «si no es indispensable». Se advierte ya de que los servicios de emergencias están viendo cómo se incrementan las urgencias traumatológicas derivadas de las caídas. Y en esta situación, y con la pandemia en fase creciente en su tercera ola, la atención hospitalaria se complica doblemente.